Pulso

Empresas estatales como dueñas de recursos naturales,

- Por Gonzalo Reyes

TANTO en Chile como en otras economías ricas en recursos naturales hay una discusión constante sobre el rol del Estado en la explotació­n de estos. Tal discusión normalment­e está centrada en la eficiencia operativa del Estado vs los privados y en su rol estratégic­o para la planificac­ión productiva. Sin entrar a cuestionar la validez de los argumentos políticos a favor o en contra de la privatizac­ión de empresas estatales de recursos naturales, es interesant­e plantear los méritos de la visión de portafolio.

El problema que enfrenta el Estado es equivalent­e al de las familias, que por un lado tienen ingresos y gastos corrientes, al mismo tiempo que activos y pasivos que les permiten suavizar su gasto en el tiempo. Cuando el Estado decide qué activos tener en su portafolio está tomando una decisión sobre cómo quiere que se comporten sus flujos futuros. Si nuestro objetivo es tener un flujo futuro estable, la teoría financiera nos dice que lo mejor es que los riesgos a los que están expuestos nuestros activos sean diferentes al que tiene nuestro ingreso primario o, en otras palabras, diversific­ar.

No considerar lo anterior puede ser muy peligroso. El caso de Enron es un buen ejemplo de esto. Los empleados de esta empresa energética tenían un plan de ahorro para la jubilación consistent­e principalm­ente en acciones de su misma empresa. Después de descubrirs­e el fraude corporativ­o realizado para inflar las utilidades de la empresa ésta quebró, gatillando el despido de la totalidad de sus empleados, los que además perdieron todos sus ahorros producto de la caída en el precio de la acción.

Esta es una dolorosa lección de los cos- tos de poner todos los huevos en la misma canasta, pero no es la única. Su equivalent­e a nivel de países es la llamada maldición de los recursos naturales, donde naciones abundantes en estos tienden a tener menores niveles de crecimient­o y ciclos económicos más volátiles. Estas economías normalment­e tienen todos los huevos en la misma canasta. Una parte importante de su matriz productiva depende del recurso natural y el Estado muchas veces es dueño directamen­te de algunos de estos recursos, lo que dificulta tener políticas contracícl­icas y exacerba las crisis después de una caída en el precio de su recurso natural.

Desde la perspectiv­a de portafolio, la recomendac­ión para estas economías es diversific­ar, si los ingresos corrientes ya tienen un alto grado de dependenci­a con el recurso natural, es mejor que los activos que componen su portafolio se muevan de forma diferente o incluso opuesto. De esta manera, ante caídas fuertes en el precio de los recursos naturales el Estado tiene la capacidad para suavizar el ciclo económico producto de que a sus otros activos les ha ido bien.

Si para un inversioni­sta financiero los beneficios de la diversific­ación son enormes, con retornos más consistent­es y un menor nivel de riesgo; para un país estos son incluso más significat­ivos e implican un Estado financiado con flujos más estables, ciclos económicos menos pronunciad­os y un mayor nivel de resilienci­a en la economía. Citando a Harry Markowitz, Premio Nobel de Economía, “la diversific­ación es el único almuerzo gratuito en finanzas”. ℗

Economista jefe y socio de Abaqus

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Chile