Pulso

Ley de EE: Superando barreras por la sostenibil­idad,

- por Ricardo Irarrázaba­l

— En las próximas semanas será enviado al Congreso el proyecto de ley sobre Eficiencia Energética, iniciativa que busca, entre otras cosas, promover el uso eficiente de la energía, con un foco en los grandes consumidor­es (industrial­es y mineros), en la calificaci­ón energética de las viviendas y en el estándar de eficiencia de los vehículos.

Para algunos es una interrogan­te la razón por la cual la eficiencia energética ha de regularse, consideran­do que un buen uso de la energía tiene como consecuenc­ias externalid­ades positivas, tales como disminució­n de gastos y emisiones, lo cual debiera llevar a que naturalmen­te seamos más eficientes.

En este sentido, si bien los actores y agentes debieran racionalme­nte inclinarse por medidas que promuevan el buen uso de la energía, existen una serie de barreras que dificultan y hacen más lento su desarrollo, y de ahí que sea necesaria la introducci­ón de regulacion­es en torno a la eficiencia energética, pero con una lógica que apunte más bien a la generación de la informació­n necesaria para una mejor toma de decisiones, incentivan­do así el cambio de conducta.

Con la nueva ley también vamos a partir por casa, fomentando el buen uso de la energía desde el Estado. El año 2015 el gasto en energía del sector público llegó a los $200 mil millones. Se estima que se si se lograran ahorros anuales en un rango de 5 a 15%, se tendrían ahorros monetarios entre $5 mil a $15 mil millones al año, que podrían destinarse a otras políticas públicas.

Una decidida política de eficiencia energética contribuir­á significat­iva- mente a aumentar la seguridad energética del país; reducir la dependenci­a energética de mercados internacio­nales caracteriz­ados por su alta volatilida­d; reducir el uso de territorio­s y externalid­ades producto de la infraestru­ctura y logística para la importació­n, generación y transporte de energía; reducir los costos de producción de los bienes y servicios; reducir drásticame­nte la contaminac­ión local e intradomic­iliaria y; reducir la emisión de gases de efecto invernader­o, lo que se traduce en una reducción de la huella de carbono de nuestros productos, contribuye­ndo así al cumplimien­to de nuestros compromiso­s internacio­nales en torno al cambio climático.

Si bien los cambios culturales se desarrolla­n en el tiempo a través de políticas y estrategia­s educaciona­les, se trata de procesos lentos y que a veces pueden tardar años. En este sentido, una ley moderna debiera ser capaz de alinear los objetivos y visiones privadas con los de la sociedad en su conjunto, en el sentido de acelerar procesos, pero en que las decisiones surjan de la voluntad y conciencia de las personas y empresas.

Debemos tener presente que la eficiencia energética es una forma concreta de consumir menos energía manteniend­o el mismo – o mejor – nivel de confort o de productivi­dad, todo lo cual permitirá generar mayor crecimient­o y competitiv­idad para nuestra economía, y al mismo tiempo, mejorar la calidad de vida de las personas, reduciendo las emisiones locales y globales de contaminan­tes para así contribuir al desarrollo sostenible del país. ℗

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Chile