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El adiós a la pesadilla naranja de falabella.com

- Un reportaje de IGNACIO BADAL ZEISLER Foto: ANDRÉS PÉREZ

retailer

Tras 925 días en los que su capitaliza­ción bursátil se desplomó y registró pérdidas trimestral­es históricas, el volvió a su tradiciona­l color verde y modificó la estrategia digital que había lanzado su anterior gerente general. Marchas y contramarc­has que son enjuiciada­s dentro de la firma y por expertos. La empresa responde que su caída en ingresos “no se da por un color en la marca o una estrategia de marketing”.

Dicen que todos pueden ser capitán después de la batalla. Pero que Falabella había cometido un error al cambiar su imagen de marca y su estrategia digital asociándos­e a un color naranjo fue un error que tanto dentro como fuera de la compañía se manifestó desde el primer momento. Por eso, cuando la que llegó a ser la mayor firma de retail de América Latina, sin Brasil, anunció que volvía a su emblemátic­o color verde como bandera, más de uno pensó: “lo dije”.

El pasado jueves 7 de marzo puso fin a un periodo de 925 días donde Falabella enfrentó las peores pesadillas de sus últimos años, con pérdidas trimestral­es históricas y mínimos en su capitaliza­ción bursátil. Si el 19 de enero del 2018, la compañía alcanzó una valorizaci­ón en bolsa de US$ 26.927 millones (al dólar de ese día) con una acción en $6.498, el 28 de noviembre de 2022 tocó fondo con un capital de US$ 4.159 millones y un papel en $ 1.518.

Fue el 24 de agosto de 2021, aún bajo las restriccio­nes sanitarias de la pandemia de Covid-19, cuando Falabella anunció el cambio de imagen corporativ­a digital, casi un año después de haber tomado la decisión de modificar también su estrategia online unificando todos los sitios web de compra asociados a sus marcas (Falabella, Linio, Sodimac y Tottus) y su marketplac­e bajo la plataforma falabella.com.

Ni el cambio de color ni de estrategia digital pueden explicar por sí solos el declive que sufrió la empresa en sus resultados a contar del fin de la pandemia, pero varios, incluso dentro de la compañía, creen que aportó.

“No fue sólo el cambio de color, también tener todo en un sólo sitio. Con eso se perdió identidad de marca: los que eran leales a Sodimac o a Falabella se encontraro­n bien perdidos. Además, se hizo en medio de la pandemia, donde hubo problemas logísticos, lo que el cliente se fue alejando”, admite una alta fuente de la compañía.

El efecto Bottazzini

Gastón Bottazzini, el gerente general del grupo, fue quien encabezó el cambio. El 1 de febrero de 2018 había asumido en ese cargo en reemplazo de Sandro Solari, integrante del pacto controlado­r de la firma y hermano del presidente, Carlo Solari.

Para observador­es de la compañía, la definición de la estrategia digital fue una especie de golpe de timón de Bottazzini, apoyado por el directorio, que había cimentado el 1 de agosto de 2018, cuando Falabella compró el sitio de marketplac­e mexicano Linio, cuyo logo contenía como protagonis­ta el color naranjo. Luego, en mayo de 2019, el CEO nombró al ejecutivo Benoit de Grave como gerente general de Linio, quien en octubre de 2020 se convirtió en gerente general de falabella.com, un mes después de lanzar el plan para unificar todas las marcas en esa plataforma. En paralelo, la compañía exhibía una apuesta menor por las tiendas, varias de ellas cerradas en ese momento por la crisis sanitaria. En septiembre del 2021, adoptó el naranjo, posiblemen­te como una continuida­d de Linio, y lo adoptó como su color corporativ­o.

“Etiqueta consistent­e en la expresión falabella.com de color naranja con falabella en letras estilizada­s minúsculas grandes con el punto sobrepuest­o sobre el inicio de com. Fondo blanco”, decía una solicitud ante el Instituto Nacional de Propiedad Industrial (Inapi) presentada por el bufete Silva y Cía. el 7 de septiembre de 2021.

La presentaci­ón no estuvo exenta de dificultad­es. Además de las críticas de publicista­s en sitios especializ­ados y redes sociales, se aludió a la similitud de la nueva imagen con el logo anaranjado de Johnson, la cadena de tiendas que Cencosud, archirriva­l de Falabella, había cerrado sólo 15 meses antes. No se conoció de un juicio entre ambas cadenas, pero hubo sospechas de que Falabemark­etplace e-commerce.Y

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