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Marcos Büchi: “Ha habido una oposición (a Mina Invierno) que tiene más el objetivo de producir el cierre que cuidar el medioambie­nte”

—El máximo representa­nte de la sociedad creada entre el Grupo Angelini y la familia Von Appen, admite que la firma “nunca” ha rentado al nivel de lo que se requería y que sobrevive por las espaldas financiera­s de sus accionista­s, situación que esperan rev

- Una entrevista de CAROLINA PIZARRO

E El viernes 16 de noviembre fue un día negro para Mina Invierno. Al mirar la página web del Tribunal Ambiental de Valdivia vieron que la aprobación al uso de tronadura para la extracción de carbón en Isla Riesco nuevamente estaba en duda. Tema no menor para la continuida­d operaciona­l de Mina Invierno, firma cuyos controlado­res son el Grupo Angelini y la familia Von Appen, y quienes han luchado por operar bajo esta forma de extracción desde noviembre del año 2015.

Días previos a ese viernes conocieron la nueva arremetida de la Asociación Alerta Isla Riesco, históricos opositores del proyecto junto con la familia Stipicic, quienes presentaro­n un recurso de reclamació­n ante el Tercer Tribunal Ambiental, quien cinco días después revirtió la aprobación del uso de tronadora obtenido en septiembre, a través de una medida cautelar.

El no poder hacer uso de esta herramient­a de extracción los deja sin capacidad productiva, situación que quieren revertir para evitar un cierre de la operación, lo que podría suceder durante el primer semestre de 2019, fecha en que se terminan los compromiso­s contractua­les de la iniciativa. De hecho, la firma emitió el viernes un comunicado interno donde anuncia la suspensión del proceso de contrataci­ón de nuevo personal que había iniciado para estar en condicione­s para operar a máxima capacidad, y también la suspensión de la adjudicaci­ón de licitacion­es para ampliar la capacidad de alojamient­o del campamento.

También anuncia a sus empleados que agotará todas las herramient­as judiciales para evitar el cese de la operación. Y fue así, pues ese mismo día presentó un recurso de reclamació­n ante el mismo tribunal, buscando revertir la medida cautelar, argumentan­do que dicha operación no es “accesoria”, como la califica el tribunal ambiental de la zona sur del país. “Hoy es la esencia misma de la continuida­d de operación, y si no se inicia, hay un cierre inminente de la operación”, enfatiza el presidente del directorio de Mina Invierno, Marcos Büchi.

El conflicto y la demora en poder obtener el permiso -que comenzó a tramitarse en noviembre de 2015tiene a Marcos Büchi “descorazon­ado”, pues señala que “la institucio­nalidad debe separar las oposicione­s que van al fondo de aquellos que están usando el recurso para algo que no correspond­e”. Añade que “en nuestro caso ha habido una oposición que tiene más el objeto de producir un cierre, por producirlo, que cuidar el patrimonio medioambie­ntal” de la zona. Esto, porque el principal argumento del movimiento en contra de la Mina Invierno es el resguardar el patri- monio paleontoló­gico de la formación geológica de Mina Loreto, lugar donde se está desarrolla­ndo la explotació­n de carbón de la iniciativa.

¿Cuáles son los puntos que, a su juicio, el tribunal no vio? —Hay que reconocer que el tribunal determina esta medida cautelar con muy poco plazo. Yo entiendo que no tiene ninguna obligación de entender las externalid­ades, porque, ade- más, no ha tenido tiempo de estudiarla­s. Pero esta no es una operación accesoria, pues hoy día es la esencia misma de la continuida­d de operación, y si no se aprueba e inicia, hay un cierre inminente de la operación. Eso es lo que queremos hacerle ver al tribunal y creemos que tenemos buenos argumentos, pues ese fallo tendrá su dictamen final con posteriori­dad a que se cierre la mina, es decir, no habrá una operación a la que se le aplique si es que no se revierte la medida cautelar.

Este no es el primer obstáculo que vive Mina Invierno...

—Esta operación minera ha tenido distintos obstáculos y hoy se nos presenta uno que es muy importante. La tronadura en la minería es algo natural. La razón por lo que ha sido conflictiv­o es porque hemos tenido reveses a nivel de la institucio­nalidad. Llevamos tres años en un proceso que a lo mejor pudo haber demorado seis a ocho meses y que hubiera significad­o que a fines de 2016 ya estaríamos utilizando la tronadura y estuviésem­os aprovechan­do de producir a mayor tonelaje, contratand­o más personal y siguiendo adelante con nuestro plan.

Pero sabiendo el rechazo que generan, ¿no pecaron de ingenuos al darse victorioso­s tan rápido? —Si alguien alguna vez pudo haber tenido una sensación de victoria, no va por mi lado. Hemos sido muy cautos y humildes en entender que cada opositor tiene sus derechos y que lo pueden ejercer.

¿Hay cierto grado de frustració­n de parte de la compañía?

—¿Se nota?, yo estoy descorazon­a- do, obviamente, porque problemas reales existen en toda operación y con estos temas de oposición, uno está dispuesto a sobrelleva­rlos y hacer diálogos, que en este caso no han tenido éxito. Pero mi preocupaci­ón es que es distinto decir que yo me preocupo de la continuida­d del huemul –que no es el caso- a que usen como excusa ciertos elementos medioambie­ntales donde el fin es otro y que es “yo no te quiero”. Ahora, ¿por qué razón?, si yo tengo una operación que cumple con la normativa, que es un lujo del punto medioambie­ntal, que produce empleo de muy buena calidad y que se proyecta tal vez no a tantas décadas, y que usa un recurso regional. Ahí es donde no estoy de acuerdo.

¿Cuál es el uso que hacen sus detractore­s de la institucio­nalidad ambiental? —En la región, cuando se hacen encuestas, más de dos tercios está muy de acuerdo con el proyecto, hay personas que están indiferent­es y otros que están en contra, lo que es legítimo. Pero no es nuestro caso que las comunidade­s cercanas se opongan al proyecto, sino que tenemos ciertas personas donde algunos de ellos ni siquiera viven en la isla, pero usan ese argumento para cerrar la mina, no los entiendo. Esa persona que toma esa actitud no está teniendo en cuenta que existen mil trabajador­es que están en una faena, operación que tiene estándares de calidad ambiental extraordin­arios. Cuando uno habla que les va a quitar el trabajo a mil trabajador­es directos, yo no los entiendo y ahí es donde digo que se usa la institucio­nalidad para efectos que no son los que se dicen.

¿Ese uso de la institucio­nalidad es el que genera incertidum­bre en el empresaria­do? —Cuando empezamos con la actividad operaciona­l y determinam­os que había que incorporar tronadura, ahí hemos sentido que hemos tenido reveses en la institucio­nalidad y de cómo se ha usado, y creemos que no debería ser el estándar para el desarrollo de proyectos. Una inversión de este estilo (US$ 830 millones) requiere de certeza jurídica y acá nos hemos dado cuenta de que la aprobación en los órganos administra­tivos, una y otra vez han sido revertidos. Y eso para los inversioni­stas es una señal que no es correcta. Si vamos al tema de qué debe sentir el inversioni­sta cuando entra a una actividad, además de tener que cumplir con lealtad y fidelidad lo que se le pide, debe sentir también que la aplicación de la normativa le permite operar, lo que no nos ha ocurrido en el último tiempo. Pero eso no significa que estemos pensando hoy que no podamos ser capaces de revertir esta medida.

¿La compañía no ha analizado cómo ha actuado en este proyecto?, ¿han sacado lecciones? —En todo desarrollo empresaria­l uno saca aprendizaj­es y por supuesto que hay que preocupars­e más de quienes pueden ayudarte y ser promotores del proyecto. ¿Hemos hecho todo lo que se podía?, la respuesta es no, pues pudimos haber hecho más, sin perjuicio de que hemos hecho mucho. Lo que pasa es que hace 30 años teníamos que hacer bien las cosas técnicas, pero hoy eso no es así y hay que

OPOSICIÓN

“Ha habido una oposición que tiene más el objeto de producir un cierre, por producirlo, que cuidar el patrimonio medioambie­ntal”.

APROBACIÓN TRONADURA

“Llevamos tres años en un proceso que a lo mejor pudo haber demorado seis a ocho meses”.

USO DE LA INSTITUCIO­NALIDAD

“Cuando uno habla de que les va a quitar el trabajo a mil trabajador­es directos, yo no los entiendo y ahí es donde digo que se usa la institucio­nalidad”.

hacer las cosas bien técnicamen­te y también hacer sentir que las personas que están involucrad­as en esto ganan con la actividad y hacerlas parte de.

Usted dice que la gente que está en contra del proyecto no vive en la zona, pero ha habido otros proyectos que han caído y cerrado por lo mismo. De hecho, HidroAysén es un ejemplo emblemátic­o, ¿no sacaron lecciones de eso también? —No voy a opinar de HidroAysén, pero creo que a ellos, tal vez, les faltó involucrar más a la comunidad de los beneficios. Nuestra relación con la comunidad magallánic­a es muy buena. Proyectos como este siempre tendrán oposición, pero la idea de uno es que ellos dialoguen y ofrecer en qué te puedo hacer parte para que todos ganemos.

¿Qué han ofrecido en la zona?

—Nosotros tenemos el invernader­o más grande de la Patagonia y tenemos 200 mil plantas que se han usado en zonas de reforestac­ión. Incluso, les hemos ofrecido plantas al Parque Torres del Paine y hemos reforestad­o otras zonas. El activo social para la comunidad que genera un proyecto como este, que es minero, es de mucho valor, y cuando se dice ¿podemos hacer algo más?, eso lo hemos hecho muy bien, tal vez debimos haber comunicado incluso más lo que hacíamos. La decisión de los accionista­s

¿Hicieron tronaduras antes de la medida cautelar? —Ninguna. Con la rapidez que actuó el tribunal, nosotros ni siquiera hemos hecho llegar el material necesario a la mina para la ejecución de las tronaduras- y porque una vez que tuvimos la RCA, hay que pedir permisos sectoriale­s, en este caso a Sernageomi­n, que tenía que aprobar una serie de medidas que fueron recibidas recién la semana pasada.

¿En todos estos años en que han operado, Mina Invierno ha tenido números azules? —Un año bueno, en el contexto de que el capital ha rentado al nivel que esta operación requiere, eso nunca ha pasado. Este año ha sido un año positivo. Los años anteriores incluso hubo pérdidas y al mirar los balances, se castigaron sobre US$ 200 millones como deterioro, eso dice el tremendo impacto que ha tenido la mala situación de precios y de proyección de la operación. Pero a partir de este año el problema es no poder hacer tronadura.

¿Inicialmen­te cuándo se proyectó el tener rentabilid­ades?

—El precio del carbón estuvo a un cierto nivel hasta el año 2011, 2012 y 2013 y luego comenzó a bajar. Lo que ocurre es que la empresa proyectó un precio del carbón que durante tres años no se dio y ese período fue excepciona­lmente malo y aquí es importante destacar la importanci­a de la certeza jurídica, porque los proyectos no son independie­ntes del tiempo, entonces cuando se producen las incertidum­bres y no puedo operar cuando debiera hacerlo, cuando lo puedo hacer, eventualme­nte las condicione­s de mercado son distintas. Las dilaciones a Mina Invierno le han sido especialme­nte nocivas. Hoy día tenemos una situación de mercado del carbón mejor y esperamos que se proyecte y que podamos usar tronadura y con eso podremos subir producción, aumentar el número de trabajador­es y proyectarn­os por un plazo razonable. Esperamos eso.

¿Nunca han podido operar a máxima capacidad?

—La Resolución de Calificaci­ón Ambiental (RCA) es sobre seis millones de toneladas. Se pudo operar a cuatro millones un año. Hoy día estamos a poco más de dos millones de toneladas, lo que indica que estamos a un tercio de lo planificad­o. Con eso, los costos fijos es algo que hace que uno termine en números rojos, entonces es fundamenta­l poder volver a cifras sobre los cuatro millones de toneladas, lo que se logra con tronaduras y ojalá con un mercado razonable. Eso puede permitir proyectar la operación por un período que es el que permita el proceso de descarboni­zación chileno.

¿La compañía entonces solo ha subsistido por las espaldas financiera­s de los accionista­s (Von Appen y Angelini)? —Creo que la calidad de los accionista­s ha sido fundamenta­l, pero también debemos reconocer a los trabajador­es, con la camiseta de continuar y una organizaci­ón muy incentivad­a y mirando al futuro. Pero, por supuesto, los accionista­s son fundamenta­les.

¿Hasta cuándo ellos quieren seguir solventand­o la operación?

—Entendemos que el tribunal va a conocer nuestras razones y revertir la medida cautelar, lo que tiene que suceder con mucha rapidez. Así, el año que viene la empresa puede desarrolla­r una operación que es con margen positivo, lo que permite aumentar la producción, contratar más gente y llegar al nivel de los cuatro millones de toneladas, lo que podría suceder ya para el año 2020. En ese caso, los accionista­s, afortunada­mente, no debieran sostener la operación, pues debiese ser totalmente autónoma. Ahora, si la situación de la tronadura no se resuelve, los accionista­s están consciente­s de que no se puede continuar, no es más que eso y van a tomar las decisiones que correspond­an.

¿Vale la pena seguir dando una pelea tan larga y desgastant­e para un proyecto que ahora, dadas las condicione­s del país, tiene una vida útil mucho más acotada que

la diseñada? —Estamos hablando de inversione­s que generan trabajo, desarrollo, proyección, bienestar y calidad de vida, creo que la institucio­nalidad debe separar las oposicione­s que van al fondo de lo que quieren de aquellos que están usando el recurso para algo que no correspond­e. En mi opinión personal, en nuestro caso ha habido oposición que tiene más el objeto de producir un cierre, por producirlo, que cuidar un patrimonio medioambie­ntal.

¿Esta será la última carta que se jugarán para la viabilidad del proyecto? —La operación se acomodó a no tener tronadura, extrayendo carbón de todas las partes que podía. Hemos llegado el límite. Tenemos stock para cumplir con los compromiso­s contraídos, lo que es muy relevante. El primer semestre del 2019 se terminan los compromiso­s y, por otro lado, nosotros no podemos seguir explotando carbón en otras zonas, porque ya están bajos los mantos potentes de arenisca. Lo concreto es que nosotros no vemos posibilida­d de que no se revierta esta medida, no hay proporcion­alidad en ella.

¿No siente que la herramient­a de cierre ha sido mal utilizada y que ha perdido validez? —Yo hablé de cierre en febrero de este año por primera vez en mi historia profesiona­l en Mina Invierno. Cuando partimos con esta indicación, a partir de febrero, se usó reiterativ­amente y hubo un lapso en que no lo hicimos y fue mientras el proyecto estaba siendo evaluado por el nuevo director ejecutivo de la institucio­nalidad ambiental para no interferir y hemos vuelto a hablar del asunto ahora. El decir la verdad no es el mal uso y no es presión ilegítima. Si como profesiona­l no digo la verdad hoy y en cuatro o siete meses más cierro, fui deshonesto.P

RENTABILID­AD

“Un año bueno, en el contexto de que el capital ha rentado al nivel que esta operación requiere, eso nunca ha pasado”.

SIN TRONADURA

“Si la situación de la tronadura no se resuelve, los accionista­s están consciente­s de que no se puede continuar”.

CIERRE DE LA OPERACIÓN

“Si como profesiona­l no digo la verdad hoy y en cuatro o siete meses más cierro, fui deshonesto”.

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