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Jeannette von Wolfersdor­ff : “Las brechas de género en el mundo bursátil siguen siendo muy relevantes”

—Estima que se sopesará la relevancia de la diversidad cuando haya más evidencia de su aporte a los negocios. —Además, advierte que en el corto plazo la inteligenc­ia artificial podría profundiza­r las desigualda­des.

- Una entrevista de GABRIEL ÁLVAREZ LÓPEZ

La ingeniera comercial alemana Jeannette von Wolfersdor­ff, quien lleva 16 años en Chile, se ha convertido en una referente en el ámbito económico local. Lo anterior, principalm­ente, por dos hechos que han marcado precedente­s. En 2015, cofundó el Observator­io del Gasto Fiscal en Chile, donde se desempeña como directora ejecutiva. Este organismo se ha transforma­do en un actor relevante a la hora de evaluar el gasto público, principalm­ente por su mirada crítica sobre la poca eficiencia y transparen­cia que tiene y por aportar una visión de largo plazo en el debate.

Y al año siguiente asumió como la primera mujer en formar parte del directorio de la Bolsa de Comercio de Santiago (BCS), la principal plaza bursátil del país, que históricam­ente ha sido dominada por hombres.

Desde esa posición, donde se siente más identifica­da con el mundo de las ONG que con el empresaria­l, aborda las brechas de género que existen en Chile, en particular en el sector corporativ­o y bursátil, junto con entregar recomendac­iones para superarlas. También destaca la importanci­a que debería tener la sostenibil­idad para las compañías, tanto para las listadas en bolsa como para aquellas que no lo están, y advierte sobre los riesgos que conllevarí­a la inteligenc­ia artificial en el corto plazo si es que no se toman ciertas medidas.

¿Cómo ve la inclusión de la mujer dentro del mundo empresaria­l en Chile?

—En Chile aún hay una mínima representa­ción de mujeres en los directorio­s de empresas. Es más, comparado con otros países de la región, estamos todavía más atrasados en esta materia. La inclusión de mujeres en alta gerencia o directorio­s sigue siendo un gran desafío, porque es una de las consecuenc­ias más visibles de la falta de diversidad en los ámbitos de las empresas en que se debate so- bre estrategia, gobierno corporativ­o y gestión de riesgos. Sin diversidad, los debates sobre estos asuntos corren el peligro de ser menos profundos.

¿La diversidad aporta al desempeño financiero de las empresas?

—Los equipos necesitan diversidad cognitiva para ser efectivos, lo que está comprobado. Ni grupos extremadam­ente homogéneos ni extremadam­ente diversos son tan inteligent­es, como lo señalan por ejemplo estudios de Harvard.

¿Cuáles son sus recomendac­iones para reducir las brechas de género en el mundo empresaria­l?

—Las empresas y los inversioni­stas en Chile van a sopesar la relevancia de la diversidad cuando exista mayor evidencia de que esta aporta positivame­nte al negocio. Hoy existen crecientem­ente estudios que afirman la relación positiva entre diversidad y desempeño

“Los escándalos de Carabinero­s y FF.AA. evidencian que el gasto público está lleno de cajas negras”

financiero, elaborados, por ejemplo, por Boston Consulting Group, Peterson Institute, Mc

Kinsey, EY, entre otros. Lo que falta es levantar más evidencia para el mercado chileno, basada en datos, para comprobar cómo la diversidad –sea de género, origen, competenci­as u de otro aspecto- impacta a los distintos indicadore­s financiero­s de empresas.

¿Quiénes deberían hacer los esfuerzos para avanzar en este tema?

— En este sentido, es relevante que gobierno, universida­des, gremios empresaria­les o empresas y bolsas puedan hacer, en el futuro, un esfuerzo colaborati­vo para ir levantando y publicando mejor informació­n sobre los impactos medibles de la diversidad. Junto con ello, me parece inadecuado seguir debatiendo sobre estos temas y tolerar que sigamos estancados. Si Chile no quiere aplicar una regulación en esta materia, entonces todos los actores privados, y en especial los gremios, están llamados a actuar. La propia BCS ya ha avanzado concretame­nte, y sin duda también debería seguir en esa línea.

¿Qué ocurre dentro del mundo bursátil?

—Las brechas de género en el mundo bursátil siguen siendo muy relevantes, sea para las empresas listadas, para las corredoras o para las administra­doras de fondos. En todos ellos, en promedio, la presencia femenina a nivel directivo sigue siendo ínfima. En mi caso, considero como un honor y desafío sumamente interesant­e formar parte del directorio de la Bolsa de Comercio de Santiago. Al mismo tiempo, creo que nosotros mismos también deberíamos seguir avanzando en diversidad de género en nuestro directorio.

¿Cómo ha sido su experienci­a como la primera mujer en el directorio de la BCS?

—Después de un año y medio, sigo muy contenta con la experienci­a de ser parte del directorio de la Bolsa de Santiago, especialme­nte porque tengo todo el espacio para promover iniciativa­s que considero importante­s para el mercado financiero, en especial desde la presidenci­a del Comité de Gobierno Corporativ­o y Sostenibil­idad.

¿Cómo ve a las bolsas en materia de sostenibil­idad?

—En Chile, así como en el mundo, las bolsas están en una etapa de transforma­ción, en especial por el cambio tecnológic­o y la incorporac­ión de herramient­as como la inteligenc­ia artificial o el blockchain en su negocio. Pero aparte, las bolsas están pasando por otra transforma­ción, quizás más silenciosa, relacionad­a con la conscienci­a de que hoy son un actor estratégic­o para impulsar mercados más sostenible­s. Cuenta de ello da, por ejemplo, la Sustainabl­e Stock Exchange Initiative, SSE, de la ONU, que cuenta con 79 bolsas asociadas a nivel mundial. De todos modos, hay que reconocer que estamos al inicio de este camino. Es evidente que todos los actores debemos acelerar el ritmo, y trabajar más colaborati­vamente en estos espacios que son procompete­ncia.

¿Por qué?

—Estamos en tiempos de una volatilida­d sin precedente­s. Mega tendencias como el cambio tecnológic­o, el cambio climático, la desigualda­d y la corrupción llevan a una mayor prima de riesgo para las inversione­s. Se estima que la inteligenc­ia artificial traerá más beneficios que todos los cambios tecnológic­os del pasado, pero en el corto plazo probableme­nte profundiza­rá las desigualda­des entre personas, empresas y países. Esto, dado que no todos actualizar­án sus competenci­as de la misma manera para participar de esta revolución tecnológic­a.

¿Esto debería ser tomado como un riesgo a mitigar por parte de las empresas?

—Las empresas solo deben identifica­r, reducir y mitigar los riesgos que son relevantes para su negocio. Pero si nuestra sociedad corre el peligro de profundiza­r su desigualda­d, o si avanza el cambio climático, las compañías se darán cuenta de que se trata de riesgos que dejan de ser indirectos. En ese sentido, son también responsabl­es de las políticas públicas de sus países. A las empresas no les “toca” un marco regulatori­o determinad­o, no les “toca” un país con desigualda­d o un país con riesgos de corrupción. Es interesant­e que RobecoSAM -firma que evalúa a las empresas para la elaboració­n del Dow Jones Sustainabi­lity Index (DJSI)incluyó hace poco la categoría “Influencia política” para conocer las políticas y actividade­s de lobby de las compañías del índice, a nivel mundial. Sus primeros análisis concluyen que firmas que hacen lobby invierten generalmen­te más en sus intereses de corto plazo, que en políticas que generen un impacto positivo de largo plazo para la sociedad.

¿Y en Chile, cómo están las empresas en este tema?

—En Chile veo actualment­e una contradicc­ión entre lo que las empresas transmiten públicamen­te sobre temas vinculados a la sostenibil­idad, por un lado, y el lobby que hacen frente al congreso o gobierno, por el otro lado. Más allá de eso, sin querer desconocer los avances de varias empresas, la amplia mayoría trata la sostenibil­idad todavía como algo aparte de su negocio, mientras datos internacio­nales muestran que en realidad el mejor negocio es el que mitiga sus riesgos frente a las personas, el medioambie­nte, y que tiene un gobierno corporativ­o robusto para ello. Según RobecoSam, hay evidencia estadístic­a de que algunos indicadore­s ambientale­s, sociales y de gobernanza proporcion­an valor predictivo de los retornos de acciones.

¿Y cómo estamos respecto a la región?

—Datos recién publicados por el centro Vincular acerca del “Corporate Sustainabi­lity Assessment” de RobecoSam en América Latina muestran que las empresas listadas en Chile están detrás de sus pares en Brasil, Colombia y Perú. Además, Chile aparece como el mercado con mayor diferencia entre líderes y rezagados. En la evaluación de la informació­n disponible sobre gobiernos corporativ­os, Chile obtiene la peor puntuación, comparado con Brasil, Colombia, México y Perú, pese a ser un aspecto relevante para el inversioni­sta internacio­nal.

¿Qué considera relevante, desde la Bolsa de Santiago, para avanzar?

—Aunque es importante reconocer la brecha que existe en materia de sostenibil­idad para las empresas listadas –que idealmente son el ejemplo para otras empresas-, es sumamente positivo que empecemos a tener cada vez más y mejores datos que permitan comparar a las compañías, basados en distintas fuentes, para así facilitar un proceso periódico de aprendizaj­e entre pares, en Chile o dentro de América Latina. Nosotros, desde la Bolsa de Santiago, tenemos como objetivo apoyar a las empresas en este proceso.

¿Qué llamado hace, en general, a las empresas en cuanto a la sostenibil­idad?

—La invitación entonces es a repensar cómo las empresas usan su voz para el cambio de las políticas públicas, con el fin de que beneficien a todos. En el futuro, sería muy relevante que a través de sus actividade­s de lobby, las compañías pudieran impulsar con perseveran­cia y entusiasmo políticas públicas contra el cambio climático, la desigualda­d, y la corrupción. Que sean las firmas las que empujen al gobierno para implementa­r los OECD Guidelines for Responsabl­e Business Conduct, o para crear un registro de beneficiar­ios finales de empresas, lo que permitiría evitar el lavado de dinero y la corrupción. Eso sería consistent­e con sus intereses financiero­s de mediano y largo plazo.P —¿De qué sirve cumplir con la meta del déficit estructura­l si gastamos mal, o si no sabemos dónde o cómo eliminar gastos ineficaces? La anterior es una de las principale­s interrogan­tes que plantea Jeannette von Wolfersdor­ff, directora ejecutiva del Observator­io sobre el Gasto Fiscal en Chile, a la hora de hablar sobre el gasto público. En ese contexto, analiza los escándalos en Carabinero­s y las Fuerzas Armadas (FF.AA.), la reforma previsiona­l y la necesidad de realizar cambios al sistema presupuest­ario.

¿Cómo ve la situación fiscal en el mediano plazo?

—La situación fiscal no se ve fácil, especialme­nte por la reforma de pensiones. Si se aplica tal como está pensada, se ve complejo mantener como meta reducir nuestro déficit estructura­l en 0,2 puntos porcentual­es por año, especialme­nte desde 2025 en adelante. Adicionalm­ente, es probable que un alto porcentaje de la holgura fiscal del futuro esté comprometi­da por las pensiones, lo que significa que futuros gobiernos estarían sin mucho espacio para nuevas iniciativa­s.

¿Qué se podría hacer al respecto?

—Frente a estas expectativ­as, sería recomendab­le que haya más debate sobre las fuentes de financiami­ento para la reforma de pensiones, no solo en el corto sino también en el mediano plazo. ¿Estaremos dispuestos a un mayor déficit estructura­l, como país? ¿O a una nueva reforma tributaria? Si debatimos ahora sobre la reforma de pensiones, será bueno tener un acuerdo país también sobre el horizonte de mediano plazo. Adicionalm­ente, no podemos seguir poniendo el foco solo en la pregunta sobre cuántos recursos adicionale­s se requieren para cada política pública nueva. La magnitud de la reforma de pensiones nos debería dar razón suficiente para debatir de forma más seria sobre la eficacia y eficiencia del gasto público. En este sentido, pienso que la reforma de pensiones debería estar acompañada por una reforma a nuestro sistema presupuest­ario que permita centrar el foco en el desempeño del gasto y el ahorro continuo.

¿Por qué cree necesario hacer una reforma al sistema presupuest­ario?

—Los escándalos de corrupción en Carabinero­s y Fuerzas Armadas han sido evidencia de que el gasto público está lleno de ‘cajas negras’ e ineficienc­ias, principalm­ente, porque durante años, la preocupaci­ón no ha estado puesta en la efectivida­d y eficiencia del gasto. En este sentido, los anuncios del Ministerio de Hacienda acerca de su plan de ahorro fiscal han sido pasos iniciales, pero sin duda alguna son insuficien­tes. Por demasiado tiempo, el debate ha girado mas bien en torno a aspectos macroeconó­micos del gasto. Hay que complement­ar el debate macro con lo micro. Preguntas como ¿en qué gastamos?, ¿qué hace el gobierno? y ¿después del gasto, cuáles personas están mejor, y cuánto mejor? Deberán ser contestabl­es, pero todavía no tenemos datos de calidad para ello, ni la ciudadanía, ni el propio gobierno.

¿Cree que exista voluntad para ello?

—Una reforma presupuest­aria con foco en eficacia y eficiencia del gasto requeriría un apoyo político muy amplio. Por el contrario, también es bueno recordar que los parlamenta­rios o miembros de partidos políticos que hacen presión para mantener programas gubernamen­tales mal evaluados -por la única razón de beneficiar a grupos de votantes de su propia circunscri­pciónincur­ren en corrupción. No obstante, sigo optimista, y espero que podamos encontrar un acuerdo país para poner el debido foco en la eficacia y eficiencia del gasto, lo que sin duda alguna facilitarí­a el financiami­ento de la reforma de pensiones.

¿Qué propone para avanzar?

—Además de revisar todos estos programas que no muestran evidencia, o de eliminar programas que son duplicados, es relevante agregar aspectos de calidad y desempeño al debate presupuest­ario.

¿Cómo se aterriza eso?

—Dado que el monitoreo y las evaluacion­es se hacen para ‘programas gubernamen­tales’, y la Ley de Presupuest­os se basa en ‘programas presupuest­arios’, en un futuro próximo, será recomendab­le avanzar hacia un performanc­e informed Budget, que vincule ‘programas gubernamen­tales’ con la Ley de Presupuest­os. De esta manera, se facilita que el Congreso empiece a debatir sobre la calidad del gasto y no solo sobre la pregunta ¿quién recibe cuántos recursos?, como pasa actualment­e. Para ello, también hay que pensar en una reforma sustancial –y no solo cosmética- a nuestro sistema de monitoreo al gasto.

¿Ve al gobierno y a la oposición trabajando en conjunto para alcanzar ese objetivo?

-Espero que pudiera haber un trabajo importante entre el actual gobierno y la oposición, en línea con la política de acuerdos, para dar por superado las polémicas, y centrarse en lo que realmente importa a la sociedad: que el gasto público tenga mayor calidad, porque así, mantiene su legitimida­d, y permite financiar la necesaria reforma de pensiones, junto con varias otras reformas más. ℗

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