Un hito que va más allá de los árboles
Fallo que congela obras de la Av. 68 es un campanazo para las demás obras.
Conscientes de que no se trata sólo de árboles, la comunidad le ganó el pulso al Distrito en e caso de la construcción de una nueva troncal de TM.
De acuerdo con una medida emitida por el Juzgado 49 Administrativo de Bogotá, que decretó la suspensión de las obras en la troncal de Transmilenio de la Avenida 68
Para Herman Martínez Gómez, ex director del Jardín Botánico y uno de los líderes de los grupos ambientalistas, la discusión no se puede limitar al arbolado y ese es el principal error que comete el Distrito, representado por el Idu, la Secretaría de Ambiente y el Jardín Botánico.
“En un plan de manejo ambiental se deben contemplar varios aspectos. También incluye el suelo blando, el recurso hídrico, la avifauna e insectos. Ellos solo lo trabajan en función de los árboles, de la tala y aquí la jueza les recalca estos cinco componentes”, señala.
Al derecho a un ambiente sano se sumaron solicitudes de la Personería que, según Martínez, tampoco fueron tenidas en cuenta.
“Esto ya se había visto en la Avenida Guayacanes. El fallo que se emitió ahí le dijo al Idu que tenía que reparar el daño ambiental que hizo y eso nunca se lo habían dicho al Distrito”, comenta Martínez, quien entiende esta decisión como un hito en materia de defensa del ambiente sano.
La importancia del suelo
El uso del suelo blando es una de las recomendaciones que se han emitido en materia ambiental para las obras, teniendo en cuenta el aumento en las inundaciones a raíz del cambio climático, pero no se han tenido en cuenta.
“No están atendiendo a una realidad de la emergencia climática que se vive por los efectos del calentamiento global. Los funcionarios son negligentes ante esta situación en la secretaría de Ambiente y en el Jardín Botánico”, apunta.
Esta realidad mundial es ineludible. Incluso, el Concejo de Bogotá declaró el año pasado la emergencia climática, determinación que busca, de manera urgente “aumentar la resiliencia y capacidad de adaptación ante los inminentes efectos de la crisis climática global en el Distrito”.
Además del suelo blando en recambio del concreto, con la tala de árboles de tal envergadura se reduce la capacidad de filtración de agua, incrementando el riesgo de inundación. Lo que no pinta un escenario alentador en una avenida que se inunda constantemente.
“Yo creo que se niegan a cambiar una coma porque afectan a los constructores”, sentencia Martínez.
La respuesta oficial
“En Bogotá, cada árbol cuenta”. Fue la respuesta de la Secretaría de Ambiente sobre la medida cautelar.
De acuerdo con lo que ha informado el Instituto de Desarrollo Urbano (Idu), se iban a talar 2.027 árboles teniendo en cuenta lo autorizado en 2019, lo que ha disminuido a 1.375.
“El Distrito ya había hecho un nuevo plan silvicultural para las obras en la Avenida 68. La tala se redujo en más del 32 %.Siguen siendo muchos árboles, sabemos que es doloroso para la ciudadanía y por eso hemos establecido la política de compensar cinco árboles por uno talado”, indicó la secretaria de Ambiente, Carolina Urrutia.
Sobre la medida cautelar, Diego Sánchez, director del Idu asegura que la entidad: “respeta y acata las decisiones judiciales, pero interpondrá los recursos de ley a los que haya lugar”.
EL IDU NO TIENE UN PLAN REAL DE PROTECCIÓN DE LA AVIFAUNA ,NI DEL RECURSO HÍDRICO Herman Martínez Líder ambiental.