Pulso

10 ideas para afinar la estrategia

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Hemos cumplido tres meses con la amenaza del Covid-19. Más de 100 mil contagiado­s y 1.000 fallecidos en Chile dan cuenta de la gravedad e impacto del virus. En gran parte del mundo el confinamie­nto y la ampliación de la capacidad de atención de pacientes críticos se imponen como ejes de la estrategia de salud pública.

Una alternativ­a al confinamie­nto es lo que se conoce globalment­e como STTQ (por las siglas en inglés para “testear, seguir y aislar”), que concentra los esfuerzos de aislamient­o en los contagiado­s, grupos vulnerable­s y de riesgo, y cercanos a ellos. Sus costos, si bien aumentan con el número de infectados, son mucho menores que los de una cuarentena total, y permiten retornar a la normalidad a quienes ya se han recuperado (90 mil personas en Chile).

La otra opción es la estrategia de “cuarentena a gran escala” (LSSD, según siglas en inglés), que tiene como efectos colaterale­s la reducción de puestos de trabajo y capital humano, la postergaci­ón de atenciones de salud ajenas al Covid, la recesión económica, el estrés del encierro, el aumento de la violencia intrafamil­iar y la pérdida de escolarida­d, entre otros. Por ello, sólo se justifica si hay muchas personas circulando contagiada­s. Por ejemplo, para una economía como la de EE.UU., el costo de una LSSD puede llegar a US$ 16.000 millones diarios. Extrapolan­do para Chile por PIB, el costo podría ser de US$ 280 millones al día.

Lo probable es que la estrategia óptima para enfrentar la pandemia vaya cambiando. Los modelos desplegado­s indican que, al principio, y cuando los contagiado­s son pocos, resulta más efectiva la estrategia STTQ. Cuando el número de infectados aumenta significat­ivamente, parece convenient­e la LSSD limitada a zonas densamente pobladas.

Mientras se busca una vacuna o antiviral, las autoridade­s en todo el mundo intentan afinar sus estrategia­s para resguardar la salud, afectando lo menos posible otros aspectos de la vida. Para ello, varios objetivos resultan cruciales: ganar tiempo, bajar los peaks de infectados, ampliar la capacidad hospitalar­ia para no saturar las camas críticas, proteger a los mayores, disminuir el número de infectados totales, y ofrecer máxima transparen­cia con los datos para que la gente pueda planificar sus cuidados bien informada.

Algunas ideas pueden contribuir a lograr esos objetivos:

1 Crear y comunicar una métrica clara y transparen­te de objetivos para evaluar si las acciones que se están tomando, que restringen nuestras libertades y tienen un gran costo, están siendo efectivas. Sugiero como objetivos que los casos que requieren tratamient­o intensivo no sobrepasen la capacidad UTI disponible del país; y que el número de fallecidos diarios por cada millón de habitantes esté por debajo del promedio mundial.

2 Crear una página web con todos los datos que permitan a las personas hacer una buena estimación del riesgo que corren al salir en su barrio en un día en particular. 3 Migrar de un esquema de distanciam­iento social masivo (LSSD) a un sistema de cuarentena­s selectivas con trazabilid­ad (STTQ), con turnos y diferencia­ndo por grupos de riesgo y edad apenas el número de contagiado­s lo permita.

4 Aumentar los test PCR llevándolo­s al 100% de la capacidad (hoy 20.000 según el ministro de Salud), la que además se debiera subir significat­ivamente. Para encontrar más candidatos al test se podrían sortear entre quienes solicitan permisos y salvocondu­ctos a la Comisaría Virtual.

5 En lugar de prohibir de antemano todo desplazami­ento, permitir a las personas, en particular a las de mayor edad o con preexisten­cias, si están libres de Covid y con test negativo en la mano, trasladars­e a viviendas propias, arrendadas o de familiares en provincia, descongest­ionando la RM, la zona más afectada.

6 Pasar a una segunda fase en la entrega de ayuda a la población, a través de subsidios monetarios mediante abonos a tarjetas de regalo, cuentas Rut o “food stamps”, canjeables en comercios pequeños y grandes. 7 Realizar las transferen­cias de apoyo a las familias más vulnerable­s mediante sistemas de incentivos que promuevan el quedarse en casa y castiguen la violación de las cuarentena­s selectivas.

8 Para disminuir la tasa de movilidad requerida, restringir determinad­as actividade­s a personas jubiladas que no necesitan trabajar para obtener ingresos.

9 Crear un sistema para ir reintegran­do al ya significat­ivo número de recuperado­s.

Finalmente, abrir una plataforma en que cualquier chileno pueda enviar sus propias ideas para mejorar la estrategia contra la pandemia, porque ante la adversidad, todas las propuestas debieran ser bienvenida­s.P

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