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Lo que funciona en Wall Street

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E—por

RUBÉN CATALÁN—

STOS días he estado leyendo nuevamente un libro bien conocido en el mundo financiero: “The Intelligen­t Investor”, de Benjamin Graham. El autor, junto a David Dodd, fue profesor de Warren Buffett en su época universita­ria, y marcó la educación de quien fuera a convertirs­e en uno de los grandes inversioni­stas de nuestros tiempos.

¿Pero qué tan bueno ha sido Buffett administra­ndo sus inversione­s? Prácticame­nte en toda su vida profesiona­l, Buffett ha conducido sus negocios vía una compañía llamada Berkshire Hathaway (BRK). En el gráfico les muestro el retorno de la acción de BRK versus la del S&P-500 desde que se tiene historia (reinvirtie­ndo dividendos).

El retorno anualizado de BRK en estos 53 años ha sido de 20,9%, versus 9,9% para el S&P. Son evidentes los muy buenos primeros años de Warren, pero pareciera que entrando en la década del 2000, hubiera perdido su toque, sólo igualando el retorno del mercado, esperable dado el tamaño de BRK. Bueno, pues la magia del interés compuesto acá funciona de maravillas, ya que todos esos años de superar al mercado significan que una inversión de US$ 100 en el S&P de 1964 equivaldrí­a a unos no despreciab­les US$15.508 dólares al cierre de 2017. ¿Y una equivalent­e en BRK? Casi US$2,5 millones.

¿Cómo es que una persona logra un resultado que equivale a más de 155 veces el retorno del mercado en 5 décadas? El modelo que plantea Graham es simple: los precios de las acciones tienen un componente relacionad­o a los activos de la compañía (específica­mente se fija en los Activos Corrientes Netos de Deuda) y otro componente más especulati­vo, que tiene que ver con el valor que el mercado le asigna a los flujos futuros. Este sería el componente más volátil en el precio.

La tesis es que el mercado puede variar de forma abrupta su valoración de esos flujos futuros, usualmente ante malas noticias de corto plazo, haciendo que las acciones caigan, hasta por debajo del valor de sus activos. Ese es el momento en el que el “Inversor Inteligent­e” actúa, sólo cuando hay un descuento importante versus el valor intrínseco de la empresa. Así, una vez esta problemáti­ca de corto plazo termina, y los resultados se normalizan, el mercado vuelve a valorar las perspectiv­as futuras de estas empresas, y vuelve a asignarle un premio relevante sobre sus activos.

El modelo de Buffett tiene varias innovacion­es versus lo planteado por Graham, como la utilizació­n de compañías de seguros en la administra­ción de las inversione­s financiera­s, una filosofía de toma de control para empresas con ventajas competitiv­as sostenible­s, etc. Los resultados parecen increíbles, pero son reales. No por nada el mercado valora las acciones de BKA en más de US$500 billones. A la luz de esos resultados, parece que vale la pena leer una y otra vez al profesor de este “Inversor Inteligent­e”. ℗

El autor es fundador de AhorrarEsS­imple.cl

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