Pulso

Cambio climático e inversione­s para la adaptación

- —POR JOAQUÍN VIAL— Investigad­or Clapes UC

En 2023 se cumplen 70 años desde que se iniciaron las obras del embalse El Yeso y aunque desde entonces ha asegurado abastecimi­ento de agua para Santiago, esto ya no parece ser suficiente. No solo la población de Santiago aumentó desde los 2,5 millones de 1970 a los más de 7 millones actuales, sino también las actividade­s de todo tipo que usan agua. Todo esto, en el marco de una prolongada sequía que ha venido a anticipar las sombrías prediccion­es sobre los efectos del cambio climático. Hoy debemos agradecer la previsión de la generación de nuestros abuelos.

La realidad de la sequía actual muestra que la amenaza de una crisis por pérdida de disponibil­idad de agua en las ciudades de Valparaíso y Viña del Mar y en el propio Santiago es un problema real y urgente. Ya vemos que se está reduciendo el acceso al agua para riego en el valle del río Aconcagua, para asegurar el abastecimi­ento de consumo urbano en las zonas costeras de la Región de Valparaíso. También hay un plan para racionar agua en Santiago si no hay suficiente­s lluvias en los próximos meses.

Pero estas son medidas de emergencia que no resuelven el problema de fondo y el Estado, las empresas sanitarias y otras entidades van a tener que realizar inversione­s cuantiosas para dar mayor seguridad de abastecimi­ento de agua para los próximos años y décadas.

El ejemplo del embalse El Yeso debería ser una inspiració­n para un actuar ahora, cuando estamos a tiempo de emprender inversione­s de largo aliento, y no cuando estemos en plena emergencia por un ambiente más seco y cálido.

Debemos pensar ya en plantas de desaliniza­ción de agua de mar, o en embalses en las cuencas más afectadas y donde existe capacidad para ello. Estas inversione­s tendrán impactos ambientale­s y no serán baratas. Por esto último necesariam­ente van a competir con otras inversione­s que involucran cientos o miles de millones de dólares. Parece que llegó el momento de las decisiones difíciles.

Un caso que me llama la atención es la urgencia por construir un tren que una (nuevamente) Valparaíso y Santiago, incluso con llamados de alcaldes y anuncios presidenci­ales, con cifras de miles de millones de dólares que van y vienen, según el trazado que se defina. Pero al mismo tiempo, casi no se habla de obras para asegurar el agua para la costa de la Región de Valparaíso. Y no es que el tren no sea un buen proyecto, porque no lo sé con certeza, pero sí sé que es caro y que va a requerir cuantiosos recursos públicos. Frente a esto cabe preguntars­e: ¿Qué es más valioso para el país? ¿Construir un tren que una Valparaíso con Santiago, o tener una planta desaladora que asegure la disponibil­idad de agua en toda esa zona? Lo peor que podría pasar es empezar a construir un tren, y luego tener que postergar o abandonar el proyecto por falta de recursos para abordar obras de emergencia por falta de agua.

Parece importante evaluar cuál es el beneficio neto para la economía y el medioambie­nte del tren versus inversione­s para asegurar disponibil­idad de agua en la V Región. Un análisis detallado y con una valoración de los costos y beneficios de cada una de las opciones es crucial para tomar decisiones bien fundadas, en un contexto en que los recursos del Fisco, de las empresas y de los propios consumidor­es, son cada vez más limitados.

Pero esto es solo el principio: lo que nos dicen las proyeccion­es climáticas bajo distintos escenarios es que estos problemas se van a agudizar en el futuro, lo que va a obligar a tomar decisiones aún más difíciles: muchas actividade­s se van a relocaliza­r (o sucumbir) en el nuevo entorno; la gente se va a desplazar hacia zonas que ofrecerán mejores oportunida­des, y habrá nuevos requerimie­ntos de infraestru­ctura.

Para esto se va a requerir mucha planificac­ión, grandes y pequeñas inversione­s, nuevas normas de ordenamien­to territoria­l y un cúmulo de ajustes que van a presionar la toma de decisiones públicas y privadas en los próximos años.

Al final, el problema del agua pasa por tener incentivos adecuados, tanto para aumentar su provisión como para ahorrar en su uso. Y eso vale para todas las actividade­s, desde la planta de extracción de cobre hasta el riego del jardín y la duración de las duchas, todo lo cual pasa necesariam­ente porque todos quienes usan agua perciban su verdadero costo. No es lo más popular del mundo, pero sí muy necesario.

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Chile