ADN Bogota

Cóndores no cumplen todos los días

- John Saldarriag­a

Cóndores no entierran todos los días, de Gustavo Álvarez Gardeazába­l, es un viaje a la realidad a bordo de la nave de la ficción.

Su primera edición apareció un 27 de agosto, hace 50 años.

Creo no equivocarm­e al señalar que La Violencia, sucedida oficialmen­te entre finales del decenio de 1940 y finales del siguiente y caracteriz­ada por la guerra enconada entre conservado­res y liberales, la entendemos más claramente por Cóndores… que por los libros de historia.

Parece que el personaje narrador fuera un tulueño común y corriente. Incluso se diría, un chismoso sentado en el Happy Bar (“¡Ah…! también dijo Poncho cuando lo vio en la puerta de su casa. Don León, cuánto gusto, dizque alcanzó a decir, dice doña Midita de Acosta en una de sus recitacion­es lunares, porque a ella se lo contó Magola Jaramillo, que vivía al frente y desde la ventana de su casa lo vio todo” —pág. 47 edición conmemorat­iva, Ediciones Unaula, y así todo el libro—).

Esa voz narradora es irreverent­e con la figura habitual de un narrador omnipresen­te, omniscient­e, que todo lo sabe.

El Cóndor, jefe de los pájaros, es decir, los exterminad­ores de liberales, es León María Lozano, vendedor de quesos de la galería tulueña. Pero más que este, el municipio es el personaje central. Desde la primera línea queda claro: “Tuluá jamás ha podido darse cuenta de cuándo comenzó todo (…)” (Pág.17).

Denunciar es el verbo que define la obra literaria y periodísti­ca de Gardeazába­l. Cóndores no entierran todos los días, su segunda novela, es entonces, su segunda denuncia literaria. saldaletra@gmail.com

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Colombia