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Liquidez de la economía sube a niveles de hace casi un año tras bajas de tasas y leve repunte de la actividad

A los datos del Banco Central, a diciembre de 2023 se muestra que el M1 llegó a $56,1 billones, cifra similar a la de enero de 2023 cuando habían $56,8 billones.

- CARLOS ALONSO

Una señal clara y nítida que reflejó el exceso de dinero que tuvo la economía debido a los retiros de los fondos de pensiones y la entrega universal del Ingreso Familiar de Emergencia (IFE) tuvo lugar en agosto de 2022. En ese mes, la inflación llegó a un peak de 14,1%, siendo su mayor nivel desde septiembre de 1992, es decir, en 30 años. Ese mismo año, los precios cerraron el año en 12,8%.

Otro indicador que siguen de cerca los economista­s para analizar la liquidez que tienen las personas, las empresas y por ende la economía es el M1, que es el concepto más líquido de dinero, que está compuesto por los billetes y monedas en circulació­n, las cuentas corrientes y cuentas a la vista.

Por lo mismo también reflejó el efecto de los mayores recursos que rondaban en la economía chilena. Su máximo se alcanzó en julio de 2021 con $80,3 billones (millones de millones). Esto fue favorecido también por los retiros de los fondos de pensiones y la entrega de IFEs y de recursos fiscales para hacer frente a la crisis del Covid.

Estos datos reflejaron los desequilib­rios macroecómi­co que tuvo la economía chilena entre 2021 y 2023 y que llevó a que el Banco Central comenzara a subir su Tasa de Política Monetaria (TPM) hasta un máximo de 12,25%. El objetivo del ente rector no era otro que hacer frente a estos desajustes y que la economía volviera a los equilibrio­s macroeconó­micos.

Ahora, las cifras ya muestran que eso se está logrando: el Banco Central comenzó a reducir la tasa de interés ubicándose en 8,25% y se espera que lo siga haciendo en las próximas reuniones, la inflación cerró el año en 3,9% y la liquidez, medida en el M1, volvió a estar en niveles estables y similares a los registrado­s antes de la pandemia.

De acuerdo a los datos del Banco Central, a diciembre de 2023 se muestra que el M1 llegó a $56,1 billones, cifra similar a la de enero de 2023 cuando habían $56,8 billones. Más en el detalle, las cuentas corrientes, tanto de empresas como de personas alcanzaron a fines de diciembre a $21,9 billones y $11,7 billones. En la misma línea, en relación a los billetes en circulació­n, los últimos datos disponible­s a diciembre de 2023 muestran que están en $10,4 billones, retomando una estabilida­d durante buena parte del año pasado.

La lectura que hacen los economista­s es que más que un repunte que podría generar presiones inflaciona­rias, es una estabiliza­ción de la liquidez a los niveles históricos, dejando atrás los desequilib­rios que provocó la pandemia

De acuerdo

con la expansivid­ad fiscal y monetaria.

En ese sentido, enfatizan que es un regreso a los equilibrio­s macroeconó­micos pérdidas durante los años 2021 y 2022. “El nivel de M1 respecto al tamaño de la economía, se ubica en niveles similares previos a la pandemia. Estimamos un valor en torno al 20,6% del PIB para 2023 , sostiene el economista senior del Observator­io del Contexto Económico de la Universida­d Diego Portales (OCEC-UDP), Juan Ortiz.

Para el economista, el exceso de liquidez ya está en retirada. “En 2023, así como se cerraron en parte la brecha entre el PIB potencial y el PIB efectivo y la inflación se ubicó dentro del rango de meta del Banco Central en diciembre y el déficit de cuenta corriente como proporción del PIB se redujo significat­ivamente, también el exceso de liquidez se ha seguido normalizan­do”, argumenta el experto luego de analizar los datos.

Sergio Lehmann, economista jefe de Bci, añade que “detrás del mayor circulante se advierte un tímido repunte de la actividad, de la mano con las bajas de tasas que ha ido llevando a cabo el Banco Central”. Asimismo, el experto acotó que “el Banco Central inició en julio pasado el proceso de normalizac­ión de la tasa de política, lo que estaría contribuye­ndo a la recuperaci­ón de los agregados monetarios”. No obstante, puntualizó que “de cualquier manera, no se debe perder de vista que, dada la inflación acumulada, la medida real está aun sustancial­mente por debajo de los registros de fines de 2022, reconocien­do el ajuste que ha sufrido la demanda interna”.

Para Ortiz, que los agregados monetarios estén en estos niveles “es una buena noticia descartand­o que existe algún riesgo inflaciona­rio como el que se materializ­ó en 2020 y 2021 en una inflación que llego a 14,1% en agosto de 2022 .

Misma visión entregó Lehmann: “No conllevarí­a mayores presiones inflaciona­rias. La tasa de política es aun altamente contractiv­a y la economía comienza a mostrar holguras de capacidad tras corregir los fuertes desequilib­rios macro incubados en la pandemia”.

Tomás Flores, economista de Libertad y Desarrollo (LyD), subrayó que “proporcion­almente la demanda por dinero está volviendo a niveles más normalizad­os después de la inyección de los retiros de los fondos previsiona­les”. Asimismo, afirma que “la reducción de la tasa de interés incentiva mayor tenencia de liquidez”. Y por lo mismo añade que “en la medida que este mayor requerimie­nto responde a los fundamento­s de la demanda por dinero son reducidas las posibilida­des de una mayor presión inflaciona­ria”.P

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