En cuanto a riesgos externos, ¿se está creando hoy un cóctel peligroso de condiciones macroeconómicas, riesgos crecientes en los mercados y la guerra comercial, que podría salpicar desde el mundo financiero a la economía real e iniciar crisis y recesión?
Sin duda. EE.UU. lleva 110 meses de expansión continua del PIB, la segunda más extendida desde 1850. Y es la cuarta expansión más larga de la Bolsa de ese país desde los años 20. Además, EE.UU. adopta irresponsablemente políticas superexpansivas en la parte más caliente del ciclo: una tasa de política monetaria de 1,75%, por debajo de su inflación actual y proyectada, y crecientes déficits públicos, derivados de una intensa reducción de impuestos de Trump, sin ajustar el gasto fiscal. Este mix de políticas es peligrosamente miope: intensifica y alarga algo el boom actual e invita a los mercados a tomar más riesgos, a gastar más y a endeudarse más. Pero el costo de esto es profundizar la eventual recesión y quitarles grados de libertad a las políticas antirrecesivas cuando sean necesarias. En Europa, las tensiones sobre la incertidumbre que tomará el Brexit se agregan a la preocupante situación fiscal y financiera de Italia y a las tensiones generadas por las olas de inmigración y las respuestas de nuevos movimientos populistas en muchos países europeos. A eso se agrega la guerra comercial desatada por Trump, que es recesiva para China, EE.UU. y el mundo entero. Y en el mundo emergente, las tensiones financieras globales han implicado salidas de capitales, pérdidas accionarias y devaluaciones de monedas, con crisis y recesiones en los países, pero manejadas, como Turquía, Argentina y Sudáfrica.
A todo lo anterior hay que sumar tensiones geopolíticas, que intensifican la incertidumbre y volatilidad financiera.
Ello configura un panorama global de luces amarillas que se prenden a diario y hacen pensar que podemos acercarnos al final del período de boom y al inicio de correcciones más intensas en los mercados financieros y de capitales, así como ajustes recesivos en el PIB y el empleo.