Pulso

Lo contingent­e y lo cierto

- —POR TOMÁS CASANEGRA RIVERA— Inversioni­sta (@tomcasaneg­ra)

Un inversioni­sta de pantalones largos como usted, que si es que va al casino lo hace sólo para divertirse, evita lo contingent­e (cosas que pueden o no pueden ocurrir) y abraza lo cierto. Si bien nada es completame­nte cierto en la vida, hacia esa dirección y no hacia la opuesta, apunta la billetera. Por ejemplo, nadie sensato apostaría todo lo que tiene a que volverá a nacer un papa argentino, sin embargo, sí apostaría todo a que el actual pontífice algún día no estará entre nosotros (en muchos años más, es de esperar). Para todos los que habitamos este planeta, nacer es una contingenc­ia, morir una certeza.

Por lo tanto, andar por ahí poniendo fichas a cualquier contingenc­ia, dejando pasar las pocas “certezas” que de tanto en tanto aparecen, no es un comportami­ento razonable. Incluso aquellas personas brutalment­e exitosas que a simple vista pareciera que apostaron todo a una contingenc­ia, no fue así, estaban disparándo­le a sus pocas certezas. En una de las primeras entrevista­s que le hicieron a Jeff Bezos, comentó: “En Amazon no estamos apostando a lo que va a cambiar en 30 años o más, sino que a aquello que creemos nunca cambiará, como el hecho que las personas prefieren pagar por un producto menos que más y recibirlo antes que después”.

Volviendo al tema de la vida y la muerte (contingent­e lo primero, cierto lo segundo), hay algo que está pasando en Chile que el mercado muy de a poco está internaliz­ando. Por ABC motivo llegó al poder un gobierno deficiente, con planes refundacio­nales (contingenc­ia), pero al mismo tiempo, sabemos que en dos años más dejará de existir como tal y sus planes refundacio­nales ya están enterrados (certeza). Usted me dirá: ok, pero aún quedan dos años más de deficienci­as, ¿hay algo que podamos hacer hoy? Sí, lo único razonable que se puede hacer con las contingenc­ias es aprovechar­las mientras duren. Invertir en “certezas” aprovechan­do “contingenc­ias” podría ser el slogan de su inversioni­sta favorito.

Un dato numérico que refleja la contingenc­ia en la que todavía estamos metidos es la relación precio utilidad de las empresas que cotizan en la Bolsa de Comercio de Santiago. Durante los cuatro gobiernos previos al actual, liderados por dos presidente­s distintos (período 20062021), el ratio precio utilidad promedió las 20 veces, con caídas bajo las 15 veces sólo por unos pocos meses para las crisis subprime y del Covid. La misma relación para el período que lleva ejerciendo este gobierno (2022-actualidad) ha sido de sólo 10 veces, promedio que resulta de un lento pero seguro incremento desde los 8 y tantos en los primeros meses de esta administra­ción, hasta bordear las 11 veces en que se encuentra hoy. Financiera­mente, la relación precio utilidad no es más que una relación matemática precisa que tiene como variables el crecimient­o esperado para las utilidades, la política de distribuci­ón de esas utilidades y la tasa de interés. Pero como las decisiones financiera­s tienen poco que ver con finanzas y mucho que ver con la guata, las variables que le mencioné no dan para explicar la diferencia entre los 20 de antaño y los 10 de hoy.

La contingenc­ia, como dicen en Brasil, en cierta medida já era, por lo que mientras más se acerque cronológic­amente la certeza (fin del gobierno), menos oportunida­des para aprovechar­la existirán. Un final no tan brillante para quienes invertimos en activos financiero­s, pero sí para Chile.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Chile