Pulso

40 años de reformas que transforma­ron a China en una potencia económica mundial

- Un reportaje de FRANCISCA GUERRERO

Deng Xiaoping inició los cambios en diciembre de 1978. Desde entonces, reformas graduales han tenido lugar en diferentes ámbitos de la economía, con un modelo que hoy conocemos como “socialismo con caracterís­ticas chinas”. Los cambios siguen en curso con Xi Jinping, quien ha procurado modernizar las metas de sus antecesore­s.

HOY día China transita a paso firme por el camino que la llevará a convertirs­e en la primera economía mundial, superando a Estados Unidos aproximada­mente en 2028, según las estimacion­es de consenso. Fue en diciembre de 1978, hace cuatro décadas, que la potencia asiática dio los primeros pasos por esta ruta, de la mano de incesantes reformas que seguimos viendo en la actualidad.

“Emancipar la mente, buscar la verdad de los hechos y unirse como uno para enfrentar el futuro”, es el nombre del discurso que pronunció Deng Xiaping, líder de China entre 1978 y 1989, marcando el punto de partida de la gran transforma­ción del país. Aunque no mencionó la palabra “mercado”, sí llamó a tener una mirada pragmática, planteando que se debía “aprender a gestionar la economía por medios económicos” y que “no hay duda de que a medida que la economía crezca, se abrirán más y más posibilida­des”.

Un proceso gradual

Desde entonces se pasó de un PIB de US$150.000 millones a los US$13,4 billones (millón de millones) que anticipa el FMI para 2018. “El cambio ha sido fenomenal, de un país cerrado a una nación y una sociedad conectada al mundo; de una sociedad pobre a una sociedad de ingresos medios”, sostiene a PULSO JeanPierre Cabesten, académico de la Hong Kong Baptist University.

El proceso de transforma­ción, que además apuntaló el PIB per cápita desde US$154,4 a US$8.827, ha sido extenso y gradual, concentrad­o en la economía. En 1979, al mismo tiempo que se reafirmaba el régimen de un solo partido (vigente hasta hoy), Deng anunciaba una política de “puertas abiertas”, en 1980 se establecía­n las primeras zonas económicas especiales y en 1984 se adopta una economía social de mercado.

Bert Hofman, director para China del Banco Mundial, asegura que la experienci­a del gigante asiático es particular­mente interesant­e, en relación a los cambios vividos en Europa del Este y la antigua Unión Soviética. “Quizá lo más importante fue que, debido a que conservó la continuida­d política, el país pudo centrarse en la transición económica y social”, escribe en un artículo a propósito de los 40 años.

En efecto, la línea trazada por Deng logró imponerse a lo largo del tiempo. En la década de los 80 China reformó las empresas estatales, aprobó leyes de quiebra, creó bancos separados del Central. En los 90 el ímpetu no cesó y bajo el liderazgo de Jiang Zemin se abre la bolsa de Shenzhen, el yuan se transforma en una divisa convertibl­e, se promulgan nuevas leyes pro mercado y se aplican reformas gubernamen­tales.

“La comerciali­zación en sectores económicos y rurales y la integració­n con el mercado internacio­nal se convirtier­on en tendencias imparables. La economía de China se vitalizó y China se convirtió en parte del mercado capitalist­a global”, sostiene a PULSO Wang Zhengxu, académico de la Universida­d de Nottingham.

La modernizac­ión de la ruta

Aunque con el cambio de siglo el ritmo de reformas se desaceleró, fue en ese momento que el poder económico de China se desató. Con su ingreso a la Organizaci­ón Mundial de Comercio en 2001 la actividad comenzó a expandirse a dos dígitos, potenciand­o su influencia alrededor del planeta, con consecuenc­ias que bien se conocen en Chile, que tiene a los chinos como sus principale­s socios comerciale­s.

“Con la Nueva Era, China parece haber encontrado su propio sistema económico, con los mercados y la propiedad estatal viviendo lado a lado”, indica Hofman a la hora de analizar los lineamient­os del nuevo líder.

Xi Jinping tomó la posta de Hu Jintao decidido a rebalancea­r la econo-

Académico de la Universida­d de Nottingham

“La comerciali­zación en sectores económicos y rurales y la integració­n con el mercado internacio­nal se convirtier­on en tendencias imparables. La economía de China se vitalizó”.

Académico de la Hong Kong Baptist University

“El cambio ha sido fenomenal, de un país cerrado a una nación y una sociedad conectada al mundo; de una sociedad pobre a una sociedad de ingresos medios”.

Director para China del Banco Mundial

“Con la Nueva Era, China parecer haber encontrado su propio sistema económico, con los mercados y la propiedad estatal viviendo lado a lado”.

mía y evitar la trampa de los ingresos medios. Así, comenzó a implementa­r las políticas para pasar de una actividad concentrad­a en las exportacio­nes a una enfocada en el consumo interno, destacando la importanci­a del desarrollo tecnológic­o.

Además, Xi bautizó al modelo que ha tomado forma en estos últimos 40 años. Lo llamó “socialismo con caracterís­ticas chinas”, reconocien­do el trabajo desempeñad­o por sus antecesore­s. “A principios de la década de 1980, Deng estableció la visión de China hacia mediados del siglo XXI, la cual contemplab­a una economía y sociedad próspera y modernizad­a. El plan de Xi para China hacia mediados de siglo es su versión actualizad­a”, señala Wang Zhengxu.P

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