Pulso

Las claves para recuperar la inversión,

- por José Miguel Sepúlveda

¿ Sabía usted que más del 80% de las empresas no logra retornos que compensen el costo de capital para sus inversioni­stas? Según un estudio publicado en Forbes, en enero de 2018, salvo la industria de tecnología, ninguna otra ha logrado retornar el “costo de oportunida­d” del capital en el último año. Es decir, el retorno que pudo haber obtenido el inversioni­sta si hubiera destinado su capital a otra inversión de similar riesgo. En Chile esto ocurre en muchas industrias. Es un tema crítico en aquellas más intensivas en el uso de capital (como minería, energía e infraestru­ctura) donde la caída en los niveles de productivi­dad, el aumento sostenido en costos y los mayores riesgos por temas regulatori­os, laborales, ambientale­s y sociales, nos han llevado al punto en que cada vez son menos los proyectos y empresas que logran retornos suficiente­mente atractivos para sus inversioni­stas.

¿Qué se puede hacer frente a este escenario? En primer lugar, un esfuerzo importante por mejorar la eficiencia en el uso del capital. Todas las empresas conocen bien sus ingresos. Una gran mayoría conoce sus costos, sus márgenes y su utilidad. Pero son muy pocas las que realmente conocen el costo de oportunida­d del capital que están utilizando. Esto es, el retorno que tendría invertir el valor de los activos, propiedade­s, equipos, inventario­s, capital de trabajo y caja, en otras inversione­s de similar riesgo. La pregunta ácida que todo directorio y ejecutivo debe hacerse es: ¿y si vendiéramo­s estos activos (o la empresa entera) y devolviéra­mos el capital a nuestros accionista­s, podrían ellos obtener un mayor retorno con similar riesgo?

Segundo, mejorar el gobierno corporativ­o de las empresas. Los accionista­s, o los dueños del capital, deben tener una voz y ejercer un contrapeso real en la gestión de la empresa. Esto pasa, primero que nada, por entregar más informació­n y tener una mayor transparen­cia en la gestión. Es altamente recomendab­le también que exista un directorio balanceado, con directores independie­ntes y con prácticas de gobierno corporativ­o rigurosas, que protejan el valor del negocio. La pregunta ácida en este caso debe ser “¿están protegidos de manera adecuada los intereses de los inversioni­stas, que son tan legítimos como los de los trabajador­es, los clientes y la sociedad?”.

Finalmente, se debe promover un escenario donde exista mayor competenci­a e innovación. Lograr esto es responsabi­lidad compartida. Los inversioni­stas deben empoderars­e; los directorio­s deben elevar el nivel del juego; los ejecutivos tomar decisiones de gestión balanceand­o los intereses del capital con los demás intereses de la empresa; el Estado o regulador procurar que haya competenci­a sana, y reglas del juego claras y estables; y las universida­des transforma­rse en actores claves que promuevan una mayor competitiv­idad e innovación en el mundo empresaria­l.

Queda claro que hay trabajo por hacer. Pero si todos los actores trabajamos en conjunto, cada uno en su rol, seguro podremos hacer que Chile retome su posición de liderazgo como destino de inversión. ℗

Socio The House Advisory

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