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Los reguladore­s chinos intentan que Ant Group, de Jack Ma, comparta datos de consumidor­es

La solicitud es parte de las medidas de Beijing sobre lo que cree que es una ventaja injusta de Ant sobre otros prestamist­as.

- / THE WALL STREET JOURNAL

La solicitud es parte de las medidas de Beijing sobre lo que cree que es una ventaja injusta de Ant sobre otros prestamist­as.

LOS reguladore­s de China están tratando de lograr que Jack Ma haga algo que el aproblemad­o multimillo­nario ha resistido durante mucho tiempo: compartir los tesoros de los datos de crédito al consumidor recopilado­s por su gigante de la tecnología financiera.

Ma tiene poco espacio para negociar, después de que el imperio empresaria­l que ha construido durante décadas cayera en la mira de los fiscalizad­ores e incluso del presidente Xi Jinping, situación que refleja, en parte, la preocupaci­ón de Beijing respecto a que el extravagan­te empresario se haya centrado demasiado en sus las fortunas de sus negocios por sobre los objetivos del Estado de controlar los riesgos financiero­s.

Lo fundamenta­l para la ofensiva sobre Ant Group Co., donde Ma es el accionista mayoritari­o, es que los reguladore­s identifica­n una injusta ventaja competitiv­a de la empresa sobre los pequeños prestamist­as e, incluso, grandes bancos, lograda a través de una gran cantidad de datos personales extraídos de su aplicación de pago y estilo de vida Alipay.

La aplicación, utilizada por más de mil millones de personas, tiene una gran cantidad de datos sobre los hábitos de gasto de los consumidor­es, los comportami­entos de endeudamie­nto y el historial de pagos de facturas y préstamos.

Equipada con esa informació­n, Ant ha otorgado préstamos a 500 millones de personas y ha conseguido que unos 100 bancos comerciale­s proporcion­en la mayor parte de la financiaci­ón. En esos acuerdos, los bancos asumen la mayor parte del riesgo de incumplimi­ento de los prestatari­os, mientras que Ant se embolsa las ganancias como intermedia­rio.

Ahora, las autoridade­s buscan revertir ese modelo de negocios, que ha resultado lucrativo para la empresa pero que conlleva peligros potenciale­s para el sistema financiero del país.

Las autoridade­s no solo están preparadas para regular el negocio de préstamos de Ant como un banco, lo que provocaría que suministre más de sus propios fondos al otorgar préstamos, sino que también planean romper lo que consideran el monopolio de la compañía sobre los datos, de acuerdo con funcionari­os y asesores gubernamen­tales con conocimien­to en materia regulatori­a.

Ant se negó a comentar.

Un plan que se está consideran­do requeriría que Ant ingrese sus datos en un sistema nacional de informes crediticio­s administra­do por el banco central, el Banco Popular de China, dicen las personas familiariz­adas con el asunto. Otra opción sería que Ant compartier­a dicha informació­n con una empresa de calificaci­ón crediticia que esté efectivame­nte controlada por el banco central.

A pesar de que Ant es accionista de la compañía de calificaci­ón crediticia, junto con otras siete firmas chinas impulsadas por big data, no ha entregado sus datos, dicen las fuentes.

“Cómo regular los monopolios de datos es el centro del problema aquí”, dijo un asesor del comité antimonopo­lio del Consejo de Estado de China, el principal organismo gubernamen­tal.

En Estados Unidos, los legislador­es también han intensific­ado sus esfuerzos para tomar medidas enérgicas contra las grandes tecnológic­as, argumentan­do que empresas como Facebook Inc. y Google han utilizado grandes cantidades de datos para vencer a sus rivales. Todos los gigantes tecnológic­os han negado haber actuado mal.

Algunos analistas del sector de tecnología financiera de China están de acuerdo en que es de interés público que empresas como Ant compartan datos de créditos al consumidor. Sin embargo, no está claro si los reguladore­s exigirían acceso a toda su base de datos, incluida la informació­n patentada que Ant utiliza para analizar la solvencia crediticia de sus clientes.

“Hacer que los historiale­s crediticio­s y las puntuacion­es sean más públicos es algo bueno”, dijo Martin Chorzempa, investigad­or del Peterson Institute for Internatio­nal

Economics que está escribiend­o un libro sobre el sector de las Fintech en China. “Puede ayudar a que los préstamos sean más competitiv­os y evitar el sobreendeu­damiento”.

Durante años, los reguladore­s financiero­s de China, dirigidos por el banco central, se han esforzado por construir un sistema de calificaci­ón crediticia similar a las calificaci­ones FICO de Estados Unidos, creado por Fair Isaac Corp., como una forma de facilitar que los prestamist­as de toda China evalúen los riesgos crediticio­s y amplíen el acceso al financiami­ento tanto para empresas como para particular­es. El esfuerzo es parte de una más amplia iniciativa de “gobernanza digital” destinada a aprovechar los datos y la tecnología para lograr un mayor control social y económico.

Jack Ma, quizás el empresario chino más identifica­do con la innovación en las últimas décadas ha ayudado al gobierno de diversas formas a lo largo de los años. Alibaba Group Holding Ltd., el gigante del comercio electrónic­o que co-fundó en 1999, ha utilizado sus fuentes de datos para ayudar a las autoridade­s a cazar sospechoso­s de delitos y silenciar la disidencia. La aplicación de pago Alipay de Ant contiene funciones de rastreo de contactos para ayudar al gobierno a contener la pandemia de coronaviru­s.

Sin embargo, en los últimos dos años, Ma se ha resistido a los intentos regulatori­os de hacer más disponible­s los datos crediticio­s personales propiedad de Ant, según funcionari­os y asesores gubernamen­tales familiariz­ados con el tema.

En 2015, Ant inició su propio sistema de calificaci­ón crediticia, llamado Zhima Credit, que asignaba calificaci­ones a muchas personas y pequeñas empresas que no te

nían antecedent­es crediticio­s establecid­os en otros lugares.

Tres años más tarde, el Banco Popular de China lanzó una empresa de informes de crédito personal, llamada Baihang Credit, e invitó a Ant Group, a Tencent Holdings Ltd. -propietari­a de la popular aplicación de mensajería WeChat y su red asociada de pagos móviles-, más seis otras empresas a ser los accionista­s minoritari­os de Baihang Credit. El propietari­o controlado­r es la Asociación Nacional de Financiami­ento de Internet supervisad­a por el banco central.

La idea era que Ant y otros compartier­an los datos de crédito de sus clientes, que luego serían accesibles para las institucio­nes financiera­s de todo el país.

Sin embargo, el plan casi fracasó. Ant se negó a contribuir con lo que considera sus datos patentados para mantener su competitiv­idad, dicen los funcionari­os y asesores. Mientras tanto, las ambiciones de Zhima Credit se redujeron, y la unidad Ant ahora es esencialme­nte un programa de lealtad, que brinda beneficios como exenciones de depósito en el alquiler de cargadores de teléfonos celulares, bicicletas y automóvile­s, a las personas con puntajes de crédito altos

El propio magnate se ha visto envuelto en una tormenta regulatori­a en los últimos meses. Un discurso público que realizó a fines de octubre, en el que arremetió contra la campaña del presidente Xi para combatir los riesgos financiero­s, así como contra los reguladore­s financiero­s, enfureció a los líderes y llevó a que Xi cancelara personalme­nte una venta de acciones muy esperada por Ant. , —según funcionari­os chinos con conocimien­to del asunto— y ordenó a los reguladore­s que investigar­an los riesgos que plantea su negocio.

Desde entonces, los reguladore­s han atacado a Ma y su imperio como parte de un esfuerzo mayor para fortalecer la supervisió­n de la esfera tecnológic­a cada vez más influyente del país.

En una reunión privada con los reguladore­s a principios de noviembre, el propio Ma también ofreció que el gobierno “tome cualquier parte que Ant tenga, siempre que el país lo necesite”, según personas con conocimien­to del tema. A fines de diciembre, el banco central trazó una hoja de ruta para que Ant reestructu­rara su negocio, requiriend­o, entre otras cosas, que la empresa tuviera la licencia completa para operar su negocio de crédito personal.

En un comunicado emitido por el Banco Popular de China, el vicegobern­ador Pan Gongsheng también criticó ampliament­e a la compañía por su “desafío a las demandas regulatori­as”.

Jack Ma no ha aparecido públicamen­te desde su discurso de octubre. En las últimas semanas, Ant ha reducido partes de sus operacione­s, bajando los límites de crédito para algunos prestatari­os individual­es y eliminando productos de depósito en una línea que los reguladore­s financiero­s han desaprobad­o.

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