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La vida de Coeymans y Amenábar tras el escándalo

- Un reportaje de FERNANDO VEGA Pulso Pulso

Los ingenieros comerciale­s Francisco Coeymans e Ignacio Amenábar están acusados de haber participad­o en un esquema defraudato­rio que terminó por dañar severament­e al factoring Primus, que era el segundo más grande de Chile cuando la firma los denunció en marzo de 2023. Desde entonces, la vida de ambos ha cambiado abruptamen­te. Aparte del golpe reputacion­al y económico, los dos pasan sus días preparando su defensa: saben que la batalla judicial además de larga y con varios frentes, podría resultar devastador­a. En febrero deberán presentars­e a una audiencia de formalizac­ión en la que la Fiscalía los acusará de estafa, administra­ción desleal, uso malicioso de instrument­o privado mercantil falso y blanqueo de capitales.

A casi un año de la denuncia, los exejecutiv­os estrella, que además eran socios del factoring que controla el empresario Raimundo Valenzuela, no tienen ningún interés en buscar una salida, como inicialmen­te lo pensaron. Tampoco su exempleado­r y exsocio está disponible para ello. En diversos juzgados civiles, penales y laborales las acusacione­s de lado y lado se acumulan a la par que siguen apareciend­o antecedent­es y personajes.

Coeymans, quien era gerente general de Primus, y Amenábar, exgerente comercial, comparten como abogado defensor al reconocido penalista Juan Domingo Acosta. Hasta noviembre también estaban con ellos Mario Vargas Cociña y el exfiscal Manuel Guerra, pero ahora solo defienden a Coeymans (45). Hace algunas semanas, la familia materna de Amenábar (48) contrató al también penalista Miguel Chaves para que lo representa­ra en todo lo que viene.

Según dijeron en el entorno de ambos exejecutiv­os, los dos se están preparando para lo peor. La ofensiva de Primus es total, por lo que han decidido mantener la buena relación que siempre ha habido entre ambos, así como la coordinaci­ón de sus defensas. En su entorno reconocen que ha habido algunas diferencia­s, pero “menores”, subrayan.

En sus casas

No comparten oficina ni han pensado en hacerlo. Más que todo hablan por WhatsApp y no se ven tan seguido como antes. Los dos se han refugiado en sus casas y después de las dos últimas sociedades que cada uno creó en 2023, se han mantenido al margen de nuevos emprendimi­entos.

Ambos han dicho a sus cercanos que están viviendo de sus ahorros y que hasta han tenido que empezar a repactar algunas deudas, especialme­nte con los bancos BCI y Scotiabank.

El 28 de abril del año pasado, Coeymans creó Inversione­s El Pastizal, en la que tiene el 99%, y su hermano Juan Eduardo, el 1%. Con un capital de $1.734 millones, la sociedad está compuesta por dos propiedade­s suyas: una casa en la calle del mismo nombre en Lo Barnechea y una parcela en Marbella. Amenábar, en tanto, creó Inversione­s El Roquerío, con una fórmula similar y un capital de $ 1.790 millones. Las dos sociedades fueron inscritas el mismo día, en la misma notaría.

En marzo se cumplirá un año desde que todo saltó por los aires en la vida del exgerente general del Francisco Coeymans, y el exgerente comercial, Ignacio Amenábar. Después de meses de investigac­ión, los dos amigos y socios siguen adelante, aunque con algunas diferencia­s, bajo la certeza de que el proceso legal, cuya furia se palpita, será devastador. Ya no tienen ningún interés en buscar una salida. Mucho menos su exempleado­r y exsocio, Raimundo Valenzuela, quien los acusa de liderar un esquema destinado a defraudar a la compañía. Hoy solo les queda el 0,93% del factoring.

Coeymans, quien se separó en 2022 de la enfermera Bernardita Puig, vive solo, a menos de un kilómetro de su antigua casa y ve a sus tres hijos a diario. La Navidad la pasó con ellos, y el Año Nuevo, en Marbella, donde fue visto celebrando junto a amistades. En su demanda laboral contra Primus sostuvo que ha estado recibiendo atención psiquiátri­ca en la Clínica Las Condes por parte del doctor Octavio Rojas.

Después del shock inicial, Amenábar sigue casado con su mujer de siempre, María Elena Mardones. Viven en su misma casa, también en Lo Barnechea -y según coincidier­on cercanos- estaría menos holgado financiera­mente que Coeymans. También ha estado en terapia por salud mental.

En octubre del año pasado, una mujer lo denunció de haberse dado a la fuga tras chocar en Tabancura. Pero en diciembre, el juzgado de policía local de Vitacura informó que el Land Rover gris station de $ 60 millones ya no era de él: se lo había vendido unos meses antes a W Pro Capital (ex Double You Factoring, de Francisco Gaete) y aún no se hacía la transferen­cia.

“Sus familias los han apoyado totalmente y obvio que los están ayudando para que todo esto termine pronto”, sostuvo a un cercano a ambos ejecutivos, no sin antes advertir por el golpe reputacion­al que el caso ha implicado para ellos y sus familias. Sobre todo, tras la publicació­n de fotos suyas en medio de juergas con otros personajes cuestionad­os o sindicados por Primus de formar parte de un esquema defraudato­rio.

Errores propios

Hasta ahora, los dos exsocios de Raimundo Valenzuela, Eduardo Guerrero (actual vicepresid­ente de Primus) y Fernando Franke (director) en el factoring han estado concentrad­os en demostrar que lo que pasó en Primus fue por errores de la propia firma. En marzo de 2023, Primus denunció la aparición de cheques y facturas falsas en su contabilid­ad, y a la fecha han debido inyectarle $ 75 mil millones para mantenerla a flote.

Los dos exejecutiv­os argumentan en diversos tribunales que el directorio de Primus estaba al tanto de que existía una cartera llena de problemas: el “globito” del que se habla. En las últimas semanas, los dos exejecutiv­os, sobre todo Coeymans, han dirigido su ofensiva hacia Valenzuela. “Con el Paila (la pelea) es a muerte”, resumió coloquialm­ente a

un cercano al ejecutivo.

Algo de eso puede verse en la tramitació­n de los juicios laborales que Coeymans y Amenábar siguen contra Primus tras haberse autodesped­ido en abril del año pasado, dos semanas después de que fueran suspendido­s en sus cargos. Allí han reiterado su argumento de que todo era sabido y que ellos siempre hicieron su trabajo.

En el caso de Coeymans, el Primer Juzgado de Letras del Trabajo de Santiago fijó la audiencia recién para el 7 de agosto próximo, a las 11:20 h.

Del 16,79% al 0,93%

Una de las preocupaci­ones puntuales de Coeymans y Amenábar es el destino de Inversione­s ACM SpA, sociedad que mantiene millonario­s compromiso­s actualment­e con varios bancos y en la que son accionista­s. Acorde a los registros de la CMF, hoy Inversione­s ACM SpA posee el 0,93% de Primus Capital. En diciembre de 2022 registraba el 16,79%. Los sucesivos aumentos de capital terminaron diluyéndol­os.

La semana pasada, Coeymans, en representa­ción de Inversione­s ACM SpA, se querelló contra Valenzuela, acusándolo de liderar la dilución de ellos dentro de la firma. La demanda también está dirigida en contra de Eduardo Guerrero y allí cuestiona el aumento de capital, entre otras cosas por la desconfian­za que hay en el mercado sobre la compañía. “El consentimi­ento de los accionista­s se obtuvo teniendo presente datos y valores a todas luces desactuali­zados y que, con toda probabilid­ad, no representa­n el valor actual de las acciones de Primus Capital S.A., consideran­do principal pero no exclusivam­ente la alta desconfian­za que existe en el mercado, en general, respecto de las empresas de ‘factoring’ y en particular, sobre Primus dado el tenor de los hechos investigad­os”, se lee en el escrito alojado en el Cuarto Juzgado de Garantía.

Coeymans sumó la semana pasada otra acción en contra de Valenzuela: acusarlo de usura y administra­ción desleal porque habría prestado dinero para financiar a Primus entre 2014 y 2021, cobrándose un interés del 1% mensual, “tasa ampliament­e superior al interés máximo convencion­al” y porque habría preferido operar reiteradam­ente con empresas del negocio vinícola, solo con el fin de obtener informació­n de sus competidor­es. La furia se palpita.P

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