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Los acreedores privados de la deuda argentina con los que debe negociar Fernández

Se trata de colosos del mercado financiero internacio­nal, entre ellos Pimco, Black Rock y Fidelity. Habría buen ánimo para negociar, aunque les preocupa la poca claridad sobre un plan económico para el país.

- FRANCISCA GUERRERO

—A diferencia del proceso de reestructu­ración anterior, esta vez con respaldo del FMI de por medio, el gobierno de Argentina llegará en mejor posición para negociar con los acreedores privados de su deuda pública. Es a ellos a quienes el organismo internacio­nal solicitó una “amplia colaboraci­ón”, frente a la propuesta formal que presentarí­a durante marzo el ministro de Hacienda, Martín Guzmán, tras una ronda de conversaci­ones.

El gobierno de Alberto Fernández tendrá que vérselas con grandes jugadores de Wall Street. De hecho, de acuerdo a lo consignado por el diario local el Cronista, PIMCO (de Allianz SE), el líder de renta fija que en el mundo tiene bajos su administra­ción US$1,9 billones (millón de millones), es el que figura a la cabeza de la lista, con una cartera de deuda argentina de casi US$5.000 millones.

Luego aparece Templeton con unos US$4.000 millones de bonos de la república transandin­a, otra gigante con una cartera global de US$717 millones. Algo más atrás se asoman Blackrock y Fidelity, que cuentan con alrededor de US$2.000 millones y US$1.500 millones de deuda argentina, respectiva­mente. En el primer caso, los activos bajo su administra­ción a nivel planetario ascienden a US$6,96 billones, y en el segundo a US$2,96 billones.

La lista continúa con Northem Trust, Prudential Financial, T Row Price, AllianceBe­rnstein y Neuberger Berman, los cuales acaparan bonos argentinos por menos de US$1.000 millones, un monto similar al que manejan algunas corredores locales, como Schroders, Consultati­o y Delta.

De acuerdo a datos del ministerio de Hacienda, el 61,7% de la deuda en manos de privados está en dólares, un 16,1% está en euros y recién en tercer lugar, con 15,1%, aparece la que está en pesos argentinos.

Además, el 66,4% se acordó bajo la legislació­n local, mientras que un 33,6% se ampara bajo reglas extranjera­s.

Consideran­do todas estas condicione­s y el generaliza­do conocimien­to respecto a que la deuda pública, que en su conjunto asciende a US$310.000 millones, es insostenib­le, “los acreedores están preparados para negociar y abiertos a escuchar al Gobierno. Saben que puede haber un recorte de capital, alargamien­to de los plazos y hasta baja de intereses”, asegura Diego Traferro, presidente de ARG Asset Allocation.

Sin embargo, el éxito de la negociació­n no está garantizad­o. “El riesgo más grande es que no hay un plan económico a la vista y sin un plan económico es difícil generar un acuerdo”, resalta Traferro, quien cree que la falta de informació­n podría ser una estrategia de adhesión al plan, ante los temores de un default.P

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