El renacer de GenoSur, la empresa que le vendió 1 millón de test Covid-19 al gobierno
Todo empezó con la convicción de que había que llevar la ciencia a los colegios. Y luego de varios caminos y un fuerte golpe, a principios de 2019 tuvieron que reducirse en 40%. Pero la convicción de la importancia de los test de coronavirus y el conocimiento científico para desarrollarlos dio un giro. Hoy, proyectan facturar US$50 millones para este año y están abriendo fábricas en México, EEUU y España.
Marzo de 2020. Matías Gutiérrez y Daniela Mendoza reciben un llamado del gobierno. La solicitud era clara: necesitaban un millón de test de Covid-19.
Pero la historia comienza 20 años antes y está llena de pivoteos. Corría fines de los ´90 y Matías viajó a Singapur a hacer sus dos últimos años de secundaria. Volvió a Chile enamorado de la ciencia y se fue derecho a estudiar bioquímica. Pero quería compartir su amor y armó un proyecto para hacer talleres científicos en colegios. La iniciativa dio paso a Bioquímica.cl.
El 2007, Matías se fue a buscar trabajo a San Francisco (EEUU) y lo contrataron en la Universidad de California donde estuvo dos años, donde le ofrecieron hacer su doctorado. “Pero quería volver y titularme en Chile”, dice. Y el lugar fue la Universidad Andrés Bello.
Paralelamente, Matías había conocido a Daniela -su esposa, socia y gerente general de Bioquímica.cl- en un congreso en Cuba. Daniela es costarricense y bióloga, y en 2010 se vino a Chile para hacer un magíster en la Usach. En ese momento también apareció Ana Morán en la fórmula, la tercera socia y gerente de desarrollo de esta nueva etapa de Bioquímica.cl.
El modelo de negocio era entregar a los colegios varios servicios orientados a experimentos científicos. “Pero a veces no eran muy escalables. Una vez nos salieron puros erizos machos…”, dice ella riendo desde el otro lado de la videollamada. Está con su hija en brazos y, al lado, Matías. Detrás de los tres hay una pizarra blanca llena de anotaciones.
Pero querían llegar a todo tipo de colegios en Chile, no sólo a los privados. Entonces comenzaron a fabricar kits con guías muy detalladas, donde el profesor podía llevar a cabo con sus alumnos una serie de experimentos en la sala de clases.
Sin embargo, aún no había mucha rentabilidad. A Daniela se le prendió la ampolleta: Hacer capacitaciones gratuitas a los colegios municipales y de ahí lograr fidelidad. Comenzaron con Melipilla. Crearon un “Maletín Científico” que después evolucionó en el “Laboratorio Móvil”, una especie de carro que pudiera estar en cada una de las 21 escuelas de esa comuna. “Nunca habíamos tenido una adquisición tan grande. Cada carrito lo vendimos como en $600.000. Estábamos muy emocionados”, dice Daniela.
Y el actual gerente de innovación de Bioquímica.cl complementa: “Eso nos permitió tener una prueba de concepto para entender que, a través de módulos, éramos capaces de entregarle una gran cantidad de experimentos al profesor y con un presupuesto establecido. Gracias a eso hemos ayudado a más de 600 colegios con un programa que se llama ‘Experimenta’”.
El giro
Corrían los años y fueron creando una serie de kits. De 2011 a 2017 tuvieron un crecimiento anual de cerca de 50% y sin ningún tipo de inversión, aparte de haber logrado el apoyo de StartUp-Chile en 2013 para Experimenta. “Soy como el escapado de la academia. No quise seguir la vida en la universidad, pero gran parte de las utilidades la invertimos en I+D”, asegura Matías.
¿Y el coronavirus? “Desde que empezó la empresa hacíamos investigaciones de diagnóstico molecular, que es lo que usa hoy para los test de Covid-19. Entonces, nos llamó la empresa estadounidense Ubiome para fabricar sus dispositivos médicos”, responde Matías.
Abrieron una fábrica en Chile y la certificaron con los estándares internacionales. Ubiome les encargó cerca de 400 mil dispositivos. El balde de agua fría llegó a mediados de 2018: Ubiome quebró, e incluso, fue investigada por el FBI. Bioquímica.cl se quedó con los insumos y con una factura sin pagar de US$600.000.
“En 2019 tuvimos que reducirnos a un 40%. Fue muy duro”, explica Matías, y su esposa le responde: “Ahí tomamos la decisión de que tú ibas a viajar fuera del país a buscar oportunidades y yo me quedaba a cargo de la empresa en Chile”.
Matías estuvo tres meses entre Miami y Chile buscando nuevos clientes para GenoSUR, que era el nombre que le dieron a la fábrica de dispositivos médicos. “También comenzamos a trabajar para empresas en Australia, EEUU y Chile. Estábamos en eso cuando comenzó a avanzar el Covid en el mundo…”, recuerda Matías, y prosigue: “Veía lo que pasaba en Italia y España, teniendo claro que si no hacíamos una gran cantidad de test iba a pasar lo mismo en Chile. Tomé el computador y empecé a hacer un prototipo. Yo mismo agarré la tórula, me practiqué el examen y ¡funcionó!”.
Fueron a tocar puertas por todas partes para vender el test para Covid19 de GenoSUR, empresa que ya corría por cuenta propia como un spin-off de Bioquímica.cl. El 18 de marzo de este año le hicieron al gobierno de Chile una cotización por 1 millón de test. Un día después llegó la orden de compra. El 21 de marzo estaban entregando las primeras 600 unidades.
Gracias a esto, los han contactado de decenas de países y han enviado muestras de sus kits a los cinco continentes. Están abriendo otras fábricas en Tijuana (México), Miami y luego en España. Esperan facturar entre US$40 millones y US$50 millones en 2020.
Hace tres días recibieron un primer pedido desde el extranjero: 2 millones de test de Covid-19 para Estados Unidos.P