Mensajes de felicidad
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● La búsqueda de la felicidad es una tarea tan antigua como el mismo ser humano. Se trata de un camino para alcanzar la plenitud y la tranquilidad, la armonía y el equilibrio. Cada ser humano lo recorre de manera diferente.
Lo cierto es que del tema ha sido objeto de inspiración de diferentes culturas, filosofías y autores y son muchas las páginas que sobre el tema están disponibles hoy para quienes quieren encontrar inspiración en otras historias o formas de ver la vida.
Como sostiene el doctor y experto en motivación personal mexicano, César Lozano: “Se ha hablado tanto sobre la felicidad y son tan pocas las personas que verdaderamente pueden afirmar que son felices, que muchas veces pasa sus días imaginando en qué consiste la alegría, el amor, los anhelos, ¡la felicidad!”.
El caso es que el placer de vivir puede resultar tan sencillo como hacer consciencia de cada día que se vive y la manera como se hace.
En palabras de Juan Manuel Correal, Papuchis, autor de Las puertas están abiertas, “lo que finalmente importa es que existe una conexión íntima y di- recta que puede proporcionarte, a través de la fe, estados de paz y sabiduría que podemos llamar espiritualidad personal”.
Para muchos, las fábulas e historias tradicionales de diversas culturas dan muchas luces sobre lo que puede ser la felicidad.
“Tú, ahora, estás vivo. Si no entiendes que este hecho en sí mismo es una fuente de felicidad, aún te falta una pieza clave del rompecabezas”, considera Prem Rawat, también llamado Maharaji, quien busca a través de sus inspiradoras historias recordar a los adultos que deben compartir con los niños acerca de la importancia de estar vivos.
El caso es que la felicidad pueden ser momentos como la brisa matinal, una taza de café, un cumplido, un buen trabajo, una amistad duradera o buena sa- lud. Para muchos japoneses se trata del Ikigai, un camino a la felicidad.
Como lo explica el japonés Ken Mogi, quien tras evaluar la historia, la filosofía y la cultura de su país con la creatividad, la autoaceptación y el funcionamiento del cerebro, concluyó que la felicidad se debe basar en elementos tan básicos como valorar cada detalle sencillo del día y vivir el presente sin egos.