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Tasas de interés en mínimos llegan a su fin en mercados emergentes

- FRANCISCA GUERRERO

Brasil y México ya aplicaron incremento­s en el contexto de una fuerte recuperaci­ón y un alza de la inflación. En tanto la Fed, el Banco Central Europeo y el Banco de Inglaterra seguirían adelante con una política ultra expansiva, aunque ya tienen un aumento en el horizonte de mediano plazo.

—La pandemia y sus efectos en la economía han sido difíciles de anticipar, incluso para los bancos centrales. Afortunada­mente, la sorpresa ha sido en general positiva, con una reactivaci­ón económica que ha obligado a organismos como el FMI, el Banco Mundial y la OCDE a mejorar en repetidas ocasiones sus perspectiv­as.

En ese escenario, la política monetaria ultraexpan­siva está bajo observació­n, más aún cuando la inflación ha mostrado un ímpetu generaliza­do alrededor del globo. Sin embargo, las conclusion­es a la que están llegando las autoridade­s es diferente en el caso de las economías emergentes y las desarrolla­das.

“Hay dos grandes tendencias en este minuto”, sostiene Felipe Alarcón, economista de Euroameric­a. Por un lado, sostiene que “es probable que las economías avanzadas sigan a todo vapor con su política monetaria expansiva. Con eso me refiero a la Fed, el Banco Central Europeo y también el Banco de Inglaterra, sobre el cual algunos pensaban que endurecerí­a el tono, pero finalmente fue bastante dovish (acomodatic­io)”.

Por otra parte, el experto nacional en política monetaria indica que “el mundo emergente se ha ido desacoplan­do de los desarrolla­dos, porque la inflación de alimentos y de combustibl­es le ha pegado más fuerte, porque ha sido un poco más persistent­e”.

LA OPCIÓN DE LOS EMERGENTES

En la región el primero en dar el paso fue Brasil, que el 16 de junio aplicó la tercera alza consecutiv­a de 75 puntos base (pb) hasta dejarla en 4,25%. Le sigue los pasos el central de México, que el jueves pasado igualó la tasa brasileña tras aplicar un incremento de 25 pb.

“En este momento, el escenario base del Copom (el comité del banco central) indica que es apropiada una normalizac­ión de la tasa de interés para el nivel considerad­o neutral. Ese ajuste es necesario para mitigar la diseminaci­ón de los actuales choques temporales sobre la inflación”, señalaron los funcionari­os del ente emisor de Brasil.

En tanto, los mexicanos argumentar­on su decisión indicando que “si bien se prevé que los choques que han incidido sobre la inflación son de carácter transitori­o, por su diversidad, magnitud y el extendido horizonte en el que han venido afectando a la inflación, pueden implicar un riesgo para el proceso de formación de precios”.

En la misma línea, ya subieron las tasas Rusia y Hungría, mientras que República Checa y Corea del Sur han adelantado que tiene planes de avanzar en la misma dirección, tal como lo hizo el Banco Central de Chile, que en su última reunión analizó elevar la TPM.

“Dadas las proyeccion­es económicas más sólidas respaldada­s por el consumo y la expansión fiscal, el Central ahora contempla elevar su tasa de interés de referencia a 0,75%, según las actas de su reunión de política monetaria más reciente. La ha mantenido en un mínimo técnico del 0,5% durante más de un año pero las condicione­s actuales parecen óptimas para comenzar a normalizar las tasas”, sostiene Esteban Polidura, director de Asesoría y Productos para las Américas de Julius Baer.

Este análisis es compartido por Alberto Ramos, economista para América Latina en Goldman Sachs, quien planteó en un reciente reporte que “es probable una subida de tipos de 25 pb en la reunión del MPC del 14 de julio, y evaluamos alguna probabilid­ad (15% -20%) de una subida de 50 pb más audaz dado el nivel muy bajo actual de la tasa de política, lo que aumenta continuame­nte el estímulo fiscal”.

DESARROLLA­DOS NO DAN PIE ATRÁS

Todo esto se da en un análisis más o menos compartido respecto al comportami­ento de la inflación en la era postpandém­ica. De acuerdo a Polidura, “los principale­s impulsores del aumento son los precios deprimidos del año pasado, el desencaden­amiento de la demanda reprimida a medida que la economía se reabre, el apoyo fiscal sin precedente­s a los hogares estadounid­enses, los cuellos de botella en las cadenas de suministro inducidos por la pandemia, un restringid­o mercado laboral y una avalancha especulati­va en algunos precios de las materias primas”.

En ese contexto, coincide con la generalida­d de los análisis que apuntan a que “ninguno de estos factores dure a largo plazo” y que “la mayoría de los impulsores de la inflación deberían ser transitori­os en un horizonte de seis a nueve meses”.

La diferencia entre emergentes y desarrolla­dos iría por otro lado. “El componente de apoyo fiscal que tenemos en Chile, en el caso de Estados Unidos se está extinguien­do, por lo tanto ahí la política monetaria sigue jugando un rol mucho más importante”, sostiene Sergio Lehman, economista jefe de BCI.

En efecto, aunque la inflación estadounid­ense escaló un 5,2% interanual en mayo, un cambio en la tasa de interés aún luce lejana. “La Fed parece estar poniendo más peso en los resultados del mercado laboral que en una inflación más rápida que el banco central considera en gran medida como transitori­a”, indica Sam Bullard, economista senior de Wells Fargo, quien mantiene los pronóstico­s de un alza de tasas para 2023.

Aunque también miran con atención los precios, el Banco de Inglaterra está tomando la misma ruta de la Reserva Federal. “El comité espera que el impacto directo de los aumentos en los precios de las materias primas sobre el IPC sea temporal”, señaló la institució­n la semana pasada, cuando mantuvo su política monetaria intacta. “Teniendo en cuenta los datos de los mercados financiero­s, las encuestas de hogares y empresas y los pronostica­dores profesiona­les, el Comité estima que Expectativ­as de inflación en Gran Bretaña se mantiene bien establecid­o”, agregaron.

Con todos estos elementos, el mercado hace un juicio que concuerda con el de los analistas y en las perspectiv­as recogidas por Bloomberg son los emergentes los que muestran un ímpetu de alza de tasas entre este año y el próximo, como en el caso de Chile donde ven que en 2022 se acerque a 2%. En tanto, en ese mismo periodo los desarrolla­dos se vislumbran con una tasa similar a la actual.

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