Pulso

No culpemos a las AFP, ¡formulemos bien el problema!

—Paulina Yazigi Economista

- —por PAULINA YAZIGI—

Araíz de la iniciativa reciente de algunos parlamenta­rios de querer eliminar las AFP, es importante mirar el debate desde el punto de vista más objetivo posible. No hay duda que, desde hace años y, sobre todo, a la luz de las demandas sociales que despertaro­n en octubre pasado, las pensiones son la preocupaci­ón número 1 de nuestros ciudadanos. Pero para encontrar las soluciones correctas, debemos identifica­r el problema correcto. En concreto, si creemos que eliminando las AFP lograremos mejorar la seguridad social de los chilenos, estamos muy equivocado­s.

Primero, no podemos culpar a la AFP por el monto de nuestra pensión. Es como ir a reclamarle al banco que no hay suficiente plata en mi cuenta. Lo que pasa es que hemos ahorrado poco. ¿Por qué? Porque la tasa de cotización obligatori­a de 10% es baja; porque ha habido un crecimient­o importante en los sueldos en las últimas cuatro décadas, que empeora el cálculo de nuestra tasa de reemplazo; porque hemos tenido lagunas previsiona­les importante­s por no estar trabajando, por ser independie­nte o por informalid­ad, y por la baja participac­ión laboral femenina. ¿Sabía Ud. que el 35% de nuestros trabajador­es no cotiza? ¿Sabía que la “densidad” de cotizacion­es (meses cotizados del total desde la afiliación) es sólo 52%? En mujeres esto es aún peor: de las que jubilaron el último año, ¡sólo el 5% ha cotizado el período completo! Y a todo esto se le suma un factor más: la mayor expectativ­a de vida.

Segundo, las pensiones no son bajas porque las AFP han invertido mal nuestros ahorros (los que trabajamos en inversione­s sabemos lo difícil que es “ganarle” a una AFP), ni porque nos han cobrado comisiones. Según Benavides y Valdés (2018), si las ganancias de las AFP hubiesen sido la mitad, nuestras pensiones serían solo un 3% mayor.

Lo que pasa es que de este último punto brota la sensación de injusticia de que hay un determinad­o sector privado que lucra, mientras otros no tienen pensiones dignas.

Por esto es necesario incentivar la competenci­a entre las AFP, y que sus cobros surjan de una rivalidad en comisiones igual de potente y transparen­te que le exigimos a otros sectores. Y para “legitimar” esta competenci­a, por qué no incluir un ente público en el escenario. Nosotros, los afiliados, tenemos responsabi­lidad también, pues está muy bien documentad­a nuestra insensibil­idad a las diferencia­s de comisiones entre AFP.

Por lo tanto, identifica­ndo el problema, la solución es clara: cualquier mejora al sistema de pensiones debe generar los incentivos correctos a cotizar, acompañado­s de medidas que fomenten la formalidad y equidad en el mercado laboral y, aunque tengan un menor impacto, que eleven la competenci­a. Y en el intertanto, fortalecer nuestro Pilar Solidario.

Por último, hay que tener extremo cuidado con intentar atender todos los juicios del universo “No+AFP”, porque no solo no mejoraremo­s nuestras pensiones, sino que, todo lo contrario, las empeorarem­os aún más. Entre sus críticas, sus detractore­s reclaman que las AFP inviertan nuestros ahorros en los mercados internacio­nales y que estén sujetos a sus vaivenes, que inviertan localmente en empresas de “las familias más ricas del país”, que cobren comisión incluso en períodos con pérdida o que no podamos retirar nuestros ahorros antes de la jubilación. Ninguna de las anteriores, excepto la última, merece algún análisis.

Lo cierto es que este sistema de pensiones “autofinanc­iadas”, o uno alternativ­o, siempre será imperfecto, y debemos estar constantem­ente buscando soluciones de largo plazo, a la vez que reforzamos las paliativas. Pero, aunque para algunos no signifique mucho, debemos enorgullec­ernos de que el actual sistema previsiona­l chileno es reconocido como uno de los mejores, estando dentro de los top 10 en el Índice Global de Pensiones Melbourne Mercer.P

Economista

El país busca repactar unos US$65 mil millones antes de que termine un período de gracia que vence el 22 de mayo.

—Argentina no ha recibido ninguna contraofer­ta nueva por parte de sus acreedores, luego de haber rechazado una, dijo ayer el ministro de Economía, Martín Guzmán, en videoconfe­rencia. Ese país está en plena negociació­n para lograr un acuerdo con acreedores para repactar US$65 mil millones en bonos antes del 22 de mayo, cuando vence un período de gracia para el pago de intereses por US$ 500 millones. El ministerio de Economía argentino rechazó a inicios de mes una contraofer­ta del grupo BlackRock.

Compañía, además, anunció instalació­n de una segunda máquina para elevar producción a 3 millones mensuales.

—El presidente Empresas CMPC, Luis Felipe Gazitúa, entregó ayer a la Central de Abastecimi­ento del Sistema Nacional de Servicios de Salud (Cenabast), su primera producción de mascarilla­s, que alcanzó las 336 mil unidades. Anunció, además, que la compañía sumará nueva capacidad a su línea de fábrica de mascarilla­s quirúrgica­s del tipo tres pliegues, su filial de productos de higiene y cuidado personal Softys, en Puente Alto, para producir en régimen 3 millones de mascarilla­s mensuales.P

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