Salud: plan único, pero por distintos caminos
En salud, hay más similitudes que diferencias. Ambos plantean avanzar en la universidad de la atención en salud, aunque a través de distintas fórmulas: entre los principales cambios que propone Gabriel Boric está la universalización de la cobertura de Fonasa, lo que se traduce en que todas las personas del país estarán afiliadas a dicha institución. Las isapres se transformarán en seguros complementarios y suplementarios voluntarios. Si bien sostienen que seguirán existiendo prestadores privados, se cambiarán las reglas del juego.
Asimismo, se pretende asegurar un sistema de prestación pública de carácter universal, basado en prestadores estatales, con altos estándares de calidad. “Se implementará el modelo de redes integradas de sistemas de salud basadas en la atención primaria, las que se articularán en un Servicio Nacional de Salud”.
En cambio, Jadue establecía un plan universal de salud, lo que implica que todos los ciudadanos tendrán derecho a atenderse de manera gratuita en el sistema de salud público. De acuerdo con el programa, para que todos tengan los mismos derechos, sin importar el monto de sus aportes, “se pondrá fin al subsidio público a las isapres y prepararemos planificadamente al sistema sanitario en su conjunto para acoger en mejores condiciones a las y los beneficiarios que deseen atenderse en prestadores públicos o en privados integrados a la red pública, bajo una nueva regulación”. La cotización de salud seguirá siendo el 7% obligatorio, pero se quitarán los topes de cotización, para mejorar la progresividad del sistema de cotización.
De acuerdo con el comando del FA, el costo de reformar Fonasa y preparar la red asistencial, especialmente para la Atención Primaria de Salud es del 1% al 1,5% del PIB, mientras que en el programa de Jadue el costo para el Fisco es del 1,2% del PIB anual adicional, lo que se utilizaría de dos formas: primero, aumentar el per cápita (Aporte Previsional Solidario (APS) de $8.000 a $ 11.000, estimando un crecimiento de US$503 millones anuales y, segundo, cerrar la brecha hospitalaria que hoy está en US$1.194 millones.