ESPECIAL: INFERTILIDAD
Radiografía a la Infertilidad en Chile, causas y tratamientos disponibles
La Facultad de Ciencia de la Rehabilitación de la U. Andrés Bello lidera una investigación que permitirá estudiar las bases moleculares del efecto del ejercicio físico sobre el desarrollo y progresión de esta enfermedad.
Actualmente, un 60% de la población mundial se considera sedentaria. Diversos estudios han apuntado que hacer actividad física, reduce el riesgo de cáncer y de otras enfermedades crónicas.
En este contexto, asume una gran importancia el proyecto de investigación que está liderando la Facultad de Ciencias de la Rehabilitación de la U. Andrés Bello, que estudia el efecto de ejercicio físico en la progresión del cáncer de próstata. Para ello, utilizará como modelo el Pez Cebra, un ciprínido emparentado con las carpas y los barbos, originario del sudeste asiático, de uso frecuente en acuarios, así como para la investigación científica, siendo el primer vertebrado en clonarse.
Este modelo de Pez Cebra será sometido a ejercicio físico mediante diferentes estímulos utilizando la corriente del agua.
Actualmente, el estudio se encuentra en la estandarización de un Modelo Biológico llamado Zebrafish de cáncer de próstata que permita estudiar las bases moleculares del efecto del ejercicio físico sobre el desarrollo y progresión de esta enfermedad.
“La finalidad es entender los mecanismos celulares y moleculares asociados al efecto del ejercicio físico sobre la progresión del cáncer de próstata. Esto puede proporcionar nuevos blancos terapéuticos para el desarrollo de terapias complementarias que permitan mejorar la calidad de vida de los pacientes con cáncer y/o contrarrestar el desarrollo y/o progresión de esta enfermedad”, explica el Dr. Christian Campos, Decano de la Facultad de Ciencias de la Rehabilitación de la UNAB.
Según detalla el Dr. Campos, “esta investigación es pionera, ya que involucra la aplicación del Ejercicio Físico en Modelo Biológico Zebrafish y con esto obtendremos resultados objetivos del efectos del ejercicio en los mecanismos celulares y moleculares de las fases del cáncer. Además, reúne investigadores de las Ciencias Básicas, expertos en ejercicio físico y rehabilitación”, explicó y agregó que “esto será un aporte porque permitirá estandarizar la prescripción y dosis de Ejercicio Físico como Terapia complementaria objetiva en la población”.
En la investigación participan destacados profesionales del área como el propio Dr. Campos; Dra. Paula Sotomayor (Facultad de Medicina UNAB), Dr. Alejandro Godoy (Facultad de Ciencias Biológicas, PUC) y los colaboradores Internacionales Dr. Winfried Banzer y Dr. Javier González Rivera de la Goethe Universidad Frankfurt am Main, Germany.
El estudio comenzará con el Cáncer de Próstata pero la idea es aplicarlo a diferentes tipos de cáncer.
En los últimos años, se ha vinculado fuertemente la actividad física al cáncer. Los investigadores del Instituto Nacional del Cáncer, de Estados Unidos, indican que caminar, correr, nadar o incluso montar bicicleta, a un ritmo que puede ir de pausado a intenso, durante 150 minutos por semana sería el tiempo mínimo recomendado para reducir el riesgo de cáncer.
Qué dicen los estudios
Son múltiples los estudios que han constatado que la práctica de ejercicio físico es beneficiosa para la salud. De hecho, un estudio realizado por investigadores del Instituto Nacional del Cáncer (NCI) de Estados Unidos detalla que la práctica habitual de ejercicio físico se asocia con una reducción muy significativa del riesgo de aparición de hasta 13 de los tipos de cáncer más comunes y mortales.
Según Steven C. Moore, director de esta investigación publicada en la revista JAMA Internal Medicine, los resultados apoyan la promoción de la actividad física como un componente clave de los esfuerzos de prevención y control del cáncer en toda la población.
El diario ABC de España detalló que los científicos de este estudio, analizaron datos de 12 ensayos clínicos europeos y estadounidenses desarrollados entre los años 1987 y 2004, y en los que se registraron los niveles de actividad física de los más de 1,4 millones de participantes.
Se realizó un seguimiento durante 11 años, en los cuales se diagnosticaron un total de 186.932 casos de cáncer. Y una vez analizados en su conjunto los datos sobre los niveles de actividad física y las tasas de incidencia de los 26 tipos de tumores, los resultados mostraron que los mayores niveles de ejercicio físico se asociaron con una reducción del 7% del riesgo de desarrollar cáncer en general.
La disminución del riesgo para cada uno de los tumores se estableció en: un 42% en el adenocarcinoma esofágico; un 27% en el cáncer de hígado; un 26% en el de pulmón; un 23% en los tumores renales; un 22% en el cáncer de estómago; un 21% en el de endometrio; un 20% en la leucemia mieloide; un 17% en el mieloma múltiple; un 16% en el cáncer de colon; un 15% en el de cabeza y cuello; un 13% en los tumores en el tracto rectal; un 13% en el cáncer de vejiga; y un 10% en el de mama