Aspectos cíclicos y estructurales
— Hasta comienzos de este año, recuerda Claudio Soto, economista jefe del Banco Santander, se observó un importante repunte de la fuerza de trabajo, tanto por la mayor incorporación de mujeres al mercado laboral -muchas de ellas buscando empleo por primera vez- como por el fenómeno migratorio. Desde junio, sin embargo, la fuerza de trabajo ha disminuido su ritmo
de expansión, con una merma en la participación femenina y probablemente un menor flujo de migrantes. “Por otro lado, el empleo no ha crecido con tanta fuerza desde que comenzó a recuperarse la economía, y en los últimos meses ha tendido a moderarse de manera sustantiva”, señala el experto.
En el lento dinamismo de la creación de empleo inciden elementos tanto cíclicos como estructurales, dice Soto. Por el lado cíclico, indica, probablemente se haya dado una labor hoarding (acaparamiento de mano de obra), que consiste en que en las fases de desaceleración de la economía las empresas retienen a sus trabajadores, ya sea por los costos financieros de los despidos o para evitar la pérdida de capital humano específico. “Luego, cuando la economía se recupera, no es necesario aumentar la contratación, pues se puede disponer de la mano de obra que ya está en las empresas. Por lo tanto, hay un rezago entre el ciclo de la actividad y el del empleo”, explica.
Sin embargo, coincide con Edwards en que también están sucediendo fenómenos más estructurales asociados a la automatización.