El beneficio de los controladores
—Cox también alude a las declaraciones en torno a “flujos netos negativos del sistema durante toda su existencia en beneficio de los grupos controladores de las AFP”.
Sobre ello, señala que “en las declaraciones vertidas se manifestó que, durante toda la existencia que ha tenido el sistema de capitalización individual, los afiliados y el Fisco han contribuido para el solo beneficio de los controladores nacionales y extranjeros de las AFP, sin obtener beneficio previsional alguno para los afiliados. Tales aseveraciones, además de ser absolutamente erróneas, no contribuyen a un debate informado frente a la ciudadanía, particularmente en un tema que técnicamente resulta complejo de explicar y, al parecer, por las opiniones expresadas incomprendido por algunos de los integrantes de esa Comisión”.
Cox explica que, ”como es y debería ser de conocimiento público, en 1980 nuestro país, anticipando los problemas demográficos, modificó su sistema previsional desde un régimen de reparto compuesto por diferentes Cajas que otorgaban beneficios dispares frente a requisitos de acceso poco igualitarios para todos los trabajadores y trabajadoras de entonces hacia un sistema de capitalización o ahorro individual, cuya vigencia obligatoria se inició el 1 de enero de 1983. Aquellos imponentes del sistema antiguo que decidieron cambiarse al nuevo sistema, si cumplían cierto requisitos, tenían acceso a un bono de reconocimiento por las cotizaciones efectuadas en el régimen de reparto”.
Y agrega que “tal como lo dispone la doctrina, los instrumentos internacionales y los organismos expertos sobre la materia, la construcción de una pensión requiere de aportes y cotizaciones por un período de, al menos, 35 a 40 años. Cualquier período inferior permite el acceso a una pensión proporcional, conforme a las normas que cada país se dicte. Si bien el sistema de capitalización o ahorro individual, por esencia, permite siempre recibir una prestación financiada sobre los ahorros efectuados, es de una lógica evidente que las primeras pensiones pagadas, al inicio de este nuevo sistema, se financiaban solo en parte por el ahorro individual y principalmente por el bono de reconocimiento, debiendo el Estado de Chile incurrir en los costos derivados del mencionado bono”.
Sin embargo, señala que “aquellas personas que han cotizado en sus cuentas individuales por un período de 35 a 40 años, han recibido una ganancia equivalente a casi el 80% de los fondos que le permitirá financiar su pensión. En consecuencia, resulta injusto que -en un debate informado y transparente ante la ciudadanía- se emitan opiniones erradas y que desinforman con el solo objeto de justificar el voto de quien las emite”.