Alza de tasas: “Es difícil pensar que porque se achica esa distancia en 25 puntos base el BC se podría haber equivocado”
Visto el crecimiento de 2,3% en septiembre y el ajuste en las proyecciones de los privados, ¿el Banco Central (BC) no se aceleró en iniciar la normalización de la Tasa de Política Monetaria (TPM)?
—A mediados de este año las brechas eran pequeñas; la inflación estaba cerca de la meta; el déficit de cuenta corriente estaba empezando a subir un poquito, aunque en nivel bajo, y el desempleo también estaba a niveles bastante razonables, por tanto nos quedó claro que esta economía estaba funcionando bastante cerca de lo que se podría llamar su trayectoria normal de crecimiento. No había grandes holguras -existen, pero pocas-. Esto contrasta con una TPM en 2,5%, que es muy expansiva, en circunstancias que la TPM neutral está entre 4% y 4,5%. Cuando uno se da cuenta de que las brechas están cerradas y hay una tremenda distancia en tasa de interés, lo único que se puede hacer es comenzar a moverse y no esperar a que la inflación suba, porque si eso ocurre, ya es muy tarde y habría que subir mucho más rápido.
¿Era impensable otra opción?
—Empezar a subir ahora y marcar una trayectoria diciendo que con cierta tranquilidad llegará a la neutral en un par de años da una senda de normalización que es bastante pausada. Era algo que teníamos que hacer de todas maneras, y es difícil pensar que porque se achica esa distancia en 25 puntos base en septiembre el BC se podría haber equivocado, más bien creo que no hay mucha posibilidad de equivocarse.
¿Qué le respondería entonces al exministro de Hacienda Rodrigo Valdés que los llamó a ser más cuidadosos?
—Nosotros siempre somos cuidadosos, pero en esto no hay mucho donde equivocarse, para ser franco. Esperar a tener presiones inflacionarias evidentes para empezar a moverse es una pésima receta y estoy seguro de que el exministro de Hacienda no correría esos riesgos.
¿Qué se puede esperar cuando hablan de un movimiento pausado? ¿Subir la TPM cada tres meses?
—Esa es una señal, no es un compromiso. Tengo la impresión de que cuando hay mucha distancia al comienzo, se tiene espacio para ir avanzando un poquito más rápido, y cuando se está más cerca hay que graduar con más cuidado. Pero hay que ver cómo se van comportando las variables, porque si hubiese problemas para que se materialicen las inversiones o la economía no crece al ritmo que estamos proyectando, o el escenario internacional se deteriora mucho, quizás se puede ir más lento, o al revés.
¿Cuándo llegan a la tasa neutral en su escenario?
—Dentro del escenario base que hemos definido se tendría que estar llegando a una tasa neutral a mediados del 2020. Todo esto va a ser revisado sistemáticamente en el próximo IPoM.
Hay analistas que esperan la próxima alza después del primer trimestre, ¿es muy alejado?
—Generalmente, lo que uno ve en los analistas es que tienen en su cabeza algún escenario de crecimiento y presiones inflacionarias, distintos a los nuestros. Y a lo mejor le aciertan, y si es así, los datos no van a ser tan buenos y habrá que ajustar las señales de política monetaria. Lo que no sería consistente sería que se diera el escenario que nosotros esperamos y dejáramos la tasa fija por seis meses. Eso es difícil.
¿Cómo están evaluando el traspaso del dólar a precios, ya que el último IPC SAE está en 2,1%, mucho menos que el 2,9% de inflación?
—Tengo la impresión, y algo se ha recogido en el Informe de Percepciones de Negocios, que como ha habido tanta volatilidad del tipo de cambio ha sido muy difícil traspasarlo a precios y se está esperando una mayor consolidación. Los traspasos probablemente han sido menores que el promedio, pero como hasta ahora no se sabe cuál es el nivel de llegada del tipo de cambio, es difícil saber si los agentes se van a convencer de que está más cerca de $ 670/$ 680 para ir generando el traspaso.
¿Qué le pareció el proyecto de Presupuestos con un alza del gasto de 3,2% para 2019?
—Que sea consistente con la meta de balance estructural es bueno, porque nuestras proyecciones están hechas con esa base; y lo que está saliendo del Congreso es una buena señal cuando en el agregado es muy parecido al original. Eso no era fácil, porque los ingresos no han sido boyantes y hay presiones de gasto fuerte, y por experiencia propia debo reconocer que hacer un Presupuesto apretado no es fácil, por tanto, no hay que subvalorar la señal de este Presupuesto.
¿Qué opina del proyecto de pensiones que en términos fiscales involucra mucho gasto?
—Desde el punto de vista macro, que es lo que nos interesa como BC, efectivamente el proyecto supone una presión importante sobre la política fiscal para los próximos años, lo cual significa que cumplir con los compromisos de balance va a ser más difícil. Por otro lado, quedará poco espacio para enfrentar cosas nuevas y, en ese sentido, hay que tener mucho cuidado.
¿El que se financie con rentas generales es la mejor opción?
—En este caso, al no tener un componente de reparto donde solo el impuesto al trabajo financia las pensiones, la dinámica fiscal de largo plazo es más benigna que la del anterior proyecto. El proyecto compromete del orden de 0,9% del PIB en forma estable, distinto a tener una dinámica de reparto que podía generar presiones de gasto crecientes.
PRÓXIMO AUMENTO DE LA TPM
“No sería consistente que se diera el escenario base y dejáramos la tasa fija por seis meses. Eso es difícil”.
REFORMA DE PENSIONES
“Al no tener un componente de reparto, la dinámica fiscal de largo plazo es más benigna que la del anterior proyecto”.