Chile: “Quizás si esta crisis nos ayude a recuperar un rumbo un poco perdido”
Desde afuera, ¿cómo se ve el manejo que ha hecho Chile de la pandemia?
—Chile está claramente entre el grupo de países que ha enfrentado el problema con la seriedad que se merece. En mis breves interacciones con el Presidente Piñera a través de Zoom, he quedado muy impresionado por su conocimiento de los más mínimos detalles de la situación sanitaria de Chile. ¡Qué contraste con Trump!
Pero desde mayo se disparó el número de contagios y muertos. ¿Demoró Chile en tomar medidas más duras de confinamiento, y en trazar y aislar mejor a los contagiados?
—Este es un proceso extremadamente complejo de manejar. Requiere de toma de riesgo continuo si no queremos destruir el aparato productivo, pero es contra un virus que se mueve rápido y depende de interacciones locales -una fiesta puede crear un hot-spot (foco de contagio). Va a haber muchos errores en el camino, incluso con el mejor de los equipos.
Quizás si lo más robusto que podemos hacer es mantener a la población ultrainformada ya que, al final del día, es la gran colección de decisiones individuales la que decidirá la trayectoria del virus en nuestro país. Ahora, estas decisiones individuales son muy distintas para alguien que está decidiendo si ir a un restaurant porque está aburrido de comer en casa, versus a la de alguien que está decidiendo si salir a trabajar para alimentar a su familia ese día. El gobierno tiene un enorme rol en hacer el peso de esas decisiones individuales un poco más balanceadas.
Se acordó un nuevo plan de emergencia por US$12 mil millones para 24 meses, ¿es suficientemente robusto o pueden requerirse más recursos?
—Es muy positivo que se esté pensando en ese orden de magnitud y que haya habido un acuerdo tan rápido. Es la velocidad que esta crisis requiere. Es cierto que este paquete de apoyo, aún sumado a los otros esfuerzos, es bastante menor (en términos de unidades de producto) que el apoyo fiscal (y monetario) en EE.UU.. Pero obviamente las restricciones son distintas. Además, esa no es la comparación relevante, ya que el apoyo fiscal de EE.UU. y, especialmente, de la Fed, han chorreado a todo el resto del mundo. Nuestras compañías y país tienen acceso a crédito razonable, nuestras monedas y mercados accionarios se han estabilizado, producto no de nuestras intervenciones, sino de la de ellos. Es decir, acá podemos hacer un poco de “free-riding” (aprovechar la oportunidad).
Lo que sí es extremadamente importante, es cómo se gastan estos recursos. En EE.UU., por la urgencia del problema, se disparó a diestra y siniestra. Algunos programas fueron muy efectivos, como los de apoyo al ingreso de las personas, pero otros fueron un gran despilfarro, como el de becas para empresas que mantengan a sus trabajadores. Con contadas excepciones, estas becas fueron absorbidas por empresas que nunca tuvieron intención de reducir empleo. Es decir, con un poco más de tiempo de planeación y usando las experiencias internacionales, se puede lograr casi lo mismo con menos gasto.
¿Ante la duda de cuánto más gastar, es equidistante el riesgo de equivocarse o es peor para un lado que para el otro: quedarse corto o pasarse?
—Insisto en que lo más importante, dado que tenemos un problema que no sabemos dónde termina, es concentrarse en el diseño de cada mecanismo. Si por equivocarse hacia arriba se refiere a meterle recursos a todo lo que se nos ocurra, por si resulta, no me parece una buena idea.
¿Le preocupa la regla fiscal de Chile y su deuda, que llegará a 48% del PIB en 2024? —Este es un shock realmente excepcional. Debe estar afuera de toda regla. Lo que sí es importante es trazar el camino de cómo volveremos a esta una vez que pasemos la crisis.
¿Pero cambiaría esa regla basada en un balance estructural o la complementaría con otro indicador?
—Este tema del balance estuctural siempre lo encontré un poco vago, pero aún así es útil para obligar al gobierno de turno a dar una explicacion cuando hay desviaciones importantes. Y también siempre me ha parecido que la regla debería tener más elementos contingentes y de reversión a la media (o al objetivo de mediano plazo). Pero este no es un tema a resolver ahora. Creo que basta comunicarle claramente al mundo que tenemos cierto objetivo de deuda, o servicio de deuda máximo.
El Banco Central y Hacienda estiman en torno a 6,5% la caída del PIB del país este año y para 2021 un crecimiento del