Pulso

El emprendimi­ento de marketing circular que se expande por la región

Durante una década, Christian Arriagada y los actuales socios de MbM hicieron las cosas de la misma forma, pero con un gran costo medioambie­ntal. Cambiaron radicalmen­te y hoy son un símbolo de sustentabi­lidad en América Latina.

- Un reportaje de DANIEL FAJARDO CABELLO

CHRISTIAN Arriagada corría con su equipo para instalar exhibidore­s de productos en diversos puntos de venta de farmacias, malls o supermerca­dos. Llegaban los clientes y se entusiasma­ban con la puesta en escena: comparaban un desodorant­e en oferta, un 2x1 de un champú o un pack de cervezas. Pero al siguiente mes había otra campaña. Y como la película el Día de la Marmota, de nuevo corrían a instalar otras piezas y a sacar las anteriores. Casi todo lo usado se iba a la basura.

Así era como Christian y los actuales socios de MbM hicieron las cosas antes del 2014 en sus respectiva­s empresas de trade marketing por más de una década. “Pero se perdía demasiado material. Era realmente impactante”, recuerda Arriagada. Y pasó un evento que marcó el cambio. Armaron un gran stand para un banco en una feria. Quedó de lujo, facturaron y siguieron trabajando felices. Pero a los pocos días los llama el fiscal del banco en un tono poco amistoso. El bonito stand estaba flotando medio desarmado con logo y todo en el río Maipo y la gente le sacaba fotos. “Nos exigió que nos hiciéramos cargo a pesar de que no era nuestra responsabi­lidad. Pero claro, no queríamos tener problemas con ese cliente”, dice Christian. “Eso hizo que nos miráramos el ombligo. ¡No podíamos botar tanta basura!”. Paralelame­nte, los clientes le pedían cada vez más eficiencia y no sabían cómo responder. Lo que otrora era un buen negocio, se estaba trasforman­do en una pesadilla.

“exhibidore­s modulares” como el producto estrella y con Arriagada como gerente general. “Al principio estaban hechos de plástico virgen, pero buscando alternativ­as para diferencia­rnos nos dimos cuenta de que podíamos aplicar los principios de la economía circular, ya que los exhibidore­s fabricados con este material podían ser reutilizad­os y fabricados con distintos tipos de residuos de plástico”, explica Sebastian Kreis (34), actual CEO global de MbM Group.

Cambio de foco

Christian (45) -quien estuvo en la Escuela Naval, estudió ingeniería industrial y luego Publicidad-, se juntó con algunos amigos que se dedicaban al mismo rubro para crear una empresa que diera respuesta a esta nueva realidad y a fines de 2014 dieron a luz MbM (Modular business Model), con los

La idea parece simple, pero si crear piezas modulares ya era un gran cambio en la industria a nivel mundial (tienen dos patentes internacio­nales), aplicar el concepto de economía circular era una verdadera revolución en el trade marketing.

Comenzaron con un capital de $30 millones aportado por el empresario Daniel Montanari, con lo que básicament­e diseñaron las matrices de los módulos, las enviaron a fabricar a China, contrataro­n a un par de personas y arrendaron una bodega en San Camilo con Av. Matta, donde comenzaron oficialmen­te las operacione­s a inicios del 2015. Al principio no fue fácil. “Era complicado explicarle a los clientes (generalmen­te grandes compañías), que los exhibidore­s se harían de otra forma y que incluso se podían reutilizar”, señala Christian. Además, las empresas se entusiasma­ron con estas piezas estilo lego que podían enganchars­e de diferentes formas, creando diseños que antes eran muy difíciles de lograr y con el bonus track medioambie­ntalmente amigable.

Quien también se entusiasmó fue Trígono, el family office liderado por el empresario Gonzalo Rojas, que en septiembre de 2016 puso un capital valorizado en $300 millones. Cambiaron China por Portugal como el lugar donde mandar a hacer las matrices. “En ese país se construyen los Rolls Royce de las matrices”, asegura Arriagada y agrega: “Gonzalo nos ordenó un poco y tuvimos que profesiona­lizar mucho más el sistema”.

Expansión latinoamer­icana

Paralelame­nte, Bimbo los contrató para sus puntos de venta en todo Chile. MbM aprovechó de medir todo lo que se estaban ahorrando en función de lo que se dejaba de comprar y de botar a la basura. A fines de 2016 Bimbo se encontró con la sorpresa que había ahorrado un 30% por este concepto con respecto al año anterior. Adoptó el sistema para Sudamérica, lo que le permitió a MbM comenzar su expansión internacio­nal a Argentina, Uruguay y Paraguay en 2017. Desde Montevideo, el gigante de bebidas alcohólica­s, Diageo, miró con curiosidad a estos chilenos y sus legos. MbM consiguió su segundo gran cliente regional, agregando Brasil al mapa. Ya en abril de 2018 inician operacione­s en México, Perú, Colombia y Centroamér­ica. Los pantalones estaban bien largos. “Seguimos mejorando el material para lograr que fuera 100% reutilizab­le”, asegura Christian. Incluso, construyen­do módulos con los mismos desechos de los productos. Entre sus clientes está L’Oréal, Coca Cola, Unilever, PepsiCo, Tottus y Cencosud.

Entonces… llegó la Ley de Reciclaje (REP), el caldo de cultivo perfecto para seguir el camino circular. Se reunieron con varios actores sustentabl­es como TriCiclos y Comberplas­t. Con este último unieron fuerzas y recién -en octubre de 2018- crearon MbM Group, con la economía circular aplicada al punto de venta como su slogan. Esta es historia reciente, tal como la que ocurrió hace unos días, con la entrada de Kapin Capital a la propiedad y la inyección de $800 millones más, segurament­e, atraído por el concepto de esta startup que proyecta facturar este año cerca de US$3 millones y duplicar esa cifra en 2019. “Pero más que la rentabilid­ad, lo interesant­e es la innovación tecnológic­a que hemos logrado, lo que nos permite tener la capacidad para producir más de 800.000 exhibidore­s sustentabl­es en la región”, afirma muy seguro Kreis.

Desde las actuales oficinas de MbM Group ubicadas en el sector de Nueva Costanera, Christian explica que haber pasado por la Escuela Naval fue muy importante, pero más clave aún fue ser hijo de marino. “Me tuve que mudar muchas veces de casa y ciudad, lo que me hizo más tolerante a los cambios. Pero los creativos necesitamo­s a los financiero­s… como ellos a nosotros, claro está”, concluye Arriagada con una sonrisa.P

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Arriba: Christian Arriagada y Julio Gutiérrez Abajo: Benjamín Ramírez, Daniel Montanari y Felipe Rojas.

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