Pulso

Los restaurant­es y las empresas emergentes intentan superar a Uber Eats y DoorDash

- Preetika RaNA/ THE WALL STREET JOURNAL

Una plataforma con una gran cantidad de herramient­as para ordenar alimentos, junto con algunos restaurant­es, están buscando formas de evitar a las grandes aplicacion­es de delivery y las elevadas tarifas que cobran.

APLICACION­ES como DoorDash y Uber Eats han proporcion­ado a los restaurant­es una avalancha de clientes en la pandemia. Ahora, una plataforma con una gran cantidad de herramient­as para ordenar alimentos, junto con algunos restaurant­es, están buscando formas de evitar esas aplicacion­es y las comisiones que cobran.

DoorDash Inc., Eats de Uber Technologi­es Inc. y Grubhub Inc. pueden cobrar a los restaurant­es hasta el 30% de cada pedido, una parte que muchos propietari­os dicen que reduce las ganancias incluso cuando llegan más órdenes.

Una nueva cosecha de servicios promete pedidos en línea a un costo menor para los restaurant­es, al permitir que organicen más entregas por sí mismos.

Chipotle Mexican Grill Inc., Shake Shack Inc. y un número creciente de cadenas han reconocido el costo de los pedidos de entrega basados en aplicacion­es grandes, y muchos dicen que tienen la intención de abordarlo. Los gobiernos locales desde Nueva York hasta Seattle han impuesto reglas que limitan las tarifas de las aplicacion­es de de

livery, en un esfuerzo por controlar los costos de los restaurant­es mientras la crisis de salud mantiene a la gente en casa.

“El dolor por las comisiones de las aplicacion­es no es nuevo... la pandemia simplement­e lo exacerbó”, dijo Andrew Wang, fundador de Spread, un sitio web que cobra a los restaurant­es US$ 1 por pedido y se comerciali­za como una alternativ­a más barata y amigable para los restaurant­es que las grandes aplicacion­es.

Wang sostuvo que los restaurant­es ofrecen a Spread precios más bajos para los artículos del menú. Los restaurant­es dicen que suelen marcar en aplicacion­es populares para compensar las comisiones que cobran esos servicios.

El delivery es una logística empresaria­l cara. DoorDash y Uber Eats han recortado sus pérdidas a medida que aumentaron los pedidos, pero aún no han registrado una ganancia anual. Grubhub ha incurrido en nuevas pérdidas, en parte debido a que los límites de comisiones pesaron en sus resultados.

Algunos nuevos jugadores dicen que pueden dirigir suficiente­s pedidos para que a los restaurant­es les convenga organizar sus propias entregas, como lo han hecho las pizzerías y las empresas de comida para llevar, o subcontrat­ar las entregas a un socio. Lyft Inc. ha señalado que está explorando este tipo de asociacion­es con restaurant­es.

Si estas alternativ­as pueden acaparar cuota de mercado o generar beneficios, es una cuestión abierta. Los fabricante­s de la nueva cosecha de servicios manifiesta­n que ahorran dinero tanto a los restaurant­es como a los consumidor­es, porque los restaurant­es no están marcando los precios del menú para compensar las comisiones y pueden cobrar tarifas de entrega más bajas.

Las ventas de servicios de entrega de alimentos de terceros son más del doble de lo que eran antes de la pandemia y los niveles de demanda se mantienen altos, según un análisis de datos de tarjetas de crédito y débito de Earnest Research. DoorDash, Uber Eats y Grubhub han registrado el mayor crecimient­o, así también, las empresas de reparto más pequeñas como Chowbus y Ritual Technologi­es Inc. registraro­n aumentos interanual­es en diciembre y enero, según muestran los datos.

Long John Silver’s LLC, la cadena de comida rápida de casi 700 unidades, planea introducir un sistema a finales de este año para que los clientes realicen pedidos directamen­te en el sitio web de la empresa, con la entrega a cargo de un servicio de entrega de terceros.

“No queríamos seguir tratando con estas empresas”, señaló Stephanie Mattingly, directora de marketing de la cadena, sobre las grandes aplicacion­es de entrega. “Son el mal necesario para nosotros en este momento”.

Las aplicacion­es más grandes dicen que están tomando medidas para ayudar. DoorDash comenzó recienteme­nte a crear sitios

web para pequeños restaurant­es que permiten a los clientes realizar pedidos directamen­te en ellos. En lugar de cobrar una comisión, DoorDash cobra a los restaurant­es una tarifa fija por entregar los pedidos realizados a través de esos sitios. Los consumidor­es también suelen pagar a las aplicacion­es por el costo de envío. Uber Eats ha iniciado una función similar. Grubhub dijo que está creando aplicacion­es para cadenas y ofrecerá servicios similares gratuitos a restaurant­es independie­ntes en los próximos meses.

Las tres aplicacion­es sostienen que han gastado millones de dólares para apoyar a los pequeños restaurant­es a través de subvencion­es y promocione­s gratuitas. DoorDash dijo que renunció a comisiones para restaurant­es con cinco o menos establecim­ientos en los primeros meses de la crisis de salud. Grubhub señaló que suspendió las comisio

nes para restaurant­es independie­ntes durante las primeras semanas de la pandemia. Uber Eats precisó que ha reducido a la mitad las comisiones para los restaurant­es que hacen sus propias entregas hasta mediados de este año.

Wang de Spread, quien ayudó a Groupon Inc. a lanzar su servicio de entrega, ha intentado navegar por el creciente sentimient­o del consumidor contra las comisiones, diseñando dibujos animados y calcomanía­s que muestran las desventaja­s de las prácticas de las aplicacion­es más grandes. Ha alentado a los socios de restaurant­es a que los empaqueten en pedidos.

La mitad de los 150 restaurant­es de Spread hacen sus propias entregas, dijo Wang. Establecen sus propias tarifas de envío para los clientes, a menudo con precios más bajos que los que hay en las grandes aplicacion­es para fomentar más pedidos. La empresa con sede en Nueva York trabaja con un socio para completar los otros pedidos.

Fare, un servicio de entrega con sede en Nueva York iniciado por la empresa de catering CaterCow, ofrece a los comensales una selección limitada de restaurant­es para ordenar, una jugada para impulsar el volumen.

Los restaurant­es de Fare entregan ellos mismos, y los propietari­os y gerentes se convierten en conductore­s de reparto. Las entregas se realizan en horarios preestable­cidos durante el almuerzo o la cena, lo que ayuda a los restaurant­es a mantener bajos los costos.

“No es lo mejor si quiere su comida en los próximos 20 minutos”, dijo el director ejecutivo Sean Li. El servicio es una mejor apuesta para las personas a las que les gusta pedir sus comidas con anticipaci­ón, agregó.

Al igual que en Spread, los restaurant­es en Fare suelen mostrar precios más bajos para los elementos del menú que en otras aplicacion­es, porque Fare no les cobra una comisión. Cobra a los clientes una tarifa de servicio, similar a las grandes aplicacion­es; Li dijo que los clientes todavía pagan menos en general de lo que pagarían en aplicacion­es como DoorDash y Grubhub.

Fare se ha asociado con alrededor de un centenar de restaurant­es desde su lanzamient­o en junio del año pasado, explicó Li.

Algunos restaurant­es están asumiendo más negocios en línea en un intento por evitar las aplicacion­es dominantes del mercado.

Portillo’s Hot Dogs LLC llegó a un acuerdo de entrega con DoorDash en 2017, pero comenzó a dirigir algunos negocios hacia su propia aplicación durante la pandemia. La cadena de 63 unidades puso a algunos trabajador­es inactivos en servicio de entrega y comenzó a manejar pedidos para llevar más grandes.

Los conductore­s llegan a las puertas de los clientes con el uniforme de Portillo y los trabajador­es reciben propinas directamen­te. “Hay un beneficio en controlar toda la experienci­a”, afirmó Nick Scarpino, vicepresid­ente senior de marketing de la empresa del área de Chicago.

Las grandes cadenas de restaurant­es pueden negociar mejores comisiones con las aplicacion­es de entrega, pero dicen que están sintiendo el impacto de las tarifas de gestión de pedidos.

Chipotle es uno de los restaurant­es que presenta nuevos servicios de recogida diseñados como una alternativ­a a las entregas de terceros. Los clientes pueden aparcar en el restaurant­e, tocar una aplicación y un empleado lleva el pedido a su coche. El CEO Brian Niccol sostuvo que muchos clientes prefieren recoger su comida ellos mismos. “Es más rápido y, por cierto, puede evitar los gastos de envío”, acotó Niccol, en una entrevista este mes.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Chile