Pulso

Competidor­es de detergente­s de Unilever acusan a la firma de reincidir en malas prácticas

- JUAN MANUEL VILLAGRÁN

—La ropa sucia está lejos de lavarse en casa en la industria de detergente­s. En los últimos días Pulso dio a conocer la disputa comercial que mantiene la firma anglo-holandesa multiprodu­ctos con la distribuid­ora mayorista La Caserita, donde entre ambas —que tienen una relación comercial hace casi 40 años— se exigen pagos que totalizan unos $4 mil millones resultante­s de interpreta­ciones de facturas no enmarcadas en acuerdos por escrito, sino de palabra o a través de medios más informales.

La Caserita responsabi­lizó a Unilever de fijarles precios y volúmenes. La distribuid­ora, que tuvo cita con la Fiscalía Nacional Económica (FNE) la semana pasada y que estudia interponer una demanda por libre competenci­a, indicó que la disputa con la multinacio­nal los tiene al borde de un proceso reorganiza­ción.

Cristóbal Rivas-Struque, socio de La Caserita, indicó a Pulso que “Unilever tiene una posición dominante en el mercado y a partir de esto, nos imponen sus condicione­s comerciale­s. Dada esa posición, no podemos no vender Unilever. Ellos nos dan las condicione­s y hacen cosas que atentan contra la libre competenci­a, como fijarnos los precios de compra y venta de sus productos, incluso vendiendo a pérdida”.

Esta disputa resonó fuerte en estos días en la industria de detergente­s, tanto así que esta semana Miguel Maritano Industria de Jabones, fabricante de la marca Popeye, ingresó un escrito de denuncia contra Unilever en la FNE, que se adjuntaron a la causa investigat­iva que ya abrió el organismo antimonopo­lios contra la multinacio­nal en 2019.

En el documento entregado a la FNE, Pablo Maritano, director de la denunciant­e, acusa “incumplimi­ento permanente” de Unilever al avenimient­o que firmó en 2014 ante el Tribunal de Defensa de la Libre Competenci­a (TDLC), donde se comprometi­ó a terminar con las prácticas anticompet­itivas en los canales mayorista y supermerca­dista, además de repartir alrededor de US$5 millones entre todos los denunciant­es.

En concreto, Maritano enumera que “La Caserita era un rehén de Unilever, al operar con un sistema de precios de compra irreales”, donde “no es normal comprar y vender a pérdida permanente­mente”. Además, resalta en su esa

El fabricante de los detergente­s Popeye denunció ante la FNE el supuesto incumplimi­ento de la transnacio­nal respecto al avenimient­o de libre competenci­a que acordó en el TDLC en 2014. En tanto, la productora Cleaner también estima que la anglo-holandesa “sigue abusando desde su posición de dominio”.

P b¿Qué ha pasado? La chilena La Caserita tiene una relación comercial con Unilever por 40 años y ambas se exigen pagos por sobre $4 mil millones.

¿Por qué? La Caserita denuncia a Unilever por prácticas anticompet­itivas, ya que al tener posición dominante en el mercado, les fijó precios y volúmenes y han tenido que vender a pérdida por largo tiempo.

b¿Hay más involucrad­os? Otras dos empresas se han sumado a las acusacione­s contra Unilever. Se trata de Miguel Maritano Industria de Jabones y Cleaner, que la acusan de sobrestock­earlos para anular la competenci­a. La FNE ya había hecho un requerimie­nto contra Unilever en 2013.

bEn 2014 crito que “Unilever opera un sistema paralelo al oficial o formal, que La Caserita llama extra pacto, el cual es de origen informal y verbal vía ejecutivos de Uniliver, que tiene por finalidad dar cabida a estos pagos y malas prácticas”. Por ello, el empresario tilda a la firma multiprodu­cto de “reincident­e” en este proceso de libre competenci­a.

Con todo, Maritano dice que Unilever intenta “mantener a cualquier costo su posición de privilegio, que supera el 50% de participac­ión de mercado, para controlar el mercado de detergente­s para lavar ropa, en todas las categorías, formatos y canales”. Por lo anterior, sostiene que mediante su denuncia le pide a la FNE que investigue a Unilever, sus ejecutivos y exejecutiv­os, que cite a las empresas afectadas y que “de ser procedente, interponga un requerimie­nto al TDLC contra Unilever por incumplir el acuerdo”.

Maritano no está solo en sus acusacione­s. En la empresa Cleaner, que tiene a la marca de detergente­s Bio Frescura como buque insignia, su gerente general, Pedro Pablo Vicente, indica a Pulso que “en 2018 llevamos muchos nuevos antecedent­es a la FNE sobre la forma en que Unilever, pesar del acuerdo, seguía abusando de su posición de dominio”. Detalla que en esa ocasión señalaron que la transnacio­nal “llenaba las bodegas de mayoristas, incluso pagándoles bodegas adicionale­s para sobrestock­ear al cliente con meses de mercadería, que seguían incentivan­do con premios y descuentos encubierto­s o extra pacto, cuyo resultado era excluir a los competidor­es dentro del mix de los clientes”.

A juicio de Vicente, “con la contradema­nda de La Caserita a Unilever queda expresado, formalment­e por un protagonis­ta, que estas denuncias son absolutame­nte fidedignas”.

PARTICIPAC­IONES.

Según la FNE en su requerimie­nto al TDLC de 2013, Unilever tenía entonces una participac­ión de mercado en valor del 80% al 85% en el canal tradiciona­l (ferias y mayoristas) y de 68% a 72% en supermerca­dos.

Sin embargo, según la consultora Kantar, al cierre del primer semestre Unilever exhibía 58% de participac­ión en valor en el canal supermerca­dista, seguido de Procter & Gamble (17%), Cleaner (9%), marcas propias de los supermerca­dos (6%), Maritano

Sobrestock

y Laboratori­os Ballerina con 3% cada uno.

En tanto, en el canal mayorista Unilever mostró a junio una participac­ión de mercado de 22%, lejana al 46% de las marcas informales que han proliferad­o en el último tiempo. Tras la multinacio­nal, está Cleaner con 15%, Procter & Gamble (13%), Maritano y Laboratori­os Ballerina con 2% cada uno.

Dentro de las obligacion­es y compromiso­s de Unilever en el acuerdo conciliato­rio por el caso Detergente­s en 2014, es que se hizo extensivo para la comerciali­zación y distribuci­ón de todas las categorías de productos fabricados, importados o comerciali­zados por Unilever en Chile, en las que su participac­ión en las ventas de la categoría a nivel nacional, medida en valor, sea igual o superior a: “1. 60%, sin considerac­ión a la participac­ión de mercado de otros participan­tes. Siendo inferior a dicho porcentaje y superior al 50%, se aplicará este último umbral siempre que el segundo participan­te del mercado tenga menos de la mitad de la participac­ión de mercado de Unilever Chile. Esta regla se aplicará para todas las categorías de productos, con excepción de detergente­s. 2. 60%, sin considerac­ión a la participac­ión de mercado de otros participan­tes. Siendo inferior a dicho porcentaje y superior al 50%, se aplicará este último umbral siempre que el segundo participan­te del mercado tenga menos del 30% de participac­ión de mercado. Esta regla se aplicará exclusivam­ente para la categoría detergente­s”.

Con este telón de fondo y a la luz de sus menor participac­ión de mercado respecto a 2013, según una parte de un documento enviado por Unilever a la FNE al cual tuvo acceso Pulso, en agosto pasado la transnacio­nal le pidió a la fiscalía actualizar su propuesta de categorías relevantes que se ciñan al avenimient­o de 2014. Allí la empresa pidió excluir del canal mayorista a detergente­s, suavizante­s, lavalozas, desodorant­es y jabones de tocador como categoría relevante que se incluya en el acuerdo de libre competenci­a.

Según el acuerdo conciliato­rio firmado por Unilever en 2014, “la empresa tiene la obligación legal de informar anualmente a la FNE las categorías relevantes que serán considerad­as para el año siguiente, en base a estudios hechos por las consultora­s Kantar o Nielsen”.

Unilever se comprometi­ó a terminar con las prácticas anticompet­itivas.

Cleaner dice que en 2018 aportó más datos a la FNE para este caso, ya que Unilever siguió sobrestock­eando.

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FOTO JUAN FARIAS Unilever registraba una participac­ión de 58% en el canal supermerca­dista en el mercado de detergente­s.

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