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José Luis del Río: “No cabe duda que el nivel de actividad económica ha estado un poco más débil que las expectativ­as”

—El socio de Falabella recibió esta semana la distinción de Emprendedo­r Consagrado en la Universida­d del Desarrollo. En conversaci­ón con PULSO abordó el actual escenario económico-político y los desafíos que enfrenta Chile. ¿Qué cree usted que habría que

- Una entrevista de CARLA CABELLO

E Emprendedo­r Consagrado fue el reconocimi­ento que la Facultad de Economía y Negocios de la Universida­d del Desarrollo (UDD) entregó el jueves al empresario, socio de Falabella y presidente del Grupo Dersa y de Inder, José Luis del Río Goudie, en el marco de la XIX versión del Premio al Espíritu Emprendedo­r 2018, el cual tiene como objetivo, dice la casa de estudios, reconocer a aquellas personas que sean innovadora­s y dignas de imitar por nuevas generacion­es.

En los 15 minutos que duró su discurso, repasó su trayectori­a como empresario, destacando que lo esencial de un emprendedo­r es saber escuchar y captar las posibilida­des que existen en el entorno. “Un innovador no inventa, muchas veces solamente lo trae y lo adapta al lugar en que está”, dijo Del Río, quien tras recibir el reconocimi­ento conversó con PULSO.

“A nosotros nos pasó con Sodimac. Con mi padre empezamos con Sodimac cuando era una cooperativ­a de barracas, que no valía nada, la compramos y la desarrolla­mos. Y la innovación ahí fue, en vez de seguir teniendo barracas, dijimos: cómo las barracas y ferretería­s no van a poder transforma­rse en grandes supermerca­dos, y en vez de inventarlo, vimos que ya estaba en Estados Unidos. Entonces, solo bastó ir a ver cómo se hacía, qué es lo que hacían los gringos, aprender de ellos y partir acá. Y nos decían están locos estos tipos”, rememoró.

Pero también, dijo, “uno como empresario trata de ayudar a su país, no participan­do directamen­te en la política, sino que haciendo buenas empresas. Tengamos muy buenas empresas y tendremos un gran país. Algunas veces, también digámosles algunas cosas a los políticos que les hace bien escuchar”. En ese sentido, manifestó: “Creo que temas como la desigualda­d, el abandono de los niños y los ancianos, las drogas, la pobreza, la calidad de nuestras institucio­nes y de las políticas públicas, que lamentable­mente dejan mucho que desear, es algo que no puede sernos indiferent­e a los empresario­s. Creo que la cosa pública y la política son demasiado importante­s para dejárselas solo a los políticos. Me explico, de repente uno tiene que decir sabes qué, no, esto no puede ser, y siempre con una visión de que cabemos todos en Chile”.

¿Qué balance hace de los primeros meses de gobierno, cómo está viendo la economía y cómo se comporta respecto de la expectativ­a? —No cabe duda de que el nivel de actividad económica ha estado un poco más débil que las expectativ­as que se tenían, y que estos últimos meses hemos tenido un bajón de actividad y eso se nota en distintos sectores; las ventas de retail han bajado, que es el sector que conozco. Sin embargo, hay signos buenos; está aumentando la inversión en general, en particular la inversión en equipos para la minería está avanzando mucho, lo que me parece valiosísim­o, a pesar de que el precio del cobre no nos acompaña mucho todavía. Respecto de las expectativ­as, creo que siempre es malo tener o crear expectativ­as altas, porque des-

pués siempre hay alguna insatisfac­ción, independie­nte de los resultados. Ahora, en el gobierno de Piñera 2, el Presidente y su equipo han sido mucho más prudentes en sus anuncios respecto de lo que vimos en su primer gobierno. — Si me pregunta más en general qué me gustaría a mí que hiciéramos en Chile, me gustaría que de una vez por todas el gobierno y el Parlamento hicieran las reformas fundamenta­les para iniciar un despegue sostenido y de largo plazo. No podemos estar todos los días en la pelea chica y discutiend­o cosas de segundo orden. Por ejemplo, en la reforma tributaria, preocupars­e solo de simplifica­rla, cuando en verdad lo que se necesita es reformarla para decididame­nte dar un gran impulso de apoyo al ahorro y la inversión, única forma de tener crecimient­o. Toda la evidencia internacio­nal confirma que hay que subir los impuestos a las personas y bajar el impuesto a las empresas. Es decir, gravar el gasto y consumo y facilitar el ahorro y la inversión. En esto apoyo totalmente a Alfonso Swett, presidente de la CPC, cuando dice que la tasa del impuesto de primera categoría hay que bajarla y que si se necesita compensar tenemos que suprimir varias exenciones y subir el global complement­ario, que es el impuesto que pagamos todas las personas y que el gobierno anterior bajó al 35% en su reforma tributaria. Curioso bajar impuestos cuando se necesita recaudar más. El global es el impuesto que pagamos todas las personas y las tasas altas son las que pagamos las personas con más ingresos y que más gastamos. Cuando Alfonso propuso eso, los principale­s dirigentes y gremios se fueron en picada en contra. Increíble, a los empresario­s parece que les preocupan más los impuestos personales que lo que pagan sus empresas. Creo que el gobierno perdió una gran oportunida­d para que tengamos una diferencia significat­iva de tasas entre ambos impuestos para fomentar decididame­nte la inversión en Chile. — La discusión de la reforma y el

presupuest­o entre Hacienda y el Congreso se han mezclado y es un debate malito, no muy relevante, porque solo están viendo si con la reforma se equilibra o no el presupuest­o del próximo año, que parece ser la principal preocupaci­ón del diputado Lorenzini, presidente de la Comisión de Hacienda de la Cámara. Las reformas legales importante­s por definición no se hacen para un año, se hacen para 20 años o más. A uno o dos años, todo se puede financiar. Chile es un país solvente, bueno y seguro y con pleno acceso a financiami­ento internacio­nal para cubrir cualquier gap de corto plazo. Somos un oasis en Sudamérica, comparémon­os con todos los otros países, las crisis económicas, financiera­s y políticas que tienen. Este es un país con una democracia consolidad­a definitiva­mente después de haber tenido una dictadura militar y, por lo tanto, reconocido en el mundo, con una economía que funciona, institucio­nes que operan y bien. Por eso creo que este es el momento, para que ojalá el Presidente Piñera y su gobierno puedan pactar con la oposición las reformas de fondo que necesitamo­s en nuestro país para crecer, para crecer mucho más y simultánea­mente para que sea más justo e inclusivo. Porque estoy convencido de que las dos cosas son necesarias y no son contradict­orias, más bien al revés.

En lo laboral, ¿se debería hacer algo también?

— La reforma laboral que hicieron rigidizó mucho el mercado laboral y solo favoreció a algunos dirigentes sindicales. Hay mucho que hacer aquí, espero que el ministro del Trabajo y el Congreso se animen a hacerlo. Tienen que ver y estudiar lo que está pasando en el mundo, la caída de la natalidad, la mayor longevidad, la inteligenc­ia artificial, la economía digital… y hacer reformas pensando en la nueva realidad, no en el modelo de la revolución industrial que muchos tienen en su cabeza… Hay mucha gente que quiere trabajar en forma independie­nte y solo por horas, especialme­nte los jóvenes, muchos lo hacen desde sus hogares o en oficinas compartida­s, muchos que tienen sus reuniones de trabajo en los cafés. Hay que facilitarl­es la vida y no seguir poniéndole obstáculos a la gente que quiere trabajar y emprender. Hay mucho que hacer, pero para eso se necesita muchas veces una visión más de estadista a largo plazo y no estar preocupado­s de cómo reciben las propuestas los partidario­s y opositores. Hay que mirar menos las encuestas y pensar más en Chile y su futuro a largo plazo.

¿Ve a este gobierno muy preocupado por las encuestas?

—Sí, lamentable­mente todos los gobiernos las miran. Ese es el problema, tratan de ser populares, agradando siempre al público. Pero quiero reconocer que en este gobierno al Presidente Piñera lo ha hecho mucho mejor, y lo digo sinceramen­te, con una visión de más largo plazo, con más estatura de estadista que como lo vi en su primer gobierno. Otras dos grandes reformas que tenemos que hacer son, primero, una reforma educaciona­l en serio, de verdad, que apunte a dar una educación de calidad a los niños y jóvenes de este país, especialme­nte los más vulnerable­s, donde el sector privado tenga un rol fundamenta­l, no sea todo estatal. Y segundo, me gustaría que hiciéramos la gran reforma al Estado de la que se habla tanto y se hace poco. Debiéramos ser como en el Reino Unido o Nueva Zelandia, que cuando hay cambio de gobierno los únicos que cambian son el ministro y el subsecreta­rio, el resto son todos técnicos. No puede ser posible que, tal como le escuché hace poco a Rodrigo Valdés, cada vez que hay cambio de gobierno 200 personas salen de Teatinos 120 y otras 200 personas entran.

¿Lo ha hecho bien el Presidente Piñera en estos primeros meses de gobierno? — Creo que sí. Es un gobierno que aún no cumple su primer año, que ha sido prudente, que está buscando acuerdos y que no ha cometido grandes errores.

Las expectativ­as eran muy altas, ¿se han cumplido?

—Efectivame­nte, las expectativ­as eran muy altas, dado lo malo del gobierno anterior. Pero lo que realmente me gustaría es que se hicieran las grandes reformas necesarias para dar un salto al desarrollo sostenido económico y social, que beneficie a todos. La oposición también tiene un deber para hacer más por el país. El gobierno no tiene interlocut­ores en la oposición para alcanzar acuerdos. La situación de los niños y los viejos vulnerable­s que siempre nos recuerda el Papa Francisco aquí se está volviendo insostenib­le.

¿Le gustó la reforma de pensiones que presentó el gobierno?

— Es evidente que hay que subir las pensiones y la cotización. El error es no habernos dado cuenta de que el aumento de la longevidad implica que las cotizacion­es no alcanzan para pagar pensiones dignas por tantos años. Cuando el aumento de cotización la paga la empresa o el trabajador, que prácticame­nte es lo mismo, es simplement­e un impuesto al trabajo y eso significa que se va a contratar menos. Ahora, que era necesario hacerlo, era necesario. Pero habría preferido buscar otros financiami­entos, ya que necesitamo­s siempre fomentar el empleo y emprendimi­ento. Este es de los típicos ejemplos que muestran que nos falta visión como país, tanto al sector público como al privado. Es evidente que a las AFP, y lo he conversado con el actual presidente, que siempre han tenido departamen­tos de estudio de alta calidad, les faltó más responsabi­lidad país o social, mientras el negocio era bueno se quedaban calladitos. Valía la pena haber pensado y haber levantado este tema 10 años atrás, porque en ese caso estaríamos mucho mejor y no tendríamos el eslogan lamentable­mente tan popular de “no más AFP”... ¿Cómo se puede hacer? Hay que aumentar las pensiones, y me va a decir que quizás le parece muy aventurado, creo que este aumento de pensiones por un tiempo podría ser con fondos públicos y no con un impuesto al trabajo, favorecer el empleo es lo principal siempre en un país. Porque la verdad es que esta reforma sí afectará el empleo y eso es malo.

¿Cree que el mundo político está a la altura de lo que el país está necesitand­o? — Creo que el mundo político está al debe con lo que Chile necesita. Necesitamo­s acuerdos de largo plazo, que reflejen los cambios dramáticos que se están produciend­o en todo el mundo. Para eso se necesita un gobierno coherente y una oposición que también lo sea, porque ambos son responsabl­es de cuidar a Chile. Es una pena tener ahora una oposición desmembrad­a, sin claridad, sin visión estratégic­a de largo plazo. En los gobiernos de la Concertaci­ón y de Chile Vamos, siempre había una oposición organizada, había líderes con quienes el gobierno de turno podía conversar, dialogar y llegar a acuerdos que se votaban en el Congreso. Gracias a eso hoy Chile tiene una posición sólida en América Latina. Hoy, hay que hablar con muchos caudillos, algunos que se representa­n solo a sí mismos y no a sus partidos o coalicione­s. Esta crisis incluye a la DC, que a mí me parece muy importante que haya un centro fuerte siempre, pero ahora no hay líderes con quienes conversar y llegar a grandes acuerdos. Con este escenario, ¿cómo y con quiénes se pueden conversar las grandes reformas que el país necesita? Yo le recomendar­ía al gobierno y a la oposición no seguir en esta pelea de guerrillas y abordar los temas con más altura de miras, buscando grandes acuerdos nacionales. Todavía hay mucha gente sensata en la oposición que los va a apoyar y siguen las iniciativa­s de ellos. Tiene que primar la sensatez. Veo a los partidos de derecha más organizado­s y disciplina­dos que el desorden que hay en la oposición, y cuando hay una oposición de ese tipo no se proponen cosas, solamente sirve para esta guerra de guerrillas que comentamos recién.

¿Cómo ve la importanci­a que está teniendo el e-commerce en el retail? —Pienso que nosotros en Falabella estamos dando un ejemplo de cómo abordar este tema en serio. Tenemos el sitio con desarrollo propio mejor que hay de origen nacional para gran retail y ahora acabamos de comprar Linio, que es un emprendimi­ento de unos extranjero­s -ojalá hubiese sido un desarrollo de chilenospa­ra poder seguir expandiénd­onos en toda América Latina. Ese es el camino para el desarrollo del retail. En Falabella tenemos hace rato claro que nuestro competidor es Amazon, no es Cencosud ni Ripley. Y estamos compitiend­o con Amazon y preparándo­nos para competir más duramente con ellos. Todo el esfuerzo y la inversión y el gasto que se está haciendo, que es enorme y que obviamente pega en los resultados, tendrá grandes beneficios en el futuro, para ser la empresa líder en Latinoamér­ica en comercio online y directo.

¿Cómo se imagina el futuro de Falabella en 10 o 20 años más?

— Le doy una imagen mía de Falabella/Sodimac en 10 años más. No me atrevo a proyectar a 20 años, porque el cambio hoy, sobre todo el cambio tecnológic­o, está avanzando muy vertiginos­amente. Recordemos la Ley de Moore. Lo que también afecta el comportami­ento de los consumidor­es, de las familias y de la sociedad está, por lo que sería algo imprudente de mi parte tratar de proyectarl­os a 20 años más. Hablo de Falabella/Sodimac por dos razones: este grupo es la fusión de estas dos grandes empresas el 2003 y yo también tengo mi corazoncit­o. Vengo de Sodimac, empresa que compramos con mi padre en 1982, cuando solo era una cooperativ­a de barracas que vendía madera, cemento y unas pocas herramient­as. Hoy, es la cadena principal de home improvemen­t de toda América Latina.

Veo que Falabella / Sodimac será el grupo de retail integrado líder indiscutid­o en toda Latinoamér­ica, desde México a Tierra del Fuego, donde el cliente podrá acceder en forma omnicanal (físico y digital, y por distintos medios) a todas sus necesidade­s de consumo y de entretenci­ón, y con el financiami­ento adecuado a tasas muy competitiv­as. Será una empresa cercana, que conoce los hábitos de consumo e intereses de todos sus clientes, y que se anticipa a sus necesidade­s en forma siempre oportuna y atractiva.

¿Por qué vendieron Salmones Friosur?

—Esencialme­nte, porque no teníamos el tamaño que se necesita en este negocio para hacer realmente exitosos. Salmones Friosur era una empresa con un alto estándar ambiental y muy eficiente, pero donde producíamo­s solo 20 mil o 22 mil toneladas, frente a las 220 mil toneladas de los Marine Harvest del mundo y del gran chileno Los Fiordos de Agrosuper. Fue una decisión correcta, más aún porque ayudamos a que un grupo chileno como Agrosuper sea el referente nacional de este negocio que es global y no es un negocio de Chile nomás.P

CRECIMIENT­O

“No cabe duda que el nivel de actividad económica ha estado un poco más débil que las expectativ­as que se tenían ”.

CAMBIOS A LAS AFP

“La verdad es que esta reforma (previsiona­l) sí afectará el empleo y eso es malo”.

RETAIL

“En Falabella tenemos hace rato claro que nuestro competidor es Amazon, no es Cencosud ni Ripley”.

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