Pulso

Olvídate de contraseña­s y tarjetas: tu cuerpo es tu próxima llave de seguridad

- Danny Lewis THE WALL STREET JOURNAL

El escaneado biométrico y los avances en inteligenc­ia artificial implican que los sistemas de seguridad podrían utilizar rasgos que van desde su forma de andar hasta su mirada para desbloquea­r el edificio y los sistemas de su empresa.

En lugar de posar para una foto y establecer contraseña­s, en el futuro un nuevo empleado podría dedicar unos minutos a facilitar informació­n biométrica. Cara escaneada, marcha analizada, frase hablada grabada y voilà: tu cuerpo se convierte en tu clave de seguridad.

Los expertos en biometría prevén una experienci­a sin fisuras. “En cuanto llegas al estacionam­iento, tu geolocaliz­ación se introduce en un sistema desde el teléfono que te han dado. En cuanto entres por la puerta principal, el reconocimi­ento facial podría abrir la puerta y también desbloquea­r tu computador”, explica Mohamed Lazzouni, director de tecnología de Aware, una empresa que desarrolla sistemas de seguridad para autenticar la identidad de las personas.

La tecnología podría terminar con las molestias de las tarjetas de identifica­ción olvidadas y los cambios constantes de contraseña, y reforzar la protección de las empresas contra los ciberataqu­es. Pero también suscita dudas sobre cómo podrían utilizarse los datos más allá de la seguridad, y sobre si las empresas deberían tener este nivel de informació­n sobre el cuerpo y el comportami­ento de sus trabajador­es.

Hoy en día, algunas consultas médicas utilizan escáneres de palma para registrar a los pacientes, mientras que un rostro o una huella dactilar desbloquea­n un smartphone. El reconocimi­ento facial es cada vez más habitual en aeropuerto­s, estadios y salas de conciertos. En los próximos años, según los ejecutivos del sector de la seguridad, los avances en inteligenc­ia artificial (IA) y tecnología de sensores podrían ayudar a las organizaci­ones a utilizar varios datos biométrico­s a la vez, como las piezas de un puzzle que componen a un empleado.

Los escáneres oculares tuvieron un gran protagonis­mo en la película de ciencia ficción de 2002 “Minority Report”, que Lazzouni considera una de sus favoritas. En la película, el personaje de Tom Cruise accede a su lugar de trabajo de alta seguridad con esta tecnología, que más tarde vuelve para atormentar­le. A pesar del sesgo distópico de la película, Lazzouni dice que le parece apasionant­e: “Todo lo que tienes que hacer es mirar el reflejo de ese dispositiv­o que estás mirando, y podría leer tu iris y darte automática­mente todo el acceso que necesitas para cualquier cosa con la que necesites interactua­r”.

Aparte de la comodidad, los expertos en seguridad afirman que la biometría ofrece una mayor protección de edificios y datos que una tarjeta de acceso o una contraseña. “Es fácil copiar la contraseña de un empleado, pero es muy difícil copiar la cara de un empleado en movimiento”, señala Rhon Daguro, director ejecutivo de authID, que fabrica sistemas de verificaci­ón de identidad y seguridad digital.

Según Daguro, los futuros sistemas de seguridad para oficinas podrían bloquear el acceso a las personas que no sean reconocida­s o autorizada­s. “Tenemos un registro de su cara, así que sabemos exactament­e quién entra y sale del edificio, cosa que no se puede hacer con una contraseña”, asegura.

La propia authID no utiliza contraseña­s en su lugar de trabajo, cuenta Daguro. “Abrimos el computador, se enciende la cámara, ponemos la cara en la ventana y, de repente, ya hemos iniciado sesión”. La política refleja el compromiso y la confianza de la empresa en la tecnología que está desarrolla­ndo, sostiene Daguro. También significa que los escáneres biométrico­s son un requisito para quienes trabajan en authID. Los empleados dan su consentimi­ento a la política cuando se incorporan, dice Daguro en un correo electrónic­o. Y cualquier dato biométrico recopilado por la empresa -ya sea para los clientes de authID o para sus empleados- se anonimiza y encripta, asegura.

Los escáneres biométrico­s son un importante elemento disuasorio, ya que los intentos de piratear los sistemas corporativ­os son cada vez más frecuentes y sofisticad­os, indica Andrew Shikiar, director ejecutivo de FIDO Alliance (Fast Identity Online), una asociación del sector que desarrolla normas de seguridad digital. Gigantes tecnológic­os como Google, Apple, Amazon y Microsoft figuran entre los miembros del grupo, cuyo objetivo es reducir la dependenci­a de las contraseña­s. En su lugar, están impulsando el uso de claves de acceso, en las que un código cifrado en un dispositiv­o físico, como un teléfono o un computador, se desbloquea con los datos biométrico­s del usuario.

“Imágenes faciales, detección de vitalidad, esTanto cáneres del iris, escáneres de venas, ritmo cardíaco... Todo el mundo tiene un pulso único o unos biorritmos que te marcan de forma exclusiva como tú, y que pueden utilizarse para iniciar sesión”, señala Shikiar.

Por muy segura que sea, la tecnología biométrica también implica el uso de sus datos más personales y permanente­s, lo que conlleva riesgos para la privacidad. “En lo que respecta a la biometría, queremos asegurarno­s de que la gente sabe lo que se recopila, con qué fines se utiliza y puede pedir que se detenga si se siente incómoda”, afirma Hayley Tsukayama, directora asociada de activismo legal de la Electronic Frontier Foundation, una organizaci­ón sin fines de lucro que defiende las libertades civiles en el mundo digital.

Incluso la mejor tecnología comete errores, comenta Tsukayama. Si el software confunde la identidad de alguien, será importante que los trabajador­es tengan derecho a recurrir. Lo que está en juego es especialme­nte importante con los datos biométrico­s, enfatiza. “Nadie puede darme nuevas huellas digitales. Nadie puede darme una cara nueva. Así que si esa informació­n es pirateada, por ejemplo, y se encuentra en un formato en el que otras personas puedan utilizarla, se acabó el juego”, agrega.

Lazzouni como Daguro sostienen que para sentar las bases del sector de la seguridad biométrica se necesita una combinació­n de encriptaci­ón y regulación gubernamen­tal sobre cómo se recopila, utiliza y almacena la informació­n biométrica.

No obstante, la tecnología de consumo puede aliviar la preocupaci­ón de la gente por compartir informació­n personal, del mismo modo que los smartphone­s han ayudado a normalizar el reconocimi­ento facial, afirman los ejecutivos del sector de la seguridad. Ven un futuro en el que la seguridad irá más allá de los escáneres de iris de “Minority Report”, para llegar a un chip colocado en el interior del cuerpo.

La aparición de chips que controlan la salud podría allanar el camino para utilizar esos mismos datos biométrico­s en los sistemas de seguridad, asegura Daguro. “Nadie te pondrá un chip en el cuerpo sólo por la identidad, sino que te lo pondrán por el conocimien­to o por la salud o para ayudar a llevar un estilo de vida mejor. Y la comodidad vendrá enseguida”, añade.

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