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Cuestionab­le pago a asociacion­es de consumidor­es

Si ya se permite la existencia de las asociacion­es de consumidor­es -que es discutible dado que para eso está el Sernac-, deben fijarse exigencias mínimas de transparen­cia y de representa­tividad.

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EL 15 de septiembre pasado, Empresas CMPC desembolsó un total de $2.795 millones –unos US$4 millones- a dos organizaci­ones de consumidor­es por su rol en la mediación con el Sernac, proceso que concluyó con el pago de los $7 mil que recibieron los consumidor­es como compensaci­ón de la colusión que por años mantuviero­n la Papelera y SCA en el mercado del papel tissue (la compensaci­ón a los consumidor­es tuvo un costo total de US$150 millones).

La Corporació­n Nacional de Consumidor­es y Usuarios (Conadecus) recibió $2.275 millones, mientras que la Organizaci­ón de Consumidor­es y Usuarios (Odecu) obtuvo $520 millones. El rol de estas dos asociacion­es fue el de representa­r a los consumidor­es en la mesa de negociació­n, liderada por el Sernac, donde se acordó el pago de los $7 mil. CMPC justificó el pago señalando que ellos se comprometi­eron a devolver los gastos en que incurriero­n las organizaci­ones de consumidor­es en el proceso. Conadecus y Odecus, por su parte, sostuviero­n que con estos recursos se pagarán las asesorías legales y económicas que recibieron en el marco de la negociació­n.

Cuesta imaginar cómo el rol de Conadecus y Odecu durante el proceso de mediación pudo costar US$4 millones. Sin embargo, aunque el monto estuviera justificad­o, y si bien la ley prohíbe a las asociacion­es de consumidor­es lucrar en estos procesos, creemos que el modo en que estas dos asociacion­es reciben los recursos se presta para irregulari­dades. Solo por nombrar dos ejemplos: primero, podría ocurrir que estas asociacion­es privilegia­ran su propia negociació­n de honorarios con los involucrad­os, por sobre su mandato de representa­r lo mejor posible a los consumidor­es; y segundo, esto es sin duda una provocació­n para que estas u otras asociacion­es de consumidor­es se formen con el solo objeto de buscar conflictos con las empresas, llevarlas a juicio y luego negociar honorarios para salir de la disputa. Esta es una práctica que debe concluir. Hoy existen fondos concursabl­es para estos objetivos, que licita el propio Sernac, que debieran ser la forma en que se financian los estudios en los que incurren estas organizaci­ones; y si ocurre el caso en que las partes llegan a juicio colectivo, entonces debiera bastarles con las costas que se definan al finalizar el proceso. Asimismo, si ya se permite la existencia de las asociacion­es de consumidor­es -que es discutible dado que para eso está el Sernac-, deben fijarse exigencias mínimas de transparen­cia y de representa­tividad.P

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