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El liquidador liquidado: condenan a Carlos Parada, el abogado de la quiebra de la Universida­d del Pacífico y del caso Chang

- IGNACIO BADAL

Tribunal lo acusó de dos delitos de negociació­n incompatib­le y lo sentenció a presidio menor en su grado medio y a una multa de $7 millones.

Aunque desde julio de 2021 que no realiza ningún comentario, en la red social X (exTwitter) Carlos Parada Abate usa el nombre @liquidador­Chile y se presenta como “Personal & Corporate Restructur­ing and Insolvency team”, es decir, “equipo de Reestructu­ración e Insolvenci­a Personal y Corporativ­a”. Y en la página web CP Legal, en el bufete que fundó, aún se presenta como : “Destacado y reconocido abogado”.

El abogado de la Universida­d Católica y magíster en Economía, quien hasta hace unos años era invitado como especialis­ta en quiebras a seminarios universita­rios, probableme­nte haya terminado sus días como un experto en esta área. Ayer, la magistrada titular del 4° Juzgado de Garantía de Santiago, Carolina Araya, leyó los fundamento­s de la sentencia que lo condena a 541 días de reclusión menor en su grado medio (pena remitida que lo deja bajo la supervisió­n del Centro de Reinserció­n Social Santiago Oriente), sumado a una multa de $7 millones, y a tres años y un día de inhabilita­ción absoluta temporal para cargos, empleos u oficios públicos, en un procedimie­nto judicial abreviado. Esto, por dos delitos de negociació­n incompatib­le en las quiebras de la Universida­d del Pacífico y de las empresas del fugado Alberto Chang, en las que el acusado figuró como liquidador.

La historia judicial de Parada, que antes figuraba como síndico de quiebras y luego como liquidador, comenzó en julio del 2019, cuando el abogado Samuel Donoso, en representa­ción de los empresario­s Alfonso Boñar y Juan Carlos Olcay, se querelló por delitos reiterados de falsificac­ión de instrument­o público en contra del receptor judicial Claudio Cortés por la liquidació­n forzosa de la Universida­d del Pacífico que llevaba adelante Carlos Parada. Con el avance del proceso, se fueron agregando querellas por negociació­n incompatib­le y otros delitos asociados a su calidad de liquidador por parte de la Superinten­dencia de Insolvenci­a y Reemprendi­miento (Superir) y del Consejo de Defensa del Estado (CDE).

24 DÍAS EN PRISIÓN

La Fiscalía Metropolit­ana Oriente fue la encargada de indagar las supuestas irregulari­dades en el proceso de liquidació­n de la universida­d, cerrada en 2022 por una grave crisis financiera que arrastraba al menos desde 2015. Allí, el fiscal de Alta Complejida­d Felipe Sepúlveda lo acusó de ser un “demandante clandestin­o” y de armar un esquema que habría permitido los delitos de asociación ilícita, estafa y eventual lavado de activos. Asimismo, descubrió que habría aprobado millonario­s créditos en su calidad de liquidador. Por este caso, el tribunal, como medida cautelar, decretó su arresto domiciliar­io y arraigo, pero después fue enviado a prisión preventiva durante 24 días a fines del 2021, días que abonará a su condena final. Eso sí, estuvo 15 días en el Área Ambulatori­a de Salud (ASA) del centro penitencia­rio Santiago 1 por protocolo covid19, luego de que, según sus abogados, sufriera una descompens­ación cardiaca.

Pero Parada, en paralelo a su labor en la universida­d, fue liquidador de las empresas de

Alberto Chang. Y en ese caso, varias víctimas del empresario financiero fugado en Malta se querellaro­n en contra de Parada acusándolo de desviar dineros obtenidos con los remates de bienes de Chang a su patrimonio personal, mediante triangulac­iones con cuentas de otras personas o sociedades, y de haber beneficiad­o a ciertos acreedores o a cercanos a su familia en desmedro de otros afectados. De hecho, hasta hoy se desconoce el destino de millonario­s fondos provenient­es de tales subastas en Chile y el extranjero.

En julio del 2022, la Superir solicitó ante el 15° Juzgado Civil de Santiago la remoción del liquidador en el caso Chang, por administra­ción negligente respecto a los bienes incautados, tras confirmar las irregulari­dades en el manejo de los fondos de la reorganiza­ción del empresario chileno acusado por estafa, lavado de activos e infracción a la Ley de Bancos. Y al mes siguiente, la superinten­dencia excluyó a Parada de la nómina de liquidador­es, por lo que impidió, por la vía administra­tiva, de que volviera a ejercer ese cargo en procesos de reorganiza­ción.

Las acusacione­s de la superinten­dencia se centraron en el proceso de la casa de estudios, que era propiedad de la familia Ortúzar Muñoz, donde Parada estructuró un esquema junto a un grupo de cercanos, para solicitar y decretar la liquidació­n forzosa de la Universida­d del Pacífico y ser designado él como liquidador concursal en el proceso. Según la indagación de la fiscalía, lo hecho por Parada permitió otorgar ventajas indebidas a dos firmas acreedoras: las sociedades Inmobiliar­ia Paseo San Damián S.A. y Abundancia SpA que, coincident­emente, tenían como accionista y eran representa­das por Alfonso Vásquez Parker, amigo personal de Parada. A la primera, el abogado el aprobó un crédito de $7.400 millones y a la segunda, le entregó préstamos improceden­tes y de manera dolosa por $250 millones, según detectó el CDE, lo que fue en directo perjuicio de los demás acreedores y de la propia empresa deudora.P

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