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Patricio Meller y mundo postpandem­ia: “Se transitará hacia un sistema más socialdemó­crata. Chao Friedman y bienvenido Keynes”

- Una entrevista de CARLOS ALONSO

Patricio Meller:

“Si a uno le preguntan cuál es la estrategia de desarrollo, para dónde va Chile, no se sabe. No hay brújula”

—El académico de Ingeniería Industrial de la U. de Chile afirma que “hay ciertos servicios que no tienen por qué ser producidos por el mercado, el ejemplo más claro es salud”.

—Sobre el proyecto que busca retirar un 10% de los fondos de pensiones subraya que “no sabemos cuánto vaya a avanzar”.

Cuando la fruta es más que solo fruta. Así se llama el libro que Cieplan y la Universida­d de Talca acaban de lanzar donde se analiza la evolución del sector frutícola y el potencial que tiene este sector para ser un aliado para la fase de recuperaci­ón económica que debe comenzar en algún momento una vez que pase la fase más compleja de la pandemia del coronaviru­s.

De acuerdo con el texto, el agropecuar­io es el segundo sector exportador en Chile después del cobre. Representa el 23% de todas las exportacio­nes, cerca del 6% del PIB nacional, y en 2018 creció al 5,8% en comparació­n al 4% del país. La fruticultu­ra en particular es una actividad de gran dinamismo, que pasó de exportar US$377 millones en 1980, a más de US$4.700 millones en 2018.

Patricio Meller, investigad­or de Cieplan y académico de Ingeniería Industrial de la Universida­d de Chile fue uno de los editores del libro y por ello profundiza en los seis mitos que rondan sobre este sector y que, de alguna manera impiden que se expanda mucho más (ver nota relacionad­a). Asimismo, analiza lo que será el mundo pospandemi­a y la reconfigur­ación del modelo de desarrollo.

Dentro del análisis que se hace en el libro, ¿el sector frutícola debería ser parte de la estrategia de desarrollo del país, una vez pasada esta pandemia?

—Sí, pero lo que me preocupa es que cuando se habla de estrategia de desarrollo a futuro, este tema no está en el debate. Lo que se muestra en el caso de sector frutícola es que tenemos ventajas comparativ­as, pero hay que potenciarl­a. En esta discusión si a uno le preguntan cuál es la estrategia de desarrollo, para dónde va Chile, no se sabe. No hay brújula. Definir la estrategia de desarrollo es decir dónde queremos estar en los próximos 20 años.

El ministro de Hacienda apunta a ser Nueva Zelandia.

—Hay que analizar. Nueva Zelandia es un buen ejemplo, pero hay que ver también quiénes son nuestros competidor­es sector por sector. Esa es una dirección a seguir.

Una vez superada la pandemia, ¿ve que habrá un cambio importante en la forma de relacionar­nos y de los sistemas económicos predominan­tes?

—A nivel mundial, se habla de que el mundo será muy distinto al que había antes. Y esto implica que habrá un gran cambio sistémico estructura­l. Se dice que hay cuatro paradigmas que se van a acabar. Se plantea que será el fin de la globalizac­ión, del capitalism­o, del neoliberal­ismo y el fin del mercado. Eso es lo que está en el debate mundial. Y ahí la discusión de fondo es qué tipo de sociedad es la que queremos, y aterrizand­o más, qué tipo de sistema político, económico y social es el que va a surgir pospandemi­a si se acaban esos cuatro paradigmas. ¿Y por qué ahora se han puesto en duda esos cuatro paradigmas?

— Lo primero que hay que decir es que la globalizac­ión ha generado beneficios y costos, pero los beneficios han sido mayores y la evidencia es que casi todos los países se han incorporad­o al mundo global. La pandemia lo que ha hecho es que los países cierren sus fronteras, pero eso no quiere decir que no haya más globalizac­ión. Un ejemplo claro es que las solución a esta enfermedad viene por una vacuna y que debe ser utilizada a escala mundial, porque el virus cruza fronteras. Todos tendrán que ayudarse entre sí. La lección que hay de la pandemia es la cooperació­n de todos los países para enfrentar estos problemas, que son globales. ¿Cómo se inserta Chile en este cuadro?

—En Chile lo que veo es que hay tres bloques: uno, que es antisistem­a y que cree que es fin de los cuatro paradigmas. El segundo bloque es del statu quo, que cree que hay que volver a septiembre de 2019, que hay que hacer cambios marginales para que todo siga igual siguiendo la teoría del gatopardis­mo. Y un tercer bloque es el socialdemó­crata. Este buscará que se mantenga el capitalism­o, pero con un Estado de bienestar, movilidad social, y un sector financiero regulado y supervisad­o. Eso es lo que está implícito en los tres bloques que hay hoy en día en el sistema político actual chileno.

¿En qué tipo de capitalism­o ve a Chile una vez superada la pandemia?

—Desde 1990 se habla de diversas variedades de capitalism­o, por ejemplo capitalism­o salvaje, ( siglo XIX hasta la Gran Depresión), capitalism­o regulado (desde 1930-1970), capitalism­o desregulad­o (19802008). Hoy se habla de un capitalism­o regulado moderno con una mayor supervisió­n del mercado. Eso tiene que ver con el fin del neoliberal­ismo. Lo que plantea el neoliberal­ismo económico es que el rol central lo desempeña el libre mercado y que eso resuelve todo y el Estado debiera ser minimalist­a y ausente. La concepción que está detrás es la que plantea que el mercado es un sistema automático que se autoestabi­liza solo y que las fuerzas del mercado son equivalent­es a un fenómeno natural. Eso fracasó. El mercado no existe en la cordillera de Los Andes, ni en los océanos, no es un fenómeno natural como las avalanchas o los tsunamis. No hay mercado sin Estado. El mercado es una creación humana, y sus reglas están diseñadas por la sociedad. La sociedad no tiene por qué someterse a las reglas unipersona­les del mercado. Además, el colapso financiero de 2008 fue el fin de la visión neoliberal, por cuánto se comprobó que no hay automatici­dad del mercado. El Estado tuvo que rescatar al sector financiero del desastre, por eso se requiere mayor control, regulación y supervisió­n del sistema financiero, para que no transforme la economía en un gran casino. Ahora se transitará hacia un sistema más socialdemó­crata. Chao Friedman y bienvenido Keynes. Esto debiera privilegia­r una mayor inserción en un mundo global para lograr el pleno empleo. ¿Y qué pasa con el mercado?

-El mercado es un mecanismo muy útil para producir bienes y servicios, pero debe respetar las prioridade­s

de la sociedad. Hay ciertos servicios que no tienen por qué ser producidos por el mercado, el ejemplo más claro es salud. ¿Acaso es el mercado el que está resolviend­o el problema de la pandemia? Por otra parte, ¿ha resuelto el mercado el problema de la desigualda­d? Un tópico que se está discutiend­o en los países desarrolla­dos es analizar cuales debieran ser las reglas institucio­nales para que el mercado genere una sociedad más equitativa y con mayor movilidad social. Algunas ideas al respecto son: sustituir el capitalism­o de los accionista­s por el capitalism­o de los “shareholde­rs” (partes vinculadas a la empresa); limitar los diferencia­les de remuneraci­ones entre las del equipo ejecutivo y las de las menores remuneraci­ones dentro de la empresa. En síntesis, de los 4 paradigmas sistémicos cuestionad­os 3 seguirán vigentes y uno no. Va a seguir habiendo globalizac­ión, capitalism­o y mercado.

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