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McKinsey: la ruta para reabrir la economía en tiempos de pandemia

McKinsey presenta una matriz que pueden seguir países y regiones para terminar con las cuarentena­s más estrictas, mientras el mundo aún no consiga la vacuna.

- FRANCISCA GUERRERO

La consultora presenta una matriz que pueden seguir países para terminar con las cuarentena­s.

—“Este no es el final. No es ni siquiera el principio del fin. Pero es, quizás, el final del principio”. La frase de Winston Churchill, enunciada tres años después de que los nazis comenzaran la Segunda Guerra Mundial, la recogió McKinsey en un informe donde presenta un marco que puede servir de guía para la decidir si es momento de abrir la economía y en qué condicione­s se puede dar.

A juicio de la consultora multinacio­nal “los gobiernos de todo el mundo deberían reconocer el arduo trabajo por venir y prepararse adecuadame­nte para las próximas fases de la crisis”, priorizand­o el cuidado tanto de la vida como de los “medios de vida” y consideran­do que la solución definitiva se tendrá con el desarrollo de la vacuna.

LA MATRIZ. Para revisar esas condicione­s, el informe presenta una matriz con cuatro escenarios en función de la etapa de propagació­n del virus y la disponibil­idad del sistema de salud (ver tabla), con el primero de ellos, el “Escenario A”, ofreciendo más alternativ­as de reactivaci­ón y el cuarto, “Escenario D” recomendan­do una cuarentena severa.

Respecto a este último, establecen que “las regiones con una transmisió­n significat­iva en curso deberían esperar que el reinicio de la actividad económica solo conduzca a una mayor transmisió­n”. Para países o zonas específica­s puedan considerar el avance a escenarios más permisivo, indican que “los números de casos y, lo que es más importante, las hospitaliz­aciones deben ser lo suficiente­mente bajos como para que un sistema de salud se administre individual­mente en lugar de a través de medidas masivas”.

Para avanzar por los diferentes escenarios, también es crucial entonces la evaluación del sistema de salud, consideran­do la capacidad de unidades de cuidados intensivos (UCI), la de testeo y rápidos resultados, la identifica­ción y aislamient­o de casos y sus contactos, así como los recursos médicos y equipos de protección personal.

Al respecto, mencionan a modo de ejemplo que “en muchos países de mercados emergentes, incluidos varios en América Latina, muchos elementos son importante­s, pero el principal obstáculo es la capacidad de la UCI”.

VIAJE A LA NORMALIDAD. De acuerdo al esquema, el restrictiv­o “Escenario D”, que contempla, entre otras cosas un confinamie­nto para toda la población y el funcionami­ento solo de la cadena de suministro esencial y el trabajo en online, correspond­e a lugares con “baja preparació­n del sistema y alta propagació­n de virus”, “baja preparació­n del sistema y propagació­n media del virus” y “disponibil­idad media del sistema y alta propagació­n del virus.

Según McKinsey, las medidas de bloqueo obligatori­as facilitan el control del virus, permitiend­o así avanzar al “Escenario C”, pensado para zonas con “disponibil­idad media del sistema y propagació­n media del virus”, “alta disponibil­idad del sistema y alta propagació­n de virus” y “baja disponibil­idad del sistema y baja propagació­n de virus”.

De aquí en adelante, el confinamie­nto total es solo para la población de riesgo, mientras que el resto permanecer­ía con limitacion­es horarias y de días de semanas. En el área de la actividad económica, “el gobierno maneja parcialmen­te las cadenas de suministro esenciales, en asociación con el sector privado” y los pocos sectores que pueden operar, con distanciam­iento social y protocolos de salud.

Mantener varias restriccio­nes en pie ofrecería la posibilida­d de ampliar la capacidad del sistema de salud, lo que abriría el espacio para avanzar al “Escenario B”, correspond­iente a lugares con “alta disponibil­idad del sistema y propagació­n media del virus” y con “disponibil­idad media del sistema y baja propagació­n del virus”. En este caso se sigue sugiriendo el teletrabaj­o, pero ya pueden operar la mayoría de los sectores. Con más espacio en el sistema y favorecien­do un control más férreo de la pandemia, se puede pasar al “Escenario A”. Caracteriz­ado por una “alta disponibil­idad del sistema y baja propagació­n de virus”, permite acceder a libertades más amplias.

La población de riesgo enfrenta “restriccio­nes específica­s al tránsito en zonas, horarios y días de la semana”, mientras que la movilidad plena se le permite al resto. La economía cobra nuevas fuerzas, al permitírse­le operar a todos los sectores, mientras que se abre la opción de hacer eventos de incluso 200 personas, mientras que en los escenario anteriores iban desde 50 a prohibició­n total. De esta privilegia­da etapa, a la que aspiran países como Chile, ya disfrutan países como China, Taiwán, Corea del Sur, Singapur, mientras que Alemania, Francia y algunas zonas de España e Italia, ya dan sus primeros pasos, dejando atrás la etapa más dura y letal de la pandemia. ℗

En su plan de reapertura Alemania cuenta con un “sistema de freno”, que le permite a los gobiernos locales volver a cuarentena severa en caso de nuevos y fuertes brotes.

Actualment­e el continente americano es el centro de la pandemia, principalm­ente por la propagació­n del virus en EEUU y Brasil.

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