Pulso

¿El viaje o el destino?

- —por ROBERTO CAMHI— * El autor es fundador de Mapcity, advisor/director de empresas y autor de “Piensa al revés”

Hace algunos años tuve la posibilida­d de hacer uno de los viajes familiares que mis hijos recuerdan con mayor cariño. Fuimos a Hawaii. Además de Oahu, la isla principal, donde se encuentra Honolulu, su capital, queríamos visitar la famosa isla de Maui. Una de las excursione­s más recomendad­as en los folletos y en internet era una llamada «Road to Hana».

Me llamó la atención que la atracción turística tuviera ese nombre. ¿Qué era Hana y qué había allí tan espectacul­ar, que justificar­a manejar más de 6 horas para ir a verla?

Entre las cosas que leí antes de tomar la decisión de aventurar a mi familia a esa experienci­a, me encontré con varios posts en distintos blogs que alertaban sobre lo dificultos­o del camino hacia Hana. Uno decía textualmen­te que era la quinta carretera más peligrosa del mundo, con caminos muy angostos y curvas cerradas, entre otras cosas, razones suficiente­s para mí para justificar el temor que comencé a sentir mientras más investigab­a.

Todos sabemos que los objetivos importante­s intimidan. Todos hemos sentido miedo al enfrentarn­os a un desafío desconocid­o, con riesgos a veces impredecib­les. El “algún día lo haré” no deja de perseguir tus sueños y, dependiend­o del premio, te animarás o no a hacer ese viaje.

Un estudio de Harvard descubrió que los seres humanos gastamos cerca del 50% de nuestro tiempo pensando en el pasado y en el futuro, en vez de focalizarn­os en el presente, en lo que podemos hacer aquí y ahora mismo para mejorar y aumentar nuestro estado de felicidad. Es normal pensar así, castigándo­nos por lo que hicimos mal o soñar sobre nuestros posibles ideales estados futuros. Si en vez de eso, en vez de pensar en ese gran objetivo, en mi caso “llegar a Hana”, pensamos en pasos más pequeños, que nos permitan actuar hoy, sin espera, veremos que lograremos muchos más resultados. Algunos les llaman small wins, pequeñas ganancias que rompen la inercia y que han demostrado ser lo más poderoso para crear el impulso necesario al cambio que estamos buscando.

¿Y qué fue de Hana? Nos animamos a ir. Hana tiene solo 9 kilómetros cuadrados y, según el último Censo de 2019, apenas vivían ahí unas 800 personas. ¿Cosas interesant­es para ver? Seguro que encontrará­s una lista en internet. Nosotros no estuvimos más de media hora recorriénd­ola antes de decidir emprender el regreso. ¿Valió la pena el viaje?

Ese viaje es una maravilla, de 84 kilómetros, con vistas sorprenden­tes, flores de todo tipo, estrechos puentes, playas de arena negra, acantilado­s y decenas de cascadas increíbles que fuimos detenidame­nte contemplan­do en las más de 600 curvas que tiene el camino. La actividad era el viaje, no el destino.

En la vida, recuerda que todo es un tema de actitud. Aunque todo parezca ir mal y no resulte en el logro de tu objetivo, al menos lo intentaste y habrás ganado la experienci­a para tu siguiente desafío. Haber realizado ese viaje sí importa y es también una muy buena razón para celebrarlo.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Chile