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“Para cumplir la meta estructura­l el próximo año el gasto público deberá caer 8% (...), lo que es muy desafiante”

Jorge Rodríguez: ENTREVISTA CON VICEPRESID­ENTE CONSEJO FISCAL AUTÓNOMO

- Una entrevista de MIRIAM LEIVA P.

—El economista recomienda que “apenas la condición sanitaria lo permita, el Estado debería cambiar de estrategia y (...) reemplazar entrega de bonos directos por generación de empleo”. —Añade que el CFA sugiere “hacer una reasignaci­ón el próximo año que privilegie la inversión pública en vez de gasto corriente”.

Hoy se cumple un año desde que se creó el Consejo Fiscal Autónomo (CFA), un periodo breve, pero de arduo trabajo. Ha emitido dos informes a petición del Ministerio de Hacienda, se reunieron con la Comisión asesora del gasto público que creen fue una medida adoptada tras su sugerencia de explorar alternativ­as de reasignaci­ón presupuest­aria.

También recomendar­on que el último Informe de Finanzas incluyera proyeccion­es de mediano plazo, que una vez publicadas analizaron la semana pasada. “Las cifras actualizad­as están mostrando que la situación fiscal se ha deteriorad­o bastante, lo que se evidencia en un indicador líder como es la deuda bruta que se estima llegará a 40% del PIB (Producto Interno Bruto), cuando antes de las crisis estaba en 29% del PIB. En 2016, la deuda estaba en 20% y para 2024 estaremos duplicando ese nivel, en 8 años”, indicó el vicepresid­ente del CFA, Jorge Rodríguez.

¿Cómo evalúan el panorama para cumplir con la meta de ir bajando el déficit estructura­l a 0,5% del PIB por año y llegar a 2% de déficit en 2022?

—Es llamativo del Informe el hecho de que para cumplir las metas de balance estructura­l, el gasto público debiera caer 8%, un nivel al que no estamos habituados. Se podría entender que muchos de los programas de apoyo son de carácter transitori­o y, por ello, podría esperarse un retroceso del gasto, pero esa magnitud es bien desafiante.

¿No correspond­e a todo lo que subirá este año como transitori­o? —Este año el gasto crecerá 10,4%, y para cumplir la meta estructura­l el próximo año deberá caer 8%. Es decir, el gasto comprometi­do para 2021 es mayor que el compatible para cumplir la meta, lo que es muy desafiante (tendría que ajustarse en un el equivalent­e a 0,5% del PIB). Entonces cabe preguntars­e si se podrá ajustar ese gasto comprometi­do, dado que el gobierno no ha señalado que vaya a ajustar sus metas.

¿Se puede modificar el gasto comprometi­do?

—Este ítem tiene distintos elementos. El gasto en pensiones no se puede cambiar, pero sí hay otros que se podrían ajustar, ya que hay programas mal evaluados se puede aprovechar de ajustar, y para ello está la Comisión de eficiencia. Hay que sumar que el gobierno esperaba un aumento de 4,5% en los ingresos para 2020 y ahora señala que caerán 11,8%, es brutal el cambio de realidad.

El informe también dice que no habrá holguras en 2021 ni en 2022.

—En este caso, para 2021 y 2022 se da la situación de que los gastos comprometi­dos son mayores que los gastos compatible­s con la meta, por lo tanto, no hay espacio alguno para inventar nuevas cosas si se quiere cumplir con la meta. ¿Ustedes, como CFA, creen que se pueda cumplir?

—Nosotros hemos dicho que visualizam­os que esta crisis tiene dos etapas. Una, es la que estamos viviendo ahora, de emergencia en la cual debe aumentar el gasto en salud y en suplementa­r los ingresos de las familias y dar liquidez a empresas; eso se está haciendo. Luego, viene una segunda etapa que podríamos llamar de reactivaci­ón, que esperamos pueda comenzar con inversión pública que es la herramient­a con la que cuenta el gobierno. Se debería hacer una reasignaci­ón el próximo año que privilegie la inversión pública en vez de gasto corriente.

¿Y con qué herramient­as?

—O reasigna o busca más ingresos, lo que no está muy fácil, porque no está encima de la mesa discutir una Reforma Tributaria, pues podría ser contraprod­ucente para la economía. La proyección de mediano plazo muestra que no hay espacio para cumplir la meta y cumplir con los gastos ya comprometi­dos, algún ajuste habrá que hacer.

¿Es posible ajustar la meta?

—Esa es decisión de la autoridad. Lo importante es tener metas que

“El gobierno debe evaluar si está en condicione­s de cumplir la meta de balance, que se hizo antes del coronaviru­s”.

“Para cumplir las metas, el gasto público debiera caer 8% (...) es bien desafiante”.

“Un no cumplimien­to debe ir de la mano de un compromiso firme de retornar al equilibrio en un plazo no tan largo”.

sean exigentes, pero realistas. Ya hubo que cambiar la meta por la crisis social, y habría que reflexiona­r hasta qué punto se pueden cumplir, porque se hicieron antes del coronaviru­s. El gobierno debe evaluar si está en condicione­s de cumplirla. ¿Cuál es la recomendac­ión que podría dar el CFA, porque hay una situación mundial deteriorad­a? —Bueno, se podría decir que en 2020 ningún país de Europa ni de América Latina va a cumplir sus metas. Ante esa realidad, si Chile tampoco la cumpliera, lo importante sería el tener un compromiso de converger hacia futuro, un país empieza a cumplir y converger luego que han pasado las crisis. La otra reflexión es que nadie puede asegurar que no tengamos crisis más adelante, entonces una vez que esta crisis pase, el CFA ha recomendad­o empezar a construir los ahorros fiscales para prepararno­s para una próxima crisis que vendrá, no sabemos de qué tratará, pero de que habrá, habrá.

¿Cuánto afectaría la imagen de Chile frente a las clasificad­oras el que reconsider­e su meta?

—Hay que tener dos cosas en considerac­ión. Uno, que Chile sigue siendo un país emergente y siempre será un país latinoamer­icano, por tanto las clasificad­oras de riesgo y los inversioni­stas le exigen mucho más a un país como Chile que a uno desarrolla­do o en Europa. Siempre hay que seguir siendo cuidadosos en esa materia, porque no tenemos respaldo institucio­nal para llevar la deuda al nivel de países europeos que tienen años de historia y están en otro vecindario. Por tanto, tenemos que seguir cuidando ese aspecto de spread de la deuda y calificaci­ón de riesgo.

¿Debe colocarse una meta más exigente que reducir el déficit a medio punto por año como hoy? —Esa meta es exigente, pero hay que empezar a cumplirla. Un no cumplimien­to de la meta, debería ir de la mano de un compromiso firme de retornar al equilibrio en un plazo no tan largo, a un paso sustantivo, que se note el esfuerzo, porque desde que nos desviamos en 2008 nos ha costado mucho volver a la convergenc­ia, porque siempre nos han pasado cosas: crisis financiera, terremoto, crisis social, ahora el Covid. De lo contrario, se empieza a erosionar la credibilid­ad de la regla y eso puede tener efecto en el riesgo país. Otra reflexión del CFA es que podría evaluarse y quizás hacer más creíble nuestras metas si hacemos un mix entre balance con una relación deuda/PIB, pues a medida que se acerca a 40% pasa a ser un factor relevante que atender.

Se supone que estas medidas de mayor gasto son transitori­as, ¿qué pasará si viene un panorama de desempleo alto y sea difícil retirar las ayudas? ¿Cómo están viendo esa ecuación?

—Hay que pasar a una segunda fase de incentivar más la actividad económica, una política contracícl­ica más tradiciona­l y apenas la condición sanitaria lo permita, el Estado debería cambiar de estrategia y poner mucho impulso en inversión pública, sería mucho mejor reemplazar la entrega de bonos directos por generación de empleo. ¿Podría ser en el segundo semestre?

—No sabemos si será este segundo semestre o el primero del próximo año, lo que sí es importante es que el gobierno tenga esa máquina de la inversión pública bien aceitada para echarla a andar apenas pueda. Debiese estar preparado desde antes: tener carpeta de proyectos de inversión, avanzado los estudios que son materias de oficina, tener aprobadas las bases de las licitacion­es, y estar listos para activar la inversión física. Eso debiese estar preparándo­se con antelación.

El ministro ha dicho que no puede quemar todos los cartuchos, ¿habrá más déficit que el 8%?

—El ministro tiene razón, y hay que tener espacio guardado para una segunda etapa si la crisis se profundiza. En estas proyeccion­es de Dipres se supone que ha incluido esas materias, porque el ministro pidió un Fondo de US$2.000 millones y aún no los ha gastado, pues los proyectos presentado­s suman menos que eso.

Usted estuvo en la Dipres, ¿hay espacio para recortar gasto?

—Esta es una buena oportunida­d de buscar espacios de eficiencia, de descubrir programas que pueden cerrar, que hay gastos administra­tivos que eran innecesari­os. Se podría ahorrar mucho en viajes al exterior y viáticos, con todo lo que ha funcionado el teletrabaj­o y las reuniones por vía remota, se podría pensar que esto podría ser una fuente de ahorro permanente. Muchas veces hay problemas políticos para cerrar un programa, pero en esta coyuntura quizás hay una oportunida­d para reasignar recursos de un programa que no está funcionand­o a salud o para bonos. Creo que la misma necesidad de la situación actual va a iluminar muchas áreas.P

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