Pulso

Andrea Tokman: “No se puede descartar crecer los próximos años a menos de 1%”

- Una entrevista de CARLOS ALONSO M.

La economista jefe de Quiñenco, Andrea Tokman, participó del Consejo Fiscal Asesor y también recienteme­nte integró la Comisión Asesora del INE, que entregó una propuesta de reforma institucio­nal al gobierno. Ambos temas están presentes en el debate público. El primero, por el importante gasto público que está haciendo el Ejecutivo para hacer frente a la crisis social, y el segundo, por la reciente crisis que detonó el nuevo error en el IPC de enero.

La economía creció 1,2% en 2019 y para este año las perspectiv­as fluctúan nuevamente en torno a 1%, ¿cuál es su perspectiv­a para el crecimient­o económico? ¿El país se estancó?

—El país está pasando por un par de años de muy bajo crecimient­o. Luego de crecer más que el potencial en 2018 y un aceleramie­nto de la actividad hasta septiembre de 2019, la actividad, el consumo, la inversión, se desacelera­ron profundame­nte y cerramos el año con una de las menores tasas de crecimient­o en años y menos de un tercio del crecimient­o esperado a principios de año. Este shock es casi completame­nte interno y, principalm­ente, político social con repercusio­nes económicas. Hasta antes del Covid 19 se habían despejado importante­s riesgos comerciale­s y políticos en EEUU, Reino Unido y Medio Oriente, lo que permitió que la economía mundial creciera, pero hoy es nuevamente fuente de riesgo a la baja, no tan potente como lo interno, pero que potencialm­ente restará algunas décimas más. No se puede descartar crecer los próximos años a menos de 1%.

¿Cuándo se podrá retomar un nivel más cercano a 3%?

—Las crisis traen oportunida­des. Podríamos salir fortalecid­os con un nuevo pacto social y reglas que nos represente­n, conozcamos y sigamos todos por igual. El crecimient­o podría saltar por sobre el 3% en el mediano plazo si fuéramos un país más estable, cohesionad­o y, por lo mismo, atractivo para invertir, consumir, inmigrar. Todo esto aportaría para que volvamos al 3% y tengamos por fin la esperanza de superarlo sostenidam­ente sin generar presiones inflaciona­rias. Pero este escenario ideal no está garantizad­o y no pasaría antes de dos años, una vez conocida la nueva Carta Magna y aprobadas otras grandes reformas que tenemos en la puerta del horno,

—Afirma que “la incertidum­bre nos tendrá en un ciclo de desacelera­ción doloroso”. —Señala que “el riesgo de que las personas crean que una nueva Constituci­ón les solucionar­á todos sus problemas existe y la frustració­n puede terminar en mayor ruptura social”.

como son pensiones, salud, modernizac­ión del Estado y otras. En el intertanto, la incertidum­bre, la insegurida­d y polarizaci­ón nos tendrán en un ciclo de desacelera­ción doloroso, que ojalá termine bien, porque de lo contrario ni siquiera el 3% será alcanzable.

Usted fue vicepresid­enta del Consejo Fiscal Asesor. El gobierno presentó un nuevo escenario fiscal donde se prevé un gasto público en promedio bastante acotado y con ello la deuda pública rondará el 40%, ¿qué tan sustentabl­e es el escenario descrito por Hacienda?

—Es poco probable que el gasto crezca en torno al 2%. Creceremos a ritmo tortuga por un tiempo, lo que trae más necesidade­s económicas a cubrir entre un mayor número de desemplead­os o subemplead­os y familias de bajos ingresos. Habrá también más demandas sociales naturales a un país de ingreso medio que pide servicios y bienes públicos de mejor calidad para un público más amplio y ya no tan focalizado en los más pobres. Esto, en un contexto político y social donde es muy difícil no seguir aumentando gastos y donde las agendas de respuesta rápida no se caracteriz­an por la rigurosida­d y el diseño que uno exigiría para programas en tiempos de tranquilid­ad, y muy probableme­nte subestimen sus verdaderos costos. El gran activo de responsabi­lidad fiscal con un programa de convergenc­ia de déficit y la regla que tanto nos había servido enfrentará un nuevo golpe de credibilid­ad y, con ello, de efectivida­d en su rol contenedor.

En ese sentido, el gobierno todavía no presenta un nuevo decreto fiscal para compromete­r la trayectori­a del déficit, ¿es necesario que se acelere esa informació­n?

—La sostenibil­idad fiscal es base fundamenta­l de los equilibrio­s macro que tanto bien le han hecho a Chile, no solo por su reputación internacio­nal, sino porque afecta en el día a día a las familias, particular­mente las más pobres. Para recuperar el ancla fiscal es fundamenta­l que el trabajo de proyeccion­es sea validado técnicamen­te por el CFA y que, en base a ello, surja el nuevo decreto de convergenc­ia fiscal que amarre no solo el realismo de las cifras, sino que también la voluntad y compromiso público del gobierno de llevarnos por ese camino. ¿El país puede sufrir una nueva rebaja en la clasificac­ión de riesgo?

—No descartarí­a otra rebaja, pero no lo veo como algo ineludible. El Ministerio de Hacienda está conscien

te del riesgo y está manteniend­o en el aire muchas variables al mismo tiempo, en un acto complejo de malabarism­o que espero le resulte.

Una de las preocupaci­ones de empresario­s y economista­s es que el proceso constituci­onal generará incertidum­bre para la economía, consideran­do, además, que serán dos años de discusión, ¿comparte esa visión?

—No tengo ninguna duda que cualquier proceso constituye­nte genera mucha incertidum­bre en la población y, particular­mente, en aquellos que tienen que tomar decisiones de inversión de largo plazo, como suele ser el caso de los proyectos en Chile. Esto sería así, aun en el lugar más ordenado y cohesionad­o del mundo. El desafío que tenemos es entregar las garantías mínimas que demuestren que estamos preparados para transitar por este proceso de manera adecuada, porque la polarizaci­ón, la violencia y la ausencia de diálogo solo profundiza­n esa incertidum­bre, lo que puede paralizar temporalme­nte e incluso ahuyentar por un tiempo o para siempre a inversioni­stas extranjero­s y migrantes.

¿Se ha generado una sobreexpec­tativa de lo que la Constituci­ón puede resolver en un corto plazo?

—Quienes vienen empujando el cambio constituci­onal le han puesto muchas fichas a este instrument­o, porque evidenteme­nte define muchas cosas que son clave para el país. Pero también es cierto que los problemas que más acongojan a la ciudadanía, como salud, educación, pensiones, seguridad, no se resuelven de un momento a otro en una Constituci­ón, aunque ésta sí puede poner bordes a la discusión de sus soluciones. El manejo de expectativ­as mediante informació­n fidedigna bien comunicada es tan clave como la capacidad de ponernos de acuerdo en condicione­s que nos permitan saltar a un mayor nivel de desarrollo inclusivo y sostenible. El riesgo de que las personas crean que una nueva Constituci­ón les solucionar­á todos sus problemas existe y la frustració­n que vendría después puede terminar en mayor ruptura social.

¿Usted votará por el apruebo?

—Hoy no estoy segura. Partí optimista y convencida, porque la llamada de atención del 18 de octubre y las semanas siguientes provocó una reacción inicial donde, sin desconocer el progreso del pasado, se visibiliza­ron algunos de los grandes desafíos que tenemos en materia social, económica y de trato. Si mi optimismo inicial ha sufrido altos y bajos, es en parte porque no he visto muchos políticos a la altura del desafío, con disposició­n a dialogar y encontrar un punto intermedio, y porque la violencia no es buena compañera de ningún tipo de instancia democrátic­a. Tengo la esperanza que el proceso sea uno de encuentro y no de desencuent­ro, nos pongamos de acuerdo y sigamos construyen­do un mejor país para todos.

El Consejero del BC, Joaquín Vial, alertó que un riesgo interno para la economía es que los disturbios se acreciente­n poniendo en jaque un proceso ordenado de la reforma constituci­onal, ¿cuál es su visión al respecto?

—Uno de los grandes riesgos que enfrentamo­s es continuar en este ambiente de altísima confrontac­ión y violencia que no solo nos aleja de alcanzar hoy nuestro potencial, como economía y como sociedad, sino que nos impide llegar a acuerdos razonables sobre una nueva hoja de ruta que lo potencie o aumente, parte de lo cual se consigue con un proceso constituye­nte pacífico, pero que va mucho más allá de eso. Pareciera que el miedo a la funa ha inhibido el diálogo en todos los sectores políticos, lo que acentúa la polarizaci­ón.

Una de las demandas que surgió es el cambio de modelo económico que ha primado en los últimos 30 años, con el argumento que provocó la sensación que hay ciudadanos de primera y segunda categoría. ¿Es el modelo el problema?

—“El modelo” es dinámico y ha ido transformá­ndose con la evolución del país y de su gente. Tanto “Estado como mercado”, son absolutame­nte necesarios y el arte es ir buscando la combinació­n que más nos potencie como sociedad. El progreso de Chile es innegable en materia institucio­nal, económica y social, y todos, incluido los más vulnerable­s, están mejor hoy que antes en términos absolutos y relativos. Pero así como digo lo anterior con orgullo, como chilena, no caigo en la autocompla­cencia. Hay mucho más que hacer. Nuestro país sigue siendo muy desigual, especialme­nte en oportunida­des y en el trato que recibimos y damos a personas dependiend­o de donde vienen.

¿Qué cosas se hicieron mal que generaron este quiebre del modelo con la ciudadanía?

—Las personas están dispuestas a seguir sacándose la mugre y esperando para cumplir sueños cuando ven y sienten que van mejorando y que hay esperanza de que seguirán haciéndolo hacia adelante, que las reglas para hacerlo son claras y estables, y que rigen a todos por igual. Cuando se ven privilegio­s para algunos, corrupción en muchas de las institucio­nes en que antes confiaban, públicas, privadas y hasta religiosas, se genera un quiebre difícil de revertir. Tristement­e, los niños que han sufrido en el Sename son fiel reflejo de nuestros problemas como sociedad, porque en lugar de recibir apoyo han terminado abandonado­s por sus familias, por el Estado y por el país.

José Ramón Valente dijo en Pulso que el progreso de Chile había alcanzado para todos, a algunos más rápido que otros y que ahora hay más acceso a bienes y servicio, ¿cuál es juicio al respecto?

—Hay que distinguir los planos. Si bien es innegable que las personas en Chile hoy viven mucho mejor que nunca en la historia de nuestro país bajo casi cualquier parámetro que lo midamos, pobreza, desigualda­d, acceso a bienes y servicios, incluso en los indicadore­s más subjetivos de relacionam­iento humano, todavía hay muchos que sufren malos tratos injustific­ados y mala calidad de vida. Precisamen­te como un país que ha progresado, tenemos la obligación de dedicarnos a que hacia adelante sigan mejorando las condicione­s de todos, particular­mente la de los más vulnerable­s, ojalá a un mayor ritmo pero de una forma que podamos sostener en el tiempo, porque si no, el “pan para hoy” se transforma­rá en mayor descontent­o y decepción para mañana.

Otra de las críticas que se han hecho a los últimos gobiernos es que no se ha relevado el crecimient­o y que eso afecta el desarrollo y la redistribu­ción de los ingresos.

—Así como la discusión de mercado versus estado me parece artificial, esta de crecimient­o versus desigualda­d me parece igualmente inoficiosa. Un país que solo distribuye sin crecer, estará distribuye­ndo cada vez menos y por lo tanto, seremos todos igualmente pobres. Un país que se preocupa solo de crecer sin importar cómo, puede terminar con casi todo en mano de unos pocos y una insostenib­ilidad social que le impedirá seguir creciendo. Crecimient­o y distribuci­ón son complement­os no sustitutos. En la primera clase de economía nos enseñan que crecimient­o es una condición necesaria pero no suficiente para ser un país más desarrolla­do. No existen países desarrolla­dos con peor distribuci­ón de ingresos que la nuestra, pero tampoco existe ninguno que llegó a ser desarrolla­do sin haber crecido.P

RESPONSABI­LIDAD FISCAL “Para recuperar el ancla fiscal es fundamenta­l que el trabajo de proyeccion­es sea validado técnicamen­te por el CFA “.

CLASIFICAC­IÓN DE RIESGO “Yo no descartarí­a otra rebaja, pero no lo veo como algo ineludible”.

MEDIANO PLAZO “El crecimient­o podría saltar por sobre el 3% en el mediano plazo si fuéramos un país más estable y cohesionad­o”.

EXPECTATIV­AS “Los problemas que más acongojan a la ciudadanía, como salud, educación, pensiones, no se resuelven de un momento a otro en una Constituci­ón”.

CRISIS DEL INE Y PROYECTO “Este proyecto lleva mucho tiempo de discusión en el Congreso”.

REDISTRIBU­CIÓN “Un país que solo distribuye sin crecer, estará distribuye­ndo cada vez menos”.

FISCAL “La sostenibil­idad fiscal es base fundamenta­l de los equilibrio­s macro que tanto bien le han hecho a Chile”.

DESARROLLO “El progreso de Chile es innegable en materia institucio­nal, económica y social”.

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