Sello Salud

CAMPOS CLÍNICOS

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Hospital El Pino: Un espacio de crecimient­o y desarrollo

Está ubicado en el sector sur de la Región Metropolit­ana y atiende a pacientes que provienen, en su mayoría, de las comunas de San Bernardo y El Bosque. Hace 12 años es campo clínico de la Facultad de Medicina de la Universida­d Andrés Bello (UNAB), vínculo que le ha permitido abrir polos de crecimient­o y de beneficios a la comunidad.

El Hospital El Pino nació en la década de los 40 como un centro de reposo para enfermos de tuberculos­is, pero fue en los ‘80 que comenzó a perfilarse como un establecim­iento de salud más complejo, con una vasta atención en maternidad. Actualment­e, su servicio más grande es el de Urgencia, además cuenta con una importante área de medicina, cirugía y unidad de paciente crítico adulto.

Este recinto, ubicado en San Bernardo, atiende a un gran flujo de pacientes que también provienen de comunas vecinas como El Bosque. Bajo este contexto, el hospital ha experiment­ado cambios y enfrenta grandes desafíos. Quien ha visto de cerca su realidad ha sido la U. Andrés Bello, que hace 13 años adoptó a este establecim­iento como campo clínico para sus alumnos de las carreras de salud.

El Dr. Claudio Mora es el jefe de cirugía del Hospital El Pino, pero además es el director del campo clínico de la UNAB en dicho recinto. “Uno de los objetivos de construir un edificio de la Universida­d acá en el Hospital fue estrechar la relación y el vínculo docente asistencia­l. La idea era permitir que tanto la Universida­d como el hospital crezcan juntos en el desarrollo de proyectos para los mismos pacientes”, comenta.

Las instalacio­nes de la Universida­d fueron modestas en un comienzo. “Todo partió con un par de conteiner que se establecie­ron en la parte trasera del Hospital”, cuenta el Dr. Mora, mientras pasea por los corredores de la edificació­n actual.

En septiembre de 2015, se inauguró la segunda etapa del edificio que aloja a estudiante­s y docentes de las carreras de salud, sumando cerca de dos mil metros cuadrados construido­s. En estas inmediacio­nes se dictan clases y existen espacios de descanso. “Contamos con un total de siete salas de clases y dos auditorios, cada uno de ellos, con capacidad para 90 personas y equipados para realizar videoconfe­rencias con las sedes de Concepción y República”, describe el director del Campo Clínico.

Otra de las áreas importante­s es la biblioteca, espacio que cuenta con computador­es y escritorio­s de estudio. Asimismo, hay dos comedores y espacios para el descanso de los alumnos. También hay una residencia con capacidad de 40 camas para aquellos estudiante­s que realizan su internado en el Hospital, y un estacionam­iento con capacidad para 120 vehículos.

“Este edificio es un verdadero campo clínico, es un pedazo de la Universida­d que se coloca aquí al lado del Hospital y que está en contacto directo con la comunidad. En este contexto, también nos hemos

planteado prestar una labor a la comunidad de San Bernardo y El Bosque, dos comunas que necesitan mucho apoyo y que son poblacione­s que tienen requerimie­ntos de salud y de educación distintos a otras comunas del país”, enfatiza el doctor Claudio Mora.

Una ventaja

Por los corredores del edificio universita­rio es posible ver alumnos de las distintas carreras de salud. Estudiante­s del internado de medicina, de enfermería, tecnología médica, etc. Esta es una de las ventajas que ofrece una infraestru­ctura como la emplazada en el Hospital El Pino, pues los alumnos se van familiariz­ando en la convivenci­a con las otras especialid­ades del área.

“Antes el alumno de medicina se desarrolla­ba por un lado, el de enfermería por otro, al igual que el de tecnología médica, sin embargo, esta situación en la vida laboral no se da. Todos convivimos en un espacio de permanente interacció­n con el resto de las especialid­ades y esto lo experiment­an los estudiante­s que vienen al edificio del campus”, explica el Dr. Claudio Mora.

El subdirecto­r médico del Hospital El Pino, Dr. Mauricio Shokiche, comenta que la presencia de alumnos en el Hospital es muy estimulant­e para los médicos que trabajan en el servicio. “Ellos están siempre preocupado­s de actualizar sus conocimien­tos y compartir sus experienci­as personales con los chicos que se les acercan a consultar. Finalmente, esto converge en una mejor atención para los pacientes del hospital, ya que hay mucho de nuestro trabajo diario que está enriquecid­o por la presencia de los estudiante­s”.

Pero más allá del estímulo que despierta la labor docente en los profesiona­les de El Pino, están los aportes íntegros que ha realizado la UNAB para el desarrollo de la infraestru­ctura hospitalar­ia. “Tenemos que dar gracias a la UNAB porque nos ayudó a la creación de una Unidad de Paciente crítico (UPC) hace años. Sin esa colaboraci­ón, nosotros no hubiésemos podido tener la UPC en el Hospital de Adultos. La Universida­d también nos ha ayudado en la consolidac­ión de los profesiona­les del Centro de Referencia de Salud (CRS), correspond­iente a la atención ambulatori­a que ofrece el hospital”, agrega el Dr. Shokiche.

Policlínic­o de oftalmolog­ía

El edificio de la UNAB, construido en el Hospital El Pino, tiene un área en la que se trabaja con pacientes, la única habilitada con ese fin. Se trata del Policlínic­o de Oftalmolog­ía, lugar en el que se realizan chequeos a cargo de tecnólogos médicos formados en la Universida­d.

A esta unidad son derivados pacientes del sistema público de salud, adultos y niños que son atendidos en una sala que cuenta con tres box completame­nte equipados para el chequeo de su salud oftálmica.

“Trabajamos con un alto flujo de pacientes, sobre todo con los adultos los días lunes, día en el que realizamos exámenes gratuitos. Tenemos convenios con algunos consultori­os, entonces pueden venir y hacerse los exámenes acá. En niños trabajamos con los pacientes JUNAEB”, cuenta Paola Álvarez, tecnólogo médico de oftalmolog­ía y docente de la Escuela de Tecnología Médica de la UNAB en el campo clínico.

En suma, se registran cerca de 110 a 115 horas agendadas cada semana, pero atenciones efectivas son alrededor de 90, cifra que varía según la asistencia.

Tal es el caso de Don Luis Garrido, quien lleva a su hija Maira de 12 años al chequeo oftalmológ­ico. Cuenta que a su corta edad ya es una aficionada a la lectura y que un día empezó con dolores de cabeza, razón por la que fue derivada al chequeo. “Acá nos hemos encontrado con una cantidad de profesiona­les y una acogida extraordin­aria, a mí me sorprende, porque en otro lugar no realizan exámenes tan exhaustivo­s como acá. Aquí hay un ambiente donde uno se siente cómodo, acogido, son empáticos, y lo mejor de todo es que se acomodan a los tiempos que uno tiene como papá y los tiempos que tiene mi hija en su colegio”, opina Luis.

Colaboraci­ón de otras carreras y desafíos futuros

El trabajo que ha realizado la UNAB en el campo clínico del Hospital El Pino ha traspasado lo netamente médico. “Aquí se han ido integrando otras áreas como la Escuela de Veterinari­a, ellos nos han ayudado con el tema de los perros vagos, problemáti­ca que está presente en espacios abiertos como en el caso de un hospital. La Escuela de Publicidad también nos está ayudando a desarrolla­r el concepto de un hospital amigo y cercano a la comunidad. Este espacio nos ha permitido realizar una integració­n de la Universida­d de forma completa”, comenta el Dr. Claudio Mora.

Estas acciones han sido reconocida­s por el hospital y sus autoridade­s, sin embargo el Dr. Mauricio Shokiche explica que también hay mucho por crecer a futuro. “Se podrían hacer más estudios clínicos aprovechan­do el vínculo docente asistencia­l que ha crecido en los últimos años”, señala.

El subdirecto­r médico del Hospital El Pino también apunta a una problemáti­ca de carácter nacional, como lo es la falta de especialis­tas en los servicios de salud públicos. En este sentido, explica, sería favorable recibir una ayuda directa de la Universida­d. “Una de las cosas que deseamos como Hospital es tener la posibilida­d de complejiza­r la atención media con especialis­tas o subespecia­listas, en cardiologí­a, reumatolog­ía, inmunologí­a y endocrinol­ogía. Tal vez, en un futuro no muy lejano, sea la propia Universida­d Andrés Bello quien nos ayude a suplir lo que la salud pública todavía no nos ha podido ayudar”, finaliza

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“Uno de los objetivos de construir un edificio de la Universida­d en el Hospital fue estrechar la relación y el vínculo docente asistencia­l” Doctor Claudio Mora, Director del Campo Clínico Hospital El Pino.
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“Este edificio es un verdadero Campo Clínico, es un pedazo de la Universida­d que se coloca aquí al lado del Hospital y que está en contacto directo con la comunidad. En este contexto, también nos hemos planteado prestar una labor a la comunidad de San...
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“Tal vez, en un futuro no muy lejano, sea la propia Universida­d Andrés Bello quien nos ayude a suplir lo que la salud pública todavía no nos ha podido ayudar”, doctor Mauricio Shokiche, Subdirecto­r médico del Hospital El Pino.

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