Los planes 2021 de dos multinacionales chilenas: SQM y Falabella

RICARDO RAMOS

“La demanda de litio viene muy fuerte y nuestra responsabilidad es abastecerla”

Dos años de mucho trabajo ha tenido Ricardo Ramos a la cabeza de SQM. El ingeniero civil, alumno en la “universidad de Patricio de Solminihac” -a quien reemplazó en la minera-, entró en 1989 a la compañía y es desde el 1 de enero de 2019 su gerente general. Desde ahí le tocó recibir a los representantes de Tianqi en el directorio de la firma, intentar mejorar la forma de relacionarse con las comunidades cercanas al salar de Atacama y enfrentar un 2020 de pandemia que golpeó con fuerza los mercados. También le ha correspondido poner en marcha nuevos estándares de buenas prácticas tras el caso platas políticas de 2015. Hoy, Ramos da ese capítulo por cerrado, tanto en Chile como en Estados Unidos, donde la firma transa ADRs. El desafío inmediato de Ramos es sacar adelante el plan de inversiones por US$ 1.900 millones para crecer en los mercados donde SQM está presente, con el litio como apuesta principal. Mirando ese proceso, el ejecutivo responde por escrito a Pulso Domingo y espera que el aumento de capital por US$ 1.100 millones sea aprobado en la junta extraordinaria de accionistas citada para el próximo viernes 22 de enero.Usted lidera una nueva etapa en SQM, sin el conflicto con Corfo y en la fase final del caso boletas. ¿Qué falta para cerrar el caso?

—Para la compañía esto ya es pasado. Fue un proceso complejo y difícil para todos, pero creo que sacamos cosas muy positivas: hoy tenemos un gobierno corporativo mucho más robusto, mejores sistemas de control y un programa de compliance de estándar internacional.

Pero en Estados Unidos sigue abierto. En agosto enviaron la última certificación al Departamento de Justicia. ¿Cuándo se cierra ese capítulo?

—Como le comenté, este es un tema cerrado. Tenemos implementado un programa de cumplimiento de primer nivel mundial. Ya cumplimos con todas nuestras obligaciones con las autoridades correspondientes.

¿Con estas nuevas medidas se puede garantizar que la empresa no volverá a pasar por la crisis de 2015?

—Mi responsabilidad es que así sea y así será. Nos hemos trazado el objetivo que SQM sea reconocida por la excelencia en la producción de químicos refinados de litio para baterías, por el valor agregado que entrega y su aporte al desarrollo del país. Para lo anterior, hemos definido y mantenemos muy presente en nuestro trabajo nuestros cuatro valores corporativos: excelencia, seguridad, integridad y sustentabilidad.

Cuando asumió, se rumoreó que su cargo tenía plazos. ¿Eso es efectivo?

—No tengo plazos, el directorio es quien decide. Mi misión en SQM es impulsar un gobierno corporativo responsable, fuerte, ético, y una cultura organizacional que permita que las personas que trabajan en SQM se enorgullezcan de su labor.

Su antecesor era crítico de tener a un representante de Tianqi en la mesa de SQM. ¿Cómo ha sido la relación de ambas compañías?

—Nunca hemos sido críticos de nuestros accionistas, ni hemos calificado quiénes pueden o no ser directores. Sí hemos sido cuidadosos en que los temas de libre competencia se traten correctamente y que no afecten a la compañía ni a su capacidad de crear valor. Tianqi es una empresa muy profesional y un gran jugador en la industria del litio. Su participación en SQM ha sido a través de los directores que libremente nominó, quienes, en mi opinión, han cumplido un gran rol en la administración de la empresa.

¿Les preocupa la situación financiera de la firma china?

—No. Nuestra preocupación es SQM y cómo podemos hacer las cosas cada vez mejor. Tengo una muy buena opinión de Tianqi y no tengo dudas de que van a resolver cualquier problema que puedan tener adecuadamente.

¿Esas dificultades interfieren con el plan de crecimiento que tiene planeado para SQM?

—Yo sólo he encontrado apoyo en nuestras iniciativas de desarrollo, tanto por parte del directorio como de todos los accionistas con los que continuamente me reúno.

El gerente general de SQM, Ricardo Ramos, da por cerrado el capítulo “platas políticas” tanto en Chile como en Estados Unidos. El ejecutivo señala que su responsabilidad es que la firma no vuelva a protagonizar hechos polémicos, y por eso destaca los cambios internos que han impulsado. También sale a defender el aumento de capital por US$ 1.000 millones que anunciaron el 23 de diciembre, el que está seguro se aprobará en la junta extraordinaria de accionistas programada para el próximo viernes.

Aumento de capital ¿Por qué es necesario hacer el aumento de capital?

—SQM ha tenido una política financiera muy consistente en los últimos 30 años y creemos que es la adecuada para una empresa que busca seguir siendo líder mundial en todos los mercados donde participa. Se necesita la flexibilidad que da un balance robusto para responder a las volatilidades de los mercados en que participamos y a oportunidades de negocios que activamente estamos buscando. Esta es la cuarta vez que hacemos un aumento de capital. En el pasado, los hemos realizado para financiar proyectos que fueron muy relevantes en la compañía como el desarrollo del proyecto en el salar de Atacama. En esta oportunidad, estamos invitando a los inversionistas de SQM a participar de proyectos con gran impacto y que representan una nueva etapa de desarrollo de SQM.

¿Por qué no se financian esas inversiones con deuda?

—Durante los últimos 30 años hemos tenido una política financiera muy consistente y creemos que es la adecuada para una empresa como SQM, ya que genera la flexibilidad que necesita para desarrollar proyectos y operar nuestras plantas de la forma más eficiente. Esta flexibilidad financiera ha sido muy importante en la capacidad que ha tenido la empresa en el pasado de capturar oportunidades de desarrollo. Estamos activamente buscando oportunidades en todo el mundo donde podamos agregar valor. Financiar los nuevos proyectos sólo con deuda nos restaría capacidad de innovación y la posibilidad de desarrollar nuevos negocios.

El mercado no reaccionó bien cuando se supo de la operación. ¿Cómo responden a las dudas?

—Creo que el mercado respondió muy bien, el precio de la acción hoy así lo indica. Más que dudas, lo que existen siempre son preguntas e interés de conocer sobre SQM. Los inversionistas son racionales y toman sus decisiones de inversión analizando toda la información disponible. Esta es una invitación a participar en la nueva etapa de desarrollo de la compañía y vemos mucho entusiasmo del mercado.

Hasta ahora, ¿cuáles son las principales inquietudes de los accionistas de la serie B y de las AFP?

—En general, hay gran entusiasmo, principalmente de inversionistas extranjeros, respecto del anuncio. Creo que se ha generado un interés en el significativo plan de inversiones que hemos planteado para los próximos años, el que contempla cerca de US$ 2.000 millones hacia el año 2024, tanto en Chile como en Australia.

¿Cuáles son los principales argumentos que están entregando a los accionistas para que tengan confianza en el millonario plan de crecimiento de la compañía?

—Lo principal es que es un plan que se sustenta en hechos. La demanda actual de litio bordea las 320 mil toneladas anuales, y proyectamos que en 2025 ese número podría triplicarse. Es más, hacia 2030 podría duplicarse nuevamente. Los fundamentos detrás de este crecimiento son, a su vez, muy robustos, ya que la demanda está creciendo fuertemente impulsada por el cambio tecnológico que está viviendo el mercado automotriz, dejando atrás los autos a combustión interna por autos eléctricos. Hemos visto que los principales productores de automóviles están invirtiendo fuertemente en esta tecnología para poder cambiarse lo antes posible. La demanda que ven por vehículos eléctricos en el futuro cercano es muy fuerte, junto con estímulos fiscales y prohibiciones a la venta de autos a combustión interna que se viene en un futuro muy próximo.

¿Qué esperan del proceso: se podría diversificar más la base de los accionistas de la serie B?

—Esperamos que los accionistas aprueben mayoritariamente esta invitación a participar en la revolución tecnológica de los EVs ( electric vehicles). Una vez aprobado el aumento de capital, el directorio decidirá el proceso mediante el cual estas acciones se ponen a disposición de nuestros accionistas, quienes decidirán si suscriben o no. La acción de SQM es muy líquida y este proceso la hará aún más líquida, lo que permitirá la entrada de aún más accionistas.

¿Julio Ponce concurrirá al aumento de capital?

—La invitación está abierta a todos los accionistas. Hemos hablado con muchísimos accionistas, pero el foco de esas conversaciones ha sido la primera etapa del proceso; esto es, la junta extraordinaria de accionistas donde esperamos que se apruebe el aumento de capital. En la suscripción posterior, me imagino que cada accionista evaluará su rol en función de las condiciones de mercado y la propuesta que la compañía les haga.

La fuerte apuesta por Chile, ¿qué busca? A SQM le quedan menos de 10 años de concesión del salar.

—Estamos convencidos de que la demanda de litio viene muy fuerte y nuestra responsabilidad es abastecerla. Para eso invertimos en estos proyectos que van a tener impacto en un relativo corto plazo, tanto en Chile como en Australia. Lo anterior requiere inversiones significativas, y nosotros asumimos esa responsabilidad. Además, hasta el último día en que esté vigente nuestro contrato en el salar vamos a entregar nuestro mejor esfuerzo para seguir agregando valor al salar de Atacama, produciendo litio sustentable y de alta calidad, porque es la mejor forma que tenemos de contribuir al desarrollo del país y agregar valor a los accionistas.

¿Cuándo comenzarán a trabajar con Corfo la extensión de la concesión?

—Nuestro foco en estos días está en poder desarrollar estos proyectos de inversión de la manera más sustentable y eficiente, mientras nos preocupamos de la seguridad, los costos y la calidad de nuestra producción. Al mismo tiempo, tenemos un tremendo desafío en seguir mejorando la relación que tenemos con nuestros vecinos en el salar de Atacama, para seguir desarrollando proyectos sustentables de valor agregado para el salar de Atacama y para Chile. Ese es nuestro foco. Las conversaciones de extensión de la concesión se darán cuando corresponda, y nuestra tarea es estar preparados para ofrecerles a Corfo, nuestros vecinos y al país, una propuesta de desarrollo y creación de valor sustentable en el largo plazo.

¿Hoy, SQM es un socio confiable para el Estado?

—Estoy convencido de que somos un muy buen socio. Somos un muy buen socio para Corfo no sólo por los significativos recursos que aportamos al Estado y al desarrollo del país, sino también por el conocimiento que tenemos en nuestras distintas áreas de negocios, por el gobierno corporativo que tenemos implementado, por nuestro compromiso con el país que se refleja en las inversiones que estamos realizando y por la implementación de nuestro plan de sustentación que va a llevar a nuestra producción en el salar de Atacama a convertirse en la producción más sustentable de litio a nivel mundial.

¿Qué esperan para el mercado del litio este 2021?

—Creemos que la demanda crecerá fuertemente, por sobre el 20% y que ello implica desafíos y oportunidades relevantes para SQM y para el país.

¿Cómo ven este 2021 respecto de las repercusiones que aún pueda producir el coronavirus en el mercado global?

—Es difícil saber cuándo los efectos de la pandemia se cristalizarán en los mercados en los que participamos. En cualquier caso, estos efectos no creemos que impliquen cambios fundamentales en las industrias de las que somos parte, sino que más bien impactos puntuales que deberían desaparecer cuando volvamos a la normalidad. Con todo, es evidente que la situación de los mercados mejoró de manera significativa durante el segundo semestre de 2020.

¿Esperan que el cierre del 2020 sea con cifras positivas?

—Sí, durante el tercer trimestre se vieron tendencias positivas en los mercados, impulsadas por las altas ventas de vehículos eléctricos en todo el mundo. Eso nos lleva a proyectar un crecimiento en comparación con el ejercicio anterior, que también se explica por una fuerte recuperación de la demanda de litio en China.