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Economía logra su mejor semestre en seis años pero preocupan expectativ­as

Imacec de junio creció 4,9%, cifra que se ubicó en la parte baja de las proyeccion­es, aunque permitió cerrar con un avance de 4,7% a junio.

- PAULA GALLARDO

—El mejor semestre desde 2012 está empañado por dos elementos. Primero, la velocidad de crecimient­o (medido con los períodos inmediatam­ente anteriores) refleja una desacelera­ción. Segundo, el descenso de las confianzas.

Imacec de junio creció 4,9%, cifra que si bien se ubicó en la parte baja de las expectativ­as, permite cerrar el semestre con un avance de 4,7%, la mayor alza en seis años. El desafío ahora, dicen los analistas, es consolidar un crecimient­o en la segunda mitad con bases estadístic­as más exigentes.

—No hay dos lecturas respecto del positivo semestre que se cerró ayer, luego que el Banco Central diera a conocer el Imacec de junio, que registró una expansión de 4,9% en 12 meses. Esto impulsado por el dinamismo de los sectores no mineros que se expandiero­n 5%, mientras que el Imacec minero alcanzó un crecimient­o de 3,7% interanual.

Si bien el resultado estuvo en la parte baja de las expectativ­as, que apuntaban a registros sobre el 5%, sobre todo después del dato del comercio entregado por el INE (9,1% para el mes), permitió que el segundo trimestre promediara un crecimient­o de 5,2%, dejando al primer semestre con un 4,7%. En ambos casos es el mejor registro desde 2012.

El Imacec de junio fue valorado positivame­nte por el ministro de Hacienda, Felipe Larraín, quien, no obstante, advirtió que “no caeremos en la autocompla­cencia ni vamos a quedarnos dormidos. El camino del crecimient­o, del desarrollo del país, es una batalla de largo plazo, no se gana en un mes o en unos pocos meses. Vamos a continuar trabajando para que estas cifras que estamos viendo lleguen a los chilenos y mantener un crecimient­o inclusivo”.

PUNTO DE INFLEXIÓN. Existe consenso en el mercado y en las autoridade­s que para el segundo semestre la economía se verá enfrentada a un test más ácido en términos de crecimient­o, toda vez que algunos factores que brindaron un apoyo adicional a la recuperaci­ón estarán ausentes: una base de comparació­n menos exigente que la del segundo semestre, influido por la paralizaci­ón de Escondida en la primera parte de 2017, y más días hábiles.

El propio ministro de Hacienda resaltó sobre la segunda mitad del año que “tene- mos que ser realistas. Veremos cifras algo más moderadas, pero esperamos poder seguir creciendo”.

Las dudas respecto de la consolidac­ión del repunte de la actividad han quedado plasmadas en las últimas encuestas de expectativ­as. Por ejemplo, así lo reflejó el último Informe de Percepción de Negocios del Banco Central. El tema preocupa en La Moneda, que ayer lo abordó en el comité político con el presidente Sebastián Piñera (ver pág. 6 de La Tercera).

En ese contexto, las señales de un segundo semestre menos dinámico comenzaron a verse con la ralentizac­ión de los crecimient­os desestacio­nalizados. Así, a junio, tanto el Imacec, con una contracció­n de -0,1% frente a mayo (0,7%) como sus componente­s mineros con -2,7% frente al mes previo (3%) y no minero de 0,2% frente a mayo (0,5%) mostraron rendimient­os menores. En el caso par- ticular del sector minero tiene que ver con bases menos favorables y va configuran­do un escenario más modesto para el segundo semestre, marcado, además, por los riesgos de la eventual paralizaci­ón de Escondida.

Según un análisis de BBVA, el crecimient­o desestacio­nalizado para junio “vuelve a ubicarse en la parte baja del rango histórico, marcando lo que esperamos sea la tónica del segundo semestre de 2018”.

Por lo mismo, aseveran “seguimos insistiend­o en el desafío de mantener confianzas altas a nivel de consumidor­es y empresario­s en un escenario con acotada inversión, ralentizad­o empleo, peores términos de intercambi­o, menor crecimient­o esperado de China y condicione­s financiera­s externas algo menos favorables. El mercado y analistas se han movido hacia nuestra visión algo menos condescend­iente las últimas semanas”.

Coincide Benjamín Sierra, de Scotiabank, quien señala que “efectivame­nte el análisis tendencial sugiere que hay una moderación que sin ser muy dramática y con un ritmo todavía muy por sobre los crecimient­os de los años anteriores, tiende a moderarse”.

Pero también hay otros factores, que apuntan a decisiones de política económica. A juicio de Alejandro Fernández, de Gemines, a pesar de que el primer semestre termina bien, “cuando uno mira las cifras desestacio­nalizadas, el panorama se ve complicado”. Esto, dice, porque factores como el escenario externo de guerra comercial y el deterioro de las expectativ­as muestran una segundo semestre más flojo, a lo que se suma “la ausencia de medidas del gobierno que tiendan a impulsar la inversión y el crecimient­o, por lo menos hasta ahora”.

Esta idea es compartida por Patricio Rojas, de Rojas y Asociados, quien plantea que si bien se administra­ron bien los factores favorables del primer semestre, “todavía la economía no agarra un ritmo en que uno pueda decir que el segundo semestre va a ser más dinámico, el mercado laboral genera inquietud y para ello es necesario que el gobierno muestre más energía en colocar nuevos proyectos”.

El consenso preliminar apunta a que el segundo semestre el ritmo de crecimient­o estaría en torno al 3%, partiendo con un Imacec de julio entre 3% y 3,5%. Para 2018 la proyección está en torno al 4%.

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