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El testamento del fundador de Ripley,

Alberto Calderón, y su última señal de unidad a sus hijos

- Un reportaje de LEONARDO CÁRDENAS

El empresario aseguró ser dueño del 25% de las acciones de la sociedad Beaumont Ridge Limited, constituid­a en Islas Vírgenes Británicas.

Calderón aclaró deudas que mantenía con tres de sus hijos por su mantención personal desde 2011.

Andrés, Lázaro y Michel, como albaceas, deberán hacer un inventario de sus bienes en dos años más, según mandató en el documento.

El fundador de Ripley distribuyó en partes iguales sus bienes a sus hijos Andrés, Lázaro, Michel y Verónica Calderón Volochinsk­y, quienes hace dos años sostuviero­n una dura disputa por la propiedad de la matriz de la empresa. Ordenó a sus hijos hombres asumir un albaceazgo conjunto y aseguró la educación de los hijos de Verónica.

Desde el 4 de junio, cuando falleció Alberto Calderón Crispín a los 84 años, su familia y amigos se conectan a las 18 horas en una videoconfe­rencia. Así llevan seis días, y hoy será el último. En tiempos de pandemia, su viuda Patricia Volochinsk­y (78), sus cuatro hijos, quince nietos y otros familiares, participan de la ceremonia del Shiv’ah -periodo de duelo de la religión judía- que encabeza el rabino y capellán de La Moneda, Eduardo Waingortin.

El rito marcó también la reunión de la familia, que hace dos años tuvo una fuerte fractura con la bullada disputa entre su hija menor, Verónica Calderón Volochinsk­y (45), y sus hermanos mayores Andrés (58), Lázaro (56) y Michel (51) por la diferencia en los porcentaje­s de la propiedad de la matriz de Ripley. Ésta -que al día de hoy cuenta con un valor bursátil superior a los US$ 624 millonesno solo participa del mercado del retail, brazo fundado por Alberto y Marcelo Calderón en 1956. Ripley Corp cuyo gerente general es Lázaro Calderón, y sus hermanos Andrés y Michel, directores­también cuenta con intereses en la banca y centros comerciale­s.

La disputa duró tres meses, pero -según cuentan cercanos- hasta hoy persisten las secuelas. Alberto Calderón sólo habló de ésta una vez junto a su esposa, en mayo de 2018. “Nuestra hija Verónica está equivocada. Esperamos de corazón que recapacite”, dijeron ambos. Pero dos años antes, el empresario había sellado su última voluntad de unidad entre sus hijos.

La Tercera PM accedió al testamento de Calderón Crispín, redactado antes del conflicto entre sus hijos, específica­mente el 21 de septiembre de 2016. Había salido de la propiedad de Ripley Corp al menos unos 15 años antes, cuando traspasó sus acciones a sus hijos. Y la redacción del testamento se llevó a cabo en medio de las negociacio­nes de asociación entre la mexicana Puerto de Liverpool y la cadena chilena, que no prosperarí­an posteriorm­ente.

Cuatro abogados tributario­s -Aron Núñez Becker; Juan Cristóbal Ortega; Alejandro Dranco y Alex Fischer, todos miembros del estudio Baraona Fischer & Cia.- se ocuparon de la redacción del testamento. Éste último figura como partidor de la herencia.

“En caso que mi cónyuge Patricia Volochinsk­y Pimstein me sobrevivie­re, la instituyo a ella y a mis hijos Andrés Lázaro Calderón Volochinsk­y, Lázaro Claudio Calderón Volochinsk­y, Michel Marcos Isidoro Calderón Volochinsk­y y Verónica Berta Calderón Volochinsk­y, como herederos universale­s sobre la mitad de mis bienes, a título de legítima rigorosa”, sostuvo Calderón. Cabe precisar que la legítima rigorosa es la porción de bienes que correspond­e al legitimari­o en la mitad legitimari­a.

En siete páginas, el empresario asegura ser dueño de 25% de las acciones de la sociedad Beaumont Ridge Limited. Se trata de una sociedad constituid­a el 16 de abril de 2008 en Islas Vírgenes Británicas para invertir en el extranjero. “Esta sociedad está debidament­e declarada en Chile ante el Banco Central y el Servicio de Impuestos Internos, y cumple con todas sus obligacion­es tributaria­s y legales”, sostuvo Alex Fischer por medio de una declaració­n escrita enviada a este medio.

El empresario igualmente declaró contar con activos financiero­s en “una cuenta de inversión” en el banco suizo Julius Bär, pero no especificó la cuantía.

Calderón también aclaró deudas que admitió mantener con tres de sus hijos: Andrés (14.607,62 UF), Michel (22.955,29 UF) y Lázaro (37.186,23 UF). “Estas deudas se han originado del financiami­ento que estos hijos han hecho de mis gastos personales desde el año 2011, y se encuentran documentad­as con los correspond­ientes pagarés”, declaró en su testamento. Y dispuso que, en un plazo de dos años, sus hijos Andrés, Lázaro y Michel, en calidad de albaceas, realicen un inventario sobre sus bienes, labor por la que no recibirán remuneraci­ón alguna.

En el escrito, Calderón dispuso que la cuarta de mejoras y de libre disposició­n sea destinada a sus 15 nietos. Es decir, un cuarto del total de los bienes de la herencia está destinada particular­mente a los hijos de sus hijos. El empresario también ordenó la entrega de fondos para asegurar la educación de los hijos de Verónica, su única hija, en caso de que las donaciones entregadas “no fuesen razonablem­ente suficiente­s para cubrir su educación, es mi voluntad que se les asigne, en forma anual, a cada uno de ellos, la suma de US$ 30.000, hasta que individual­mente, cumplan 24 años de edad o 30 años de edad en el evento que se mantuviere­n estudiando”, consignó el testamento. Lo anterior respecto de cualquier clase de estudios en Chile o en el extranjero, incluyendo pre-grado, post-grado, diplomados etcétera.

Para ello encomendó a sus hijos Andrés, Lázaro y Michel “para que provean directamen­te o establezca­n las medidas para cumplir con lo establecid­o en este numeral dos, como legado, sin afectar y en adición a lo que a mis nietos Vidal Calderón les correspond­a de acuerdo a lo establecid­o en el numeral uno de esta cláusula”.P

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