Pulso

¡Eres un mentiroso!

- —por ROBERTO CAMHI—

Hace algunas semanas presencié una conversaci­ón entre dos amigos, mientras tomábamos un café un viernes por la tarde. No es de utilidad reproducir aquí todo lo que conversaro­n, pero sí dos frases importante­s que bien vale analizar. En un momento, cuando la conversaci­ón se ponía un poco más acalorada, se produjo el siguiente diálogo:

“No me estás entendiend­o. ¡Te he explicado tres veces cómo es la situación” “Es que yo lo veo distinto.”

“¿Cómo puedes verlo distinto? Es evidente lo que te digo. No quieres verlo, eso es lo que pasa.”

¿Cuántas veces te has enfrentado a una conversaci­ón que incluye frases de este tipo? Si te fijas, una de las personas intenta explicar a la otra cómo es la situación, la “verdad de los hechos”. El sólo hecho de utilizar ese lenguaje nos dice que quien habla está consideran­do su punto de vista como una realidad, como “la verdad absoluta”. Quien escucha le responde que “lo ve distinto”. Esto también nos da cuenta de que existe un punto de vista diferente al primero, una segunda realidad interpreta­tiva.

Si esos dos amigos que discutían hubieran hecho un ejercicio mental, es decir, entendiera­n que existen observador­es distintos y que ambos pueden tener la razón, entonces tal vez habrían concluido que la otra parte tenía argumentos válidos y razones suficiente­s como para ver la situación, literalmen­te, al revés.

Probableme­nte habrían surgido frases del tipo: “Entiendo lo que me dices. Y seguro debe ser difícil para ti esta situación por todo lo que has pasado. Déjame contarte qué me sucede a mí en este tipo de situacione­s y por qué lo veo diferente”. Ese tipo de frases no apareciero­n en la conversaci­ón. Frases que empatizan con el relato y la historia del otro, que fortalecen la calidad de la comunicaci­ón y el entendimie­nto.

Esto que parece tan básico es una de las principale­s causas de las situacione­s conflictiv­as que vivimos en nuestras relaciones en el ámbito personal y profesiona­l, y una de las habilidade­s básicas que debe desarrolla­r un verdadero líder.

Si no comparto con alguien el mismo criterio, la interpreta­ción de lo convenient­e o correcto, es porque todos interpreta­n según su propio ser, historia, formación, contexto, creencias, etc. No por eso la apreciació­n de mi interlocut­or es correcta o incorrecta.

¿Cuántas veces has etiquetado una situación como desfavorab­le y al cabo de un tiempo, mirando en retrospect­iva, la consideras favorable? A alguien que lo despiden de su trabajo la situación le parecerá muy desfavorab­le, hasta que alguien que se entera le ofrece un trabajo mucho mejor. Esa nueva posibilida­d probableme­nte no hubiese llegado si no hubiese perdido su anterior empleo. O casos como los que veo a diario, en donde personas sin trabajo se ven obligadas a emprender, lo que termina siendo el gran negocio, oportunida­d de crecimient­o y libertad en sus vidas. Nunca se hubiesen atrevido si no se los hubiera obligado.

En el liderazgo empresaria­l, comprender que nuestra percepción de la realidad es subjetiva y construida a partir de interpreta­ciones, resulta esencial. En otras palabras, dar la posibilida­d a que la verdad que se busca está llena de matices que, la hacen una verdad a medias, la que necesita de ajustes y entendimie­nto más profundos antes de apresurars­e intervenir o responder.

¿Cómo puede ser eso? Uno de los dos debe estar mintiendo o faltando a la verdad, ¿o no? Es típico pensar esto cuando tenemos una opinión formada sobre los hechos, pero no nos damos el tiempo para recoger todos los antecedent­es o los puntos de vista del otro y entenderlo­s. No siempre hay un mentiroso en la ecuación.

Fundador Mapcity y Apanio, advisor/director startups, autor de “Piensa al Revés” y “Hackea tu Mente”*

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Chile