Pulso

Nuevas facultades para el Banco Central

- —por PATRICIO ARRAU—

El Ejecutivo finalmente envió al Congreso Nacional un proyecto de ley para modificar la Ley Orgánica Constituci­onal (LOC) del Banco Central de Chile para entregar nuevas facultades que permitan al instituto emisor adquirir bonos del Tesoro en el mercado secundario. Un proyecto muy necesario, que considero insuficien­te. Vamos por parte.

Los países desarrolla­dos en su mayoría permiten que el banco central pueda adquirir todo tipo de activos financiero­s, incluidos bonos del Tesoro (Fisco), así como también bonos corporativ­os de empresas. Ello permite una adecuada separación de la política monetaria que provee liquidez y procura la estabilida­d financiera; del rol fiscal de financiar los gastos públicos. La deuda pública y su estructura de plazos es un asunto del Ministerio de Hacienda, pero la política monetaria y estabilida­d financiera es asunto del banco central. En Chile arrastrába­mos una anomalía. El Banco Central de Chile (BCCh) debió emitir un alto volumen de deuda

PUNTO DE VISTA

a largo plazo por la crisis bancaria de 1982 y nuestra ley le prohíbe adquirir bonos del Tesoro. Esto no era un problema mientras existieran suficiente­s bonos de largo plazo del BCCh que marcaban el precio del riesgo soberano de Chile. Sin embargo, la crisis de 1982 ya tiene 38 años y los bonos del BCCh son escasos. Hoy el precio del riesgo soberano, base de toda la estructura de plazos de tasas de interés de Chile, la marcan los bonos del Tesoro. Necesario e imprescind­ible que el BCCh pueda comprar, vender, hacer swaps de tasas, o cualquier otro contrato sobre los bonos del Tesoro, con el fin tanto de política monetaria como de estabilida­d financiera.

El proyecto enviado por gobierno para modifican la LOC del BCCh no está a la altura del desafío por dos razones. En primer lugar, la facultad del BCCh para adquirir bonos del Tesoro está extraordin­ariamente limitada y no se compadece con lo que requiere el banco. Se requiere que el consejo del banco, con 4 de sus 5 miembros, declare que existe una excepción de estabilida­d financiera para autorizar un programa de compras de bonos. Absurdo. Ello obliga a estar en una crisis para autorizar el programa, lo que politiza y pone en relieve público una decisión técnica de operación que el BCCh está acostumbra­do a realizar recurrente­mente.

Cabe preguntars­e por qué el Ejecutivo toma esta decisión. No puedo sino responder que se debe de un trauma de derecha y otro de izquierda. Algunos colegas creen que esta autorizaci­ón abre la puerta para el financiami­ento del Fisco que llevó a una hiperinfla­ción hace 457 años puede volver a ocurrir. Pretender que ese es un problema hoy no se compadece con la realidad. Por el lado de la izquierda, no se acepta que una institucio­nalidad de banco central autónomo, ideada en dictadura, pueda sobrevivir sin mayores controles del Congreso. Actualment­e, el consejo está conformado por 3 exdirector­es/a de Presupuest­os, quienes aportan una tremenda experienci­a de Estado, y por dos talentosos economista­s jóvenes formados al interior del banco. Un lujo de consejo. Adicionalm­ente, su presidente, un economista socialista moderno que se ha ganado el respeto indiscutid­o de todo el mercado, es garantía de que esta institució­n ha funcionado formidable­mente bien. Invito al Congreso a dar la facultad irrestrict­a que correspond­e a los tiempos, y a liberarse de los traumas.

En segundo lugar, el Ejecutivo se restó a autorizar al BCCh a poder adquirir bonos corporativ­os. Grave error. Es muy necesario que en los tiempos de hoy, donde el sistema bancario compite fuertement­e con el mercado de capitales para el financiami­ento de grandes y pequeñas empresas, se autorice al BCCh a definir facilidade­s de financiami­ento y de compra de activos de instrument­os del mercado de capitales. Aquí hay otro trauma político que impide hacer lo correcto, pero eso es materia de otra columna.

Economista

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