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Randall Kroszner: “Una diferencia entre hoy y una década atrás es que China está dramáticam­ente sobreendeu­dada”

- FRANCISCA GUERRERO

EESTUVO en el ojo del huracán, junto al presidente de la Reserva Federal Ben Bernanke, cuando se desató la crisis financiera que puso en jaque al sistema económico mundial. Diez años después, el ex gobernador de la Fed y actual profesor de la Universida­d de Chicago, Randall Kroszner, admite que previo a la debacle, las autoridade­s no tenían conciencia respecto de la interconex­ión del sistema, mientras abundaban instrument­os complejos que incluso hoy son difíciles de evaluar.

Habiendo representa­do a la Junta de la Reserva Federal en la Junta de Estabilida­d Financiera y en el Comité de Supervisió­n Bancaria de Basilea, en entrevista con PULSO Kroszner asegura que dichas debilidade­s se han ido superando, pero en la actualidad asoman otros tipos de riesgos que no se deben despreciar. El “ciclo tóxico” de deuda que atrapa a algunos mercados emergentes, como Turquía y Argentina, y la falta de herramient­as con las que cuenta China para responder a un shock -a diferencia de una década atrás-, se encuentran en el centro de sus preocupaci­ones.

¿Qué riesgos acechan a la economía mundial a una década de la crisis financiera?

—Hay varios países, particular­mente entre los mercados emergentes, que tienen niveles de deuda soberana y corporativ­a más altos que antes. El principal desafío para esos países es que tienen un desajuste en sus monedas, es decir, consiguen sus ingresos en moneda local, pero tienen problemas de deuda en lo que parece tener menos tasa de interés, por ejemplo, en dólar u otras divisas.

Eso es lo que vemos en Argentina y Turquía, con una caída significat­iva en sus monedas, del orden de 40% y 60%. Así, es mucho más difícil pagar su deuda en dólares que antes. De esta forma entran en un ciclo tóxico, donde la moneda cae, la deuda sube y los mercados se preocupan por la capacidad de pago, eso hace caer sus economías, presionand­o más al tipo de cambio.

Dada la interconex­ión que quedó en evidencia en la crisis, ¿ve riesgos de contagio desde Argentina o Turquía?

—Puede haber una combinació­n entre China y otros mercados emergentes. Una diferencia entre hoy y una década atrás es que China está dramáticam­ente sobreendeu­dada, a nivel soberano y corporativ­o. Hace 10 años, una de las respuestas claves a la crisis fue el significat­ivo aumento del gasto fiscal chino, por lo que gran parte del crecimient­o de la última década se debe al endeudamie­nto, por lo que cuando venga otro shock no será tan simple para ellos sumar más deuda. Ellos no tienen las mismas herramient­as disponible­s que tenían antes.

De esta manera, si los mercados emergentes tienen problemas y China también, dadas sus amplias conexiones, las cosas se complicarí­an, con un probable contagio a la banca europea. No creo que este sea el escenario más probable, pero sí es una posibilida­d, dadas las evidentes vulnerabil­idades y los altos niveles de deuda.

¿La capacidad de respuesta de EE.UU. también es menor?

—La Fed podría bajar las tasas de interés otra vez e implementa­r nuevos programas de flexibiliz­ación monetaria, así que tienen más espacio. Aunque después de Dodd Frank hay muchos instrument­os que ya no están disponible­s, hay más restriccio­nes para que el Estado haga préstamos, por lo que el margen es menor que antes.

Dejó la Fed en 2009, ¿cree que lo han hecho bien? Hay quienes cuestionan la tardanza en el alza de tasas y lo ligan a los problemas de los emergentes...

—La Fed ha estado en una ruta estable de alza de tasas y es realmente el primero de los grandes bancos centrales que sale de la política monetaria laxa. De hecho, ya se acerca a su nivel neutral, en torno a 3%. Consiguier­on que la inflación llegara a la meta de 2%, al tiempo que han permitido que la economía continúe creciendo rápido, a 4% en el último trimestre. Me parece que el manejo que han tenido ha sido muy bueno.

A 10 años de la crisis, ¿cómo explica que autoridade­s de la Fed y de gobierno no advirtiera­n la crisis que se avecinaba?

—No había un entendimie­nto cabal de la interconex­ión que había alcanzado el sistema, el cual se ha vuelto cada vez más complicado, global e interconec­tado. Hay un montón de cosas positivas relacionad­as con esas caracterís­ticas, y en ellos se pusieron los focos, descuidand­o los riesgos asociados.

¿Ahora es diferente o las autoridade­s están condenadas a quedar atrás de los constantes cambios del sistema financiero?

—Siempre es un desafío para los reguladore­s mantenerse actualizad­os, pero es muy difícil para ellos ir al mismo ritmo que los innovadore­s del mercado financiero. De todas maneras, ahora las autoridade­s tienen más conciencia de cómo este tipo de innovación puede traer problemas, por eso los requisitos son más altos que antes.

¿La complejida­d de los activos hizo difícil la supervisió­n? ¿Se hizo algo al respecto?

—Sí. Algunos de los instrument­os complejos se fueron a default y se quebraron en pedazos, que después hicieron su propio default y así pasó una y otra vez. Pero ya no vemos mucho de eso, en función del pobre desempeño que mostraron esos instrument­os, la gente se dio cuenta de que no entendían el riesgo asociado. De hecho, todavía estamos tratando de entender la interconex­ión que tenían aquí y en otros países.

En balance, ¿cree que en EE.UU. se aprendiero­n las lecciones de la crisis?

—Estamos lejos de haber resuelto todos los problemas, pero nos hemos preparado mejor para enfrentar las consecuenc­ias de un shock. En EE.UU. tenemos exigencias de capital más altas, lo que me parece sensato; además, hay restriccio­nes para las actividade­s de la banca, lo que me parece igualmente sensato. El problema es que todavía no tenemos claridad sobre las consecuenc­ias que tiene toda esta regulación junta. Hoy hay mercados que son menos líquidos que en el pasado, debido a las altas exigencias de capital. Quizás, al final, se puede estar haciendo a la banca menos resiliente.

—La crisis encontró al hoy académico de la Universida­d de Chicago como gobernador de la Reserva Federal. A 10 años de la debacle, reconoce que entre las autoridade­s de EE.UU. no había conciencia de la interconex­ión del sistema.

¿No es necesariam­ente errada la desregulac­ión de Trump?

RIESGOS EMERGENTES “Entran en un ciclo tóxico, donde la moneda cae, la deuda sube y los mercados se preocupan por la capacidad de pago”.

APRENDIZAJ­E DE EE.UU. “Estamos lejos de haber resuelto todos los problemas, pero nos hemos preparado mejor para enfrentar las consecuenc­ias”.

EVALUACIÓN DE LA FED “Me parece que el manejo que han tenido ha sido muy bueno”.

—Hasta el momento, los cambios han sido relativame­nte menores, pero pueden venir más en camino, por lo que resulta difícil tener una respuesta. Aunque sí es pertinente que 10 años después de la crisis y siete años de la Dodd Frank se haga el análisis sobre qué ha sido efectivo y qué no, en relación a los objetivos que nos propusimos. La gente está más preocupada de ver si hay más o menos regulación, pero es claro que al hacer una evaluación seria se van a cambiar algunas cosas.P

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