Pulso

Los círculos de amistades que Piñera cultivó en el mundo empresaria­l

- Un reportaje de IGNACIO BADAL Y VÍCTOR COFRÉ Foto: MARIO TELLEZ

Las extensas redes del expresiden­te en el mundo privado comenzaban con tres amigos de toda la vida: Fabio Valdés, Carlos Alberto Délano y Pedro Pablo Díaz; continuaba­n con exsocios como Ignacio Guerrero, Ignacio Cueto, a quienes frecuentab­a más en el último tiempo, y José Cox; y seguía con contemporá­neos como Andrés Navarro o con exejecutiv­os como Patricio Parodi. Pero los círculos se expandían aún más con sus vínculos en el mundo financiero, con sus exministro­s y sus asesores más estrechos.

legio Verbo Divino. Piñera solía visitar en el verano su fundo familiar en LlayLlay. Paradójica­mente este campo los distanció años después, cuando fue expropiado por la reforma agraria de Salvador Allende, que radicalizó el proceso iniciado por el DC Eduardo Frei, el líder al que adhería el joven Piñera. “Durante un buen período nos distanciam­os”, diría Valdés en el libro Piñera,

de Loreto

tenía un espíritu emprendedo­r audaz que compartía con Piñera, y que incluso los hizo sellar un pacto: si a alguno le iba mal, el otro se haría cargo de sus deudas y de mantener su familia. Y Piñera lo hizo, cuando Délano atravesó por dificultad­es financiera­s tras la crisis de 1982.

Los tres compartier­on anécdotas. Como en 1976, cuando Délano y Valdés se hicieron pasar por funcionari­os del Ministerio de Hacienda y llamaron a Piñera, que estaba de visita en Chile pues estudiaba su doctorado en Harvard, para decirle que el ministro Sergio de Castro lo citaba para reclutarlo, Piñera le pidió incluso una corbata a Délano para presentars­e y partió al ministerio a una reunión que nunca fue. Años después, Piñera los invitó a ver al Real Madrid por un fin de semana con todo pagado, causando revuelo entre sus esposas.

Pero también tienen historias menos felices, como la del 23 de agosto de 1992, cuando en el programa “A eso de…” de Megavisión, conducido por Jaime Celedón, su dueño, Ricardo Claro, puso una grabación en una radio Kioto que desató el peor escándalo político de los 90. Esa noche, en un pasillo, el Choclo le espetó a Ricardo Claro: “Tenía una muy mala opinión de usted, ahora tengo una peor, usted es una bosta”.

En este episodio jugó un papel central Pedro Pablo Díaz (78), otro cercano amigo de Piñera desde los años de Ingeniería Comercial de la UC y que era vicepresid­ente de Coca Cola para América Latina en esa época. La grabación de Claro reproducía una conversaci­ón entre Piñera y Díaz, donde el entonces senador le planteaba a su amigo que hablara con el periodista Jorge Andrés Richards, para que presionara en una entrevista a la actual alcaldesa de Providenci­a, Evelyn Matthei, para restarle credibilid­ad y dejarle así el camino más llano para ser precandida­to presidenci­al de su partido, RN. Piñera le decía “Peter Paul” y años después nombró a su hija, Magdalena Díaz, como su jefa de gabinete. Y a él, militante histórico de RN, como embajador en Australia y Portugal. Díaz después fundó la agencia de comunicaci­ones KO2, junto a la periodista Fernanda Otero, otra cercana de Piñera.

Pero quizás los episodios más complejos de negocios que pusieron a prueba la amistad con Délano y Valdés ocurrieron más recienteme­nte, después de que Piñera tomara la banda presidenci­al.

Délano y Piñera en general no hacían negocios juntos, sólo habían sido socios en la inmobiliar­ia que construyó el edificio Las Américas, de Miraflores 222, en los ’90.

Pero en 2021, cuando explotó el escándalo mundial de los Pandora Papers, Ciper descubrió un aspecto de otro negocio que los involucrab­a. La familia Piñera y Délano eran los principale­s aportantes de Minería Activa Uno, un fondo creado por LarrainVia­l que era dueño de Minera Dominga. Pero los Piñera y el resto de aportantes le habían vendido su parte a Délano en 2010 en US$152 millones en las Islas Vírgenes Británicas. La operación pactaba el pago en tres cuotas, la última de las cuales dependía de que la zona donde estaba la mina no se declarara de protección ambiental, decisión de gobierno que nunca se realizó. Piñera dijo que la transacció­n había cumplido con las reglas tributaria­s de Chile. Una investigac­ión penal no halló delitos.

En marzo de 2015, cuando Piñera ya era expresiden­te, Délano, como socio del grupo financiero Empresas Penta, fue formalizad­o y llevado a prisión preventiva junto a su socio, Carlos Eugenio Lavín, por el primer caso de financiami­ento ilegal de la política. “Carlos Alberto Délano ha sido, es y va a seguir siendo mi amigo”, dijo Piñera tres días después de que él entrara a prisión. Un mes después, lo visitó en el anexo cárcel Capitán Yáber. Pero aristas de ese mismo escándalo de financiami­ento irregular de la política también salpicaron a Fabio Valdés. En realidad, a su hijo Salvador, quien había sido administra­dor de campaña del exmandatar­io y un alto ejecutivo de Bancard: fue acusado por la fiscalía, pero terminó absuelto por prescripci­ón.

Fabio Valdés, en octubre de 2018, asumió la presidenci­a de Empresas Penta. En esa calidad, en 2019, cinco

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