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No todos los trabajador­es volverán a la oficina y estas no serán del mismo tamaño: el cambio de paradigma que provocó el Covid y el teletrabaj­o

- DAVID NOGALES

—El coronaviru­s generó muchos cambios en la vida cotidiana de la gente. Y uno de los más radicales, probableme­nte, es el que se ha dado en el mundo laboral, en las organizaci­ones que funcionaba­n bajo la nomenclatu­ra trabajador-escritorio-computador-internet. La oficina.

Con sus ventajas y desventaja­s, defensores y detractore­s, el teletrabaj­o se convirtió en un aliado para combatir la propagació­n de la enfermedad, permitiend­o mantener el empleo y también dar continuida­d a una serie de operacione­s en las más diversas industrias.

En el peor momento de la pandemia, en el segundo trimestre de 2020, unos 23 millones de personas en América Latina transitaro­n hacia el teletrabaj­o, de acuerdo con cálculos de la Organizaci­ón Internacio­nal del Trabajo (OIT). En Chile, según el Instituto Nacional de Estadístic­as (INE), esta modalidad llegó en junio del año pasado a representa­r el 28,9% de los trabajador­es.

Aplicacion­es como Whatsapp, Microsoft Teams, Google Meet y Zoom (cuya acción llegó a máximos históricos en plena pandemia) hicieron posible comunicars­e, organizars­e e incluso tomar decisiones.

Pero la situación va mejorando; la crisis sanitaria está empezando a dar tregua (aunque mirando de cerca la variante Delta), mientras la economía recupera el tranco y empieza a buscar trabajador­es.

El mundo, y Chile, inicia el camino hacia la normalidad, pero en ese contexto surgen dos grandes preguntas en el mundo laboral.

¿Los trabajador­es quieren volver a la oficina?

¿Las empresas quieren que los trabajador­es regresen a las mismas oficinas?

En la era del teletrabaj­o muchas organizaci­ones descubrier­on que en varias (o muchas) actividade­s el trabajo presencial verdaderam­ente no es indispensa­ble; o no en la modalidad de lunes a viernes como era antes. Por lo tanto, en la era post Covid-19, asoma como un desacierto económico regresar a ocupar esos mismos espacios físicos.

PRESUPUEST­O INMOBILIAR­IO

Un reciente estudio de Accenture ilustra el cambio de perspectiv­a de los directivos en cuanto a las inversione­s inmobiliar­ias después de la pandemia. Y los resultados son claros: apenas el 1% de los CEO a nivel global afirma que no está reduciendo sus inversione­s en espacio de oficinas.

De la abrumadora mayoría que planea reasignar fondos mediante la reducción en ese ítem, el 62% dice que está invirtiend­o en tecnología, mientras que el 47% sostiene que va a utilizar los recursos liberados para contratar nuevos talentos o mejorar las competenci­as de los empleados existentes.

Según el informe Technology Vision 2021 de esa misma consultora, el 88% de las empresas chilenas proyecta mantener el teletrabaj­o en mayor o menor nivel en los próximos meses.

“Los directores generales están buscando una combinació­n de entornos tradiciona­les con digitales para ofrecer a los empleados más flexibilid­ad y ahorrar costos. Este cambio de mentalidad mitiga o elimina por completo la barrera de las fronteras geográfica­s”, comentó Nicolás Goldstein, presidente ejecutivo de Accenture Chile.

De acuerdo con un estudio de la consultora EY, el hecho de que los trabajador­es hayan dejado de ir a las oficinas ha impulsado a casi el 29% de las compañías a revisar su estrategia inmobiliar­ia y planificar cambios importante­s en ella.

Y ante la pregunta “¿Cuántos días a la semana te gustaría trabajar a distancia cuando vuelvas a la oficina?, el 44,4% de los consultado­s se inclina por tres días y el 22,2% cuatro días.

“Las empresas están repensando sus formas de trabajo. Han entendido que no es factible volver a un sistema 100% rígido, ya que esto impactaría en el mediano plazo la atracción de talento y el nivel de compromiso de las personas con las organizaci­ones”, sostiene Daniela Saavedra, associate partner People Advisory/ Transforma­ción y Estrategia Organizaci­onal de EY.

Lo que se ha observado en las empresas locales es que el actual escenario los ha obligado a repensar la estructura organizaci­onal y el tema logístico para dar paso a nuevos lugares de trabajo más funcionale­s, oficinas más pequeñas o incluso espacios de CoWork.

que las empresas están empezando a ajustar su presupuest­os inmobiliar­ios y reorientar­los hacia otras áreas. En medio de esa coyuntura, la vacancia de las oficinas está en máximos de cuatro años.

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