Altas expectativas
— Las esperanzas de “tiempos mejores”, también en el trabajo, eran elevadas. El gobierno se ha comprometido a la creación de 600.000 empleos durante el segundo período de Piñera –menos que el millón de empleos de su primer tiempo en La Moneda, de los cuales según el actual ministro secretario de la Presidencia, Gonzalo Blumel, 70% fue con contrato-, en un contexto de un
crecimiento económico de entre 3,5% a 4% en estos cuatro años, como anticipó el titular de Hacienda, Felipe Larraín, cuando aún no acababa el pasado verano.
“Durante el período 2011-2013, la economía con Piñera creció 5,3%, por lo tanto, no había que esperar que se creara al mismo ritmo el empleo asalariado en el sector privado. Las expectativas tienen que estar ajustadas a lo que van a ser estos cuatro años, que es un crecimiento intermedio entre el frenazo con Bachelet y lo que fue la primera administración de Piñera”, dice Juan Bravo, asesor macroeconómico senior en ClapesUC.
Que las cifras de empleo no se ajusten en forma inmediata con los datos de crecimiento no es algo que debiera sorprender, ya que los expertos apuntan a que no se trata de una fórmula matemática exacta en la teoría económica. El crecimiento de la actividad implica que se producen más bienes y servicios, lo que involucra que se requieren más empleos asalariados en el sector privado que sean capaces de absorber esa mayor producción de bienes y servicios, pero en ese camino puede haber desajustes temporales de corto plazo.P